Ahora que el «stock» de este pelágico parece que se ha recuperado, el cerco de todo el Cantábrico pretende certificar la sostenibilidad de la especie y obtener el sello de MSC
26 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El augurio que hace unos años los científicos del ICES realizaron sobre la sardina de aguas ibéricas, ese que decía que aunque se vedase por completo la captura el stock de ese pescado azul no iba a recuperarse ni en quince años de tan mal que estaba, se ha quedado en un susto. Afortunadamente. Los biólogos han constatado que la especie pelágica está reconstituida. El reclutamiento que muestra este pescado azul es bueno y la biomasa está por encima del rendimiento máximo sostenible (RMS). Sigue habiendo fuertes limitaciones a su captura, más de las que desearían los profesionales del cerco, pero la cantidad permitida ha ido aumentando a lo largo de los últimos cinco años y este ejercicio incluso se ha autorizado a los profesionales a adelantar al mes de abril una campaña que, desde que se puso en marcha el plan de recuperación de la sardina, arrancaba siempre para la flota española en mayo.
Claro que ese éxito de regeneración ha requerido un enorme esfuerzo por parte de los pescadores. Un sacrificio que ahora los cerqueros quieren rentabilizar. Y pretenden hacerlo colgando a la sardina una medalla a la sostenibilidad en forma de sello azul de MSC (Marine Stewardship Council). Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), explica que ya han empezado los trabajos previos a la certificación de la pesquería. Una empresa en la que pretenden embarcarse todos los cerqueros de Galicia y el Cantábrico, que irían de la mano de Portugal, que también quiere ese sello para su sardina. En el caso de los lusos se trata de recuperar un distintivo del que ya disfrutaban, pero que perdieron en el 2014 precisamente por el deterioro del stock que llevó a tener que aplicar un plan de recuperación para la especie.
«Creemos que paga a pena», explica Andrés García, que avanza que Asturias, el País Vasco y Cantabria están dispuestos a emprender el proceso de certificación y están tratando de convencer a los profesionales del golfo de Cádiz.
Las «primas» del golfo
De hecho, la flota del País Vasco y de Cantabria ya tienen experiencia a la hora de certificar la sostenibilidad de la sardina. Dispone del sello MSC para la que capturan en la costa francesa del golfo de Vizcaya (en la zona 8b), donde el stock no llegó a entrar en crisis como el de las áreas 8c y 9a.
Para conseguir el distintivo fueron necesarios dos años y medio de evaluación que acreditase la sostenibilidad y el respeto medioambiental de la captura de sardina con el arte del cerco. Así, en enero del 2017, 57 embarcaciones de Guipúzcoa, Vizcaya y Laredo consiguieron la certificación MSC de pesca sostenible para capturar sardina. Fue, explica MSC, la tercera certificación de esta flota, toda vez que ya la tenían para la anchoa y el bonito del norte.
Precisamente con la anchoa tuvo su primer contacto Acerga con el sello azul MSC. Y es que este año un total de 48 barcos gallegos, todos pertenecientes a esa asociación, se sumaron a la certificación de (MSC) de la anchoa del Cantábrico (Engraulis encrasicolus) pescada con redes de cerco en el golfo de Vizcaya. Con esta incorporación, son ya 139 los barcos que descargan la especie —que cuando está en fresco se llama bocarte— con sello azul. Son 47 buques de la flota de bajura del País Vasco, 33 barcos de la de Cantabria; 6 pesqueros de bajura de Galicia; 5 asturianos y los 48 cerqueros de Acerga.
La pesquería de anchoa del Cantábrico consiguió volver a certificarse en abril del 2020, cinco años después de haber obtenido por primera vez ese sello azul. Como la sardina, el bocarte sufrió también una situación parecida, un colapso de la pesquería que llevó a vetar por completo las capturas en el caladero durante cinco años.
El sello azul de MSC permite al consumidor reconocer de manera sencilla que una especie proviene de una población en buen estado y gestionada de manera sostenible. Y esa garantía es algo que cada vez exigen más mercados, dada la creciente sensibilidad medioambiental de los consumidores.
Para Acerga, la experiencia con la anchoa ha resultado tan positiva, que incluso se plantean someter a certificación otras de sus especies objetivo, como puede ser el jurel o la xarda.
Elevada demanda a pesar de faltar dos meses para san Xoán
Aunque hasta San Xoán no llega el mejor momento de la sardina —hay quien sostiene que su punto álgido es más tarde, en verano—, lo cierto es que la campaña de la sardina, que este año comenzó en abril, arrancó fuerte, con una elevada demanda que situó las cotizaciones en los 2,50 euros. Hasta 4 euros se llegaron a ofrecer en la lonja de Ribeira el segundo día después de levantarse la veda. Eso ha supuesto un gran alivio para la flota de cerco, a la que le está fallando el jurel y todavía no ha encontrado xarda en Galicia.
Este año, las flotas de España y Portugal podrán capturar 45 millones de kilos de sardina, cinco toneladas más que el año pasado. El sector sostiene que, tal y como está la biomasa del stock, el cupo podría subirse bastante más, para resarcir las estrecheces en las que se han visto estos últimos años. Porque, además, en el reparto de posibilidades, España sale peor parada que Portugal. Recibe el 33,5 % de esas 45.000 toneladas y los lusos se quedan con el 66,5 %. Y lo que le toca a la flota española aún debe repartirse entre el Cantábrico y el golfo de Cádiz. Estos se llevan el 40 %, mientras que las comunidades del norte explotan el 60 % restante.
Llegar con cupo al final de la campaña, que se mantendrá en principio hasta el 1 de noviembre, requiere un ejercicio de dosificación. Es por eso que se imponen topes que irán variando según la temporada. Ahora mismo está autorizada la captura de 1.200 kilos para los barcos que tienen hasta ocho tripulantes; si superan ese número podrán pescar 1.500 kilos. A partir de junio, cuando la sardina ya debería empezar a mojar el pan, los barcos con menos tripulación podrán capturar 1.500 kilos diarios de lunes a miércoles y 1.800 entre el jueves y el viernes. Para los de más de 9 trabajadores a bordo, el tope máximo serán 2.000 de lunes a miércoles, y 2.300 entre el jueves y el viernes. En todos los casos, con el tope de 400 kilos de xouba en el total de capturas.
También hay límite para las embarcaciones del xeito. Estas podrán pescar 50 kilos por tripulante a bordo y día, a lo que se sumarán 50 kg por embarcación. En los tres primeros meses del año tenían autorizadas a capturar 20 toneladas de sardina.