Stolt Sea Farm amplía su planta de lenguado en Tocha y Aqualvor, la de lubina en el Algarve. El clúster de Nazaré impulsa la primera granja de almejas del mundo en mar abierto con 17 millones de euros
16 oct 2024 . Actualizado a las 00:58 h.La sobreexplotación de los mares es un problema creciente, de ahí que ciencia e industria lleven décadas cogidas de la mano para transitar la senda hacia la producción sostenible de pescado. El sector confía en la acuicultura como una solución sensata para sostener la dieta de la población. Territorios como Portugal lo saben y están apostando por potenciar la producción y acortar distancias con respecto a otros países de la Unión Europea, donde España es líder. El Gobierno luso trabaja sobre un plan específico para alcanzar las 25.000 toneladas de producción acuícola en el 2030, con iniciativas empresariales centradas en piscifactorías como la de Stolt Sea Farm, que acaba de arrancar las obras de ampliación de una nueva planta de lenguado en la localidad de Tocha, en el distrito de Coímbra.
En esta nueva factoría, la compañía noruega pretende dar cabida a su crecimiento exponencial en la producción de lenguado. Situada en la playa de Tocha, estará equipada con tecnología punta para garantizar la recirculación del agua y su capacidad se estima en 440 toneladas al año. La inversión asciende a 18,5 millones de euros, de los que 6,5 saldrán de fondos europeos y 2,7 serán «apoyo financiero público nacional» en el marco del programa Mar2030. «Crecer en acuicultura no es una tarea fácil. Esta nueva instalación nos llevará un paso más cerca de lograr nuestra ambición a largo plazo», indica Jordi Trias, presidente de Stolt Sea Farm. La empresa pretende llegar al 2035 colocando en el mercado 12.000 toneladas de lenguado.
La división pesquera de Stolt-Nielsen Limited no es un actor nuevo en Portugal. Desde hace años opera en Tocha, con una planta compartida para la cría de lenguado y de rodaballo. La firma noruega ya tiene presencia en Galicia, con la puesta a punto del criadero de larvas y alevines de lenguado más grande del mundo. Toma forma en Cervo, en A Mariña, donde el grupo moviliza 20 millones de inversión para duplicar su producción.
El desarrollo de Stolt Sea Farm en Portugal en los últimos años ha sido notorio. Es un reflejo de la apuesta del país vecino para camelar a la industria de la acuicultura y disparar su producción. El objetivo que se marcó el Ejecutivo luso tras la pandemia (25.000 toneladas en el 2030) lo logrará antes, ya que en el 2022 acarició las 19.000 toneladas. Partía de una producción prácticamente testimonial en el 2010.
Entre los últimos movimientos del sector destaca la nueva piscifactoría de Aqualvor en Olhão, en el Algarve. La compañía referente en la cría de lubina y dorada moviliza un millón de euros de inversión para disponer de un nuevo centro en el que aumentar su capacidad de producción. Han recibido «apoyo público» con cerca de 500.000 euros para este proyecto conocido como Aquamarim. Hasta ahora, la empresa desarrolla su actividad en la reserva natural de la ría de Alvor, en Lagos.
Almejas cultivadas «off-shore»
También en el sur del país, la start up Océano Fresco ha logrado una inversión de 17 millones de euros para impulsar la primera granja de almejas en mar abierto del mundo. El criadero estará situado en la costa de Lagos, en el Algarve, aunque lo promueve la firma de Nazaré, al norte de Lisboa, mediante un fondo gestionado por el Banco Portugués de Fomento. Aspira a liderar el cultivo sostenible de bivalvos a gran escala. Las almejas estarán protegidas en pilas verticales suspendidas en cuerdas, a temperaturas suaves y con abundantes microalgas como alimento.
Poco antes de esta iniciativa, se conoció el visto bueno de la Administración lusa a una inversión de 60 millones para reflotar la megaplanta de Mira que llevó a la quiebra en su momento a Pescanova y que ahora ha sido renombrada como Flatlantic.
La Asociación de Portos de Portugal defiende la capacidad de la industria nacional para convertirse en una potencia en acuicultura. Destacan que se trata de un terreno ventajoso para «cultivos con perfiles de temperatura intermedios» y que pueden criarse mar adentro y sumergidos. Pero, por encima de todo, apostilla la asociación, es un territorio característico «para operaciones en tierra, con bombeo y recirculación de las aguas».
Nazaré impulsa el clúster de la acuicultura de Portugal. Allí, Building Global Innovators ha puesto en marcha un centro que emplea un sistema de acuaponía, de manera que los efluentes generados en la generación de peces se aprovechan para dar vida a plantas. Ocupa unas instalaciones de mil metros cuadrados y cuenta con una inversión de 3,2 millones.