La flota española de Gran Sol asume otra reconversión porque pesca menos
PESCA Y MARISQUEO
Pide ayudas al desguace y acepta ajustar el cupo de merluza a la escasez
16 oct 2021 . Actualizado a las 04:45 h.Quedan en activo 88 de los 450 barcos que formaban la Flota de los 300, bautizada así porque ese fue el tope de licencias en aguas comunitarias asignadas por la Unión Europea (UE) cuando España se integró en 1986. Si no antes, todo apunta a que esa flota de Gran Sol menguará más en el 2023. Los armadores asumen que algunos pesqueros «posiblemente» acabarán en el desguace porque en los últimos años pierden dinero. Sobre todo porque pescan menos debido a la escasez de especies tan relevantes como la merluza, pero también porque en distintos momentos del año se la pagan en lonja por debajo de los precios medios habituales, casi iguales que hace treinta años
«No se desea» otra reconversión, declara Javier Garat, secretario general de Cepesca, la gran patronal española del sector. Aun así, «por si hubiera que ajustar la flota a las posibilidades de pesca» reales, este viernes le solicitaron a la Secretaría General de Pesca que prevea incluir «ayudas al desguace» en el Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (Fempa). Es uno de los temas que analizaron Garat y otros dirigentes de Cepesca con Alicia Villauriz, secretaria de Pesca, y los dos directores generales de ese departamento, Isabel Artime e Ignacio Gandarias.
Casi tres horas de una reunión que Garat valora como «positiva» porque se comprometieron a «trabajar conjuntamente para intentar garantizar la viabilidad» de los barcos españoles de Gran Sol, que tanto peso tienen en puertos como Burela, Celeiro, Vigo, Ondárroa o A Coruña.
A la desaparición de algunos de ellos los aboca una de sus principales preocupaciones: la continua y, de momento imparable, caída de las capturas de merluza. Cinco años pescando cada vez menos los llevan a admitir un recorte de cuotas para el 2022. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas inglés) aconseja a la Comisión Europea rebajarlas un 27 %, con lo cual pasarían de las 31.250 toneladas de este años a unas 22.800 en el 2022. «Analizaremos las contrapuestas, haremos números para ver qué reducción se puede soportar, pensando en el bien de la merluza y del sector», explica Garat.
Un plan estratégico
Por la «viabilidad a medio y largo plazo» de la flota de Gran Sol, a Pesca le propusieron elaborar un plan estratégico entre el sector, la Administración y los científicos. Tienen clara «la necesidad de asumir las medidas que haya que aplicar para no encontrarnos con la merluza norte en la situación de tiempos pasados, cuando se aplicó un plan de recuperación muy duro que causó estragos en la flota».
Si la escasez de esta especie los trae en jaque, la falta de tripulantes, sobre todo de mandos de puente y máquinas, es tan acuciante que a algunos barcos los obliga a amarrar, distorsionando su calendario de trabajo. De ese asunto también hablaron con Pesca, comentándole que le han pedido a Hacienda los mismos incentivos fiscales que ofrecen países como Francia o Irlanda. Si España exime de impuestos los primeros 60.000 euros del sueldo de los enrolados en los buques de bandera española que faenan fuera de aguas nacionales, creen que frenarían su marcha a barcos de pabellón extranjero que operan en esos mismos caladeros.
«Para evitar incertidumbres como la del año pasado», la flota de Gran Sol comparte con Pesca la conveniencia de cumplir plazos en las negociaciones entre la UE y Reino Unido sobre las cuotas de los recursos compartidos. Garat concluye señalando que durante el encuentro celebrado en Madrid comentaron el impacto de las caídas de precios del pescado, que influye en la «estabilidad y la rentabilidad» de los barcos y sus tripulaciones.