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Pesca plantea limitar el jurel en Gran Sol a mil kilos por marea

e. a. / s. s. re DACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

MARCOS CREO

Repartirá cuotas accesorias a barcos que hayan consumido el 90 %

13 ene 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

Gestionar el jurel de Fisterra a Noruega va a ser complicado este año. La prohibición de realizar pesca dirigida a este pelágico y habilitar apenas 3.000 toneladas para evitar que esta se convierta en especie de estrangulamiento ha llevado a plantear un paro biológico para el cerco del Cantábrico que faena en la zona 8c —de Fisterra al golfo de Vizcaya— y a adoptar medidas para la flota que faena en la 8b (golfo de Vizcaya y aguas francesas) y en Gran Sol.

La resolución para ordenar la parada temporal de tres meses del cerco está casi lista. La que se dirige a la flota que opera en aguas francesas y a la de Gran Sol va más rezagada y, aunque todavía está en borrador, ya deja entrever que será un año difícil. Para empezar solo se disponen de 1.400 toneladas para el golfo de Vizcaya y Gran Sol para todo el 2023. Para hacer el reparto, la Secretaría General de Pesca ha recurrido a las capturas históricas. Según esos registros, los barcos españoles desembarcan más jurel de los caladeros de Gran Sol que del este de la península ibérica. En aguas francesas del golfo de Vizcaya se capturaron el año pasado 306 toneladas, el triple que en el 2021 (102), mientras que de Gran Sol, donde las capturas están limitadas al 10 % de la carga total, se desembarcaron 754 toneladas, en línea con el 2021 (702).

Por eso la propuesta de resolución que llega de Madrid plantea asignar 300 toneladas a la flota cerquera del Cantábrico Noroeste que, además, podrán pescarse todas en la 8c (del Bidasoa al oeste) y 700 a la que opera en el resto de aguas comunitarias.

Ahora bien, sin perder nunca de vista que no son para capturar de forma dirigida, esas 700 toneladas habilitadas para la flota de Gran Sol —básicamente los arrastreros— tendrán otra limitación: un barco no podrá descargar más de 1.000 kilos por marea. Y ese tope que en teoría se incluye para evitar el estrangulamiento —que un buque tenga que parar por falta de cuota de una especie secundaria— podría, según fuentes del sector, actuar precisamente como la soga. Porque las 700 toneladas que se pescaron de forma accesoria en el 2021 y en el 2022 tenían como límite el 10 % del total de la captura por marea, ya fuesen 1.000 o 2.000 los que entraron en el cupo. Pero si se aprueban esos mil kilos que sugiere Pesca podría darse el caso de que un buque que capture 1.500 se vea en la situación de tener que descartar 500 kilos, prohibido por la normativa comunitaria, o descargar los 1.500, lo que estará vetado por el Estado español.

Reparto lineal

¿Y el resto de las toneladas? Pues 200 se asignan a la flota de la 8c. Pero no a toda. Se asignará un cupo lineal a aquellos barcos que el año pasado consumieron el 90 % de sus posibilidades de pesca de esta especie. Claro que no puede perderse de vista que esa cuota no es para pescar de forma dirigida, sino cuando el jurel sea menos del 20 % de lo que entra en el aparejo, si es que finalmente se fija en ese porcentaje la captura accesoria (algo todavía en discusión).

Las 200 toneladas restantes se las quedará el Estado para atender posibles eventualidades y realizar intercambios de cuotas. Los swaps. Esa es otra. Un daño colateral para la flota, pues dispondrá de menos jurel que cambiar para tener gallo y rape en Gran Sol.