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Inés Hernand, ganadora de «MasterChef Celebrity»: «El menú de la final es como si fuera una superqueimada»

Mónica Pérez
Mónica Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

FERNANDO VILLAR | EFE

La vencedora se ganó al jurado con unos platos que contaban su historia

03 dic 2024 . Actualizado a las 17:37 h.

Inés Hernand es la ganadora de la novena edición de MasterChef Celebrity. Como normalmente ocurre, se coronó con el título del talent culinario de La 1 bien entrada la madrugada (pasaban de las dos). La comunicadora, que estuvo a punto de irse en el primer programa, se muestra entusiasmada con este galardón y con los 75.000 euros del premio, que decidió donar a la Fundación Ared, dedicada a la integración social de personas en alto riesgo de vulnerabilidad, mayoritariamente mujeres.

—¿Cómo se siente al ganar «MasterChef Celebrity»?

—Estoy que no quepo en mí, supercontenta, con muchísima ilusión, recibiendo mensajes de gente sorprendente e insospechada. De Ruth Lorenzo, otro de Mercedes Milá, otro de María José Campanario ¿Te crees que eso en una vida normal cabe lugar? Y encima el premio es como de verdad, como de hierro o algo, entonces me gusta mucho un dorado, un premio pesado, me parece fenomenal.

—¿Costó mucho mantener el secreto de ser la vencedora?

—Pues la verdad es que sí, me costó bastante, porque yo soy una bocachancla. ¿Cómo voy a guardar un silencio así? Pues aún con esas, fíjate, lo hice. ¿Por qué? Pues porque hay una cosa que hay que sostener que es más maravillosa: la ilusión.

—¿Cómo resumiría su paso por el concurso? ¿Fue duro?

—Duro en mi situación de privilegio, en la sociedad occidental en la que vivimos, tampoco me lo parece. MasterChef Celebrity es algo que si lo disfrutas, obviamente es un trabajo, que tú tienes que entregar unos resultados grabados... pero a mí me ha resultado una experiencia divertida, que en cuanto entiendes un poco cuál es el concurso, las dinámicas y te llevas más o menos bien con la cocina, puedes hacerlo de forma disfrutona. De mi vivencia estoy muy agradecida a todo el equipo porque la verdad lo ponen todo muy fácil.

—¿Se veía como duelista o en la final?

—Cuando la primera semana casi me echan por entregar un falso pollo a la pepitoria, que para mi gusto era un plato ganador... a lo mejor no entendí correctamente la prueba y casi me voy a mi casa. Ahí yo dije, aquí te tienes que poner las pilas. Ahí sí que yo creo que fui remontando y me puse un poquito más como competitiva, pero de una forma saludable. Creo que lo que nos enseña Masterchef es que sin lo colectivo no se puede funcionar, o sea, una cocina al final tiene muchos pasos, muchos procesos. Cuando estábamos haciendo comida para 150 personas o tú te sincronizas y te alineas con tus compañeros o tú solo no vas a ningún lado. Ninguna de las grandes estrellas Michelin que conocemos hoy por hoy, que tenemos en el imaginario colectivo, podrían ser quienes son sin su equipo. Entonces, al final, yo creo que eso ha sido como un poco lo que le ha dado valor y sentido a todo, pero por supuesto, sabiendo que era un concurso y yo, para que te voy a engañar, claro que quería ganar.

—¿Cuando empezó a preparar el menú de la gran final?

—Cuando ya quedaban un par de semanitas, me pongo a hacer mis llamadas. Llamé a Mario Sandoval, del restaurante Coque en Madrid. Y le conté que quería mostrar una historia un poco de superación, pero sin que fuese como una cenicienta perfecta. Yo he currado en Londres, me he ido a hacer el Erasmus del pobre, he sobrevivido a base de becas. Le conté todo eso, y le conté un poco de dónde venía. Yo me he criado con mi abuela, que era de Ávila, y esas son un poco mis referencias de comida. Entonces nos pusimos a diseñar, a hacer como una especie de conjura de brujas, como si fuese una superqueimada. El menú de la final me tenía que representar. El origen es mi abuela, todas las abuelas de España, todas esas personas que nos hemos criado con las abuelas, que tenemos un sentimiento muy vinculado a sus cuidados, desde el amor, desde el desinterés, que es lo que nos han hecho las abuelas siempre. La segunda etapa, que fuese el crecimiento personal, en busca de la identidad, cómo se construyen esas cosas. Y en último lugar, ese cierre de la familia elegida. Tengo la suerte de tener al lado gente maravillosa que me sostiene y que no es de mi sangre, pero como si lo fuera.

—¿Qué le parece la gastronomía gallega?

—De Galicia, lo que más me gusta, por encima de todo, son los gallegos y las gallegas. Gente con personalidad y con identidad, que me parece bastante a destacar. Y sobre la gastronomía, todo lo marino es espectacular. La amplia variedad de mariscos y pescados, unos guisos deliciosos, tenéis como una cultura de la abuela gallega, que es espectacular.