La especie entrará en veda el próximo viernes, fecha antes de la que la flota tendrá que traer a tierra miles de nasas que el resto del año están caladas en el mar
14 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El viernes comenzará la veda del pulpo en aguas gallegas. Eso hace augurar para la víspera un trasiego de nasas del mar a la tierra. Durante 45 días las trampas formarán parte habitual del paisaje de puertos eminentemente polbeiros, como Ribeira, Bueu, O Grove, Camariñas o Malpica. Miles de nasas saldrán del mar para un merecido descanso tras 320 días fondeadas en el mar. Dejarán de surtir de pulpo gallego el mercado hasta el 1 julio, fecha en la que también arrancará la campaña de la nécora, vedada desde la víspera de Reis.
Descansan las nasas y se da paréntesis a una pesquería que está siendo de lo más «normaliña». Lo dice José Rosas, patrón mayor de Bueu y presidente de la Federación de Confrarías de Pontevedra. Claro que ese adjetivo se refiere en exclusiva a la cantidad de cefalópodo que se está retirando de aguas gallegas. Sería incorrecto emplearlo para hablar de las cotizaciones, dado que los precios están siendo «moi bos ou razoablemente bos», apunta en una doble escala de optimismo. Rosas habla de que se abona en lonja por encima de los 11 euros el kilo y la plataforma Pescagalicia arroja precios medios de enero a ahora que rozan los 8 euros (7,72).
La campaña se interrumpirá hasta el 1 de julio. Y se retomará con cambios en sus reglas. No con tantos como reclamaban los pescadores de la provincia de Pontevedra, pero sí con modificaciones que afectarán tanto al régimen de calado de las nasas como a las fórmulas de control de los aparejos.
Cupo diferente tras el verano
No se alteran los cupos, que los pontevedreses querrían ver cambiados. Suya fue la propuesta de dejar para toda la campaña el tope de 50 kilos diarios por barco a los que hay que sumar 50 por tripulante enrolado hasta un máximo de 350 kilos. Pero no se aceptó su planteamiento. Esa cantidad se podrá capturar, pero después del 31 de agosto, Hasta entonces serán 30 kilos por embarcación, marinero y día, con un tope de 210 kilos.
Sí se aceptó por parte de la Administración dejar de emplear los chips de identificación por radiofrecuencia -el sistema RFIF-, al menos hasta que «non se atope un sistema máis fiable e efectivo» y, sobre todo, que «poida empregarse tamén en outras artes», no solo en la nasa de pulpo.
Otra de las novedades de la campaña atañe al calado de las nasas. Además de nivelar la profundidad por la isóbata -una curva que une los puntos de igual profundidad que recoge el plóter- de los 20 metros, se permitirá dejar las nasas en el mar, sin tener que traerlas todas las días a tierra, en la parte oeste de Ons, dado que allí apenas hay tradición de pescar nécora y, por tanto, no se solapan ambas pesquerías.
El dilema ético de criar cefalópodos
Cuatro científicos -entre los que está el candidato a la presidencia de Asturias por el partido animalista- han alertado de los riesgos de criar pulpo en piscifactorías. «Se adaptan mal a una vida en cautiverio y producción en masa, por razones tanto éticas como ecológicas», señalan en un documento. Aparte de que son animales «capaces de experimentar dolor y sufrimiento y de que es «el único invertebrado capaz de la experiencia consciente», su cultivo no aliviaría la presión sobre los recursos, pues se necesitan tres kilos de alimento para que engorde uno.