Fiona Harvey, la mujer que dice ser la acosadora Martha en «Mi reno de peluche», exige a Netflix una indemnización de 170 millones

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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Fiona Harvey, durante la entrevista para «Piers Morgan Uncensored»
Fiona Harvey, durante la entrevista para «Piers Morgan Uncensored» YOUTUBE: @PiersMorganUncensored

La denuncia sostiene que la serie cuenta una mentira «diseñada para atraer más espectadores, obtener más atención, ganar más dinero y destruir brutalmente la vida de la demandante». La producción británica de siete episodios cuenta la historia real de acoso y violación que sufrió el cómico Richard Gadd, quien interpreta una versión ficticia de sí mismo llamada Donny Dunn

07 jun 2024 . Actualizado a las 14:32 h.

Se llama Fiona Harvey y en el mes de mayo decidía dar la cara en la vida real. En una entrevista en televisión para el polémico comunicador Piers Morgan se presentaba como la mujer que inspiró a Martha Scott, la acosadora de «Mi reno de peluche».

Ahora acaba de interponer una demanda contra el gigante del entretenimiento Netflix y exige una indemnización de al menos 170 millones de dólares (156 millones de euros) por daños y perjuicios.

La demanda fue presentada este jueves ante un tribunal de distrito de EE.UU. para el distrito central de California.

La denuncia, recogida por el medio estadounidense Variety, empieza citando el título del primer episodio de la serie, dirigida e interpretada por Richard Gadd: «This is a true story» («Esta es una historia real»). Según la demanda, se trata de una mentira contada «por codicia y ansia de fama; una mentira diseñada para atraer más espectadores, obtener más atención, ganar más dinero y destruir brutalmente la vida de la demandante, Fiona Harvey, una mujer inocente difamada por Netflix y Richard Gadd a una magnitud y escala sin precedentes».

Como recoge Efe, Harvey presentó su denuncia contra Netflix «por difamación, imposición intencional de angustia emocional, negligencia, negligencia grave y violaciones del derecho de publicidad» a través de las supuestas mentiras vertidas contra ella en la serie y por las que exige al menos 170 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios.

El documento, de 34 páginas, incluye una retahíla de recortes y extractos de la serie que son desmentidos o precisados por la demandante.

Una serie impactante

Desde su estreno el pasado mes de abril en Netflix, «Mi reno de peluche» no ha dejado indiferente a nadie convirtiéndose en uno de los productos más vistos de la plataforma. Y es que al margen de lo inquietante del relato, lo más devastador es que se inspira en una historia real, la historia de Richard Gadd, quien interpreta una versión ficticia de sí mismo llamada Donny Dunn.

De producción británica, la serie cuenta en siete episodios un auténtico drama. En la trama, Dunn cuenta su intento de vivir de la comedia mientras atraviesa una mala época en la que es acosado por Martha Scott, una mujer a la que ayudó en un momento determinado y que se convirtió durante años en su acosadora.  

Gadd ha confirmado que sí se trata de una experiencia autobiográfica, aunque reconoce que ha cambiado, por cuestiones narrativas, tanto los nombres de los protagonistas como la cronología de algunos eventos, e incluso ha «retorcido mínimamente algunas vivencias para crear algunos clímax dramáticos».

«Es emocionalmente veraz, obviamente: me acosaron y abusaron de mí de forma severa», recalcó el creador de esta historia que fue primero una obra de teatro.

La historia real

Gadd fue objeto de acoso, en la vida real, por una mujer 20 años mayor que, en la serie, recibe el nombre de Martha. Todo comenzó en el 2015, y de la forma más inocente, al igual que se puede ver en la serie. El comediante, que trabajaba en un bar de Londres, le dio a la mujer una taza de té gratis. Un gesto ínfimo de bondad que, de algún modo, abrió la puerta a una obsesión.

No solo a él dirigió su acoso. La depredadora sexual también contactó a los padres del cómico y a la mujer —en la serie con el nombre de Teri, interpretada por Nava Mau— con la que el protagonista había empezado a tener citas poco antes de que comenzase el hostigamiento. La relación no llegó a ninguna parte precisamente por la insistencia de la agresora.

A todo esto se sumaban varios aspectos de la propia vida de Richard Gadd que no hacían más que agravar su delicado estado emocional. La historia de obsesión empezó precisamente cuando él intentaba curar otro traumático episodio de su vida: el acoso y violación que sufrió por parte de un mentor en la industria televisiva.