David Mella es un jugón

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

La bala de Teo es capaz de destrozar defensas partiendo de cualquier lugar

22 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Tuvo suerte Carrique, David Mella solo le mandó callar. Sus compañeros de zaga sufrieron algo mucho peor. Al ex del Celta Fortuna apenas le tocó bailar con el ex de un Fabril que nunca volverá a pisar. Porque la bala de Teo partió otra vez desde ese costado del que renegó y al que se ha terminado acostumbrado a expensas de la rentable tozudez de su entrenador. «Es una gran noticia que se haya adaptado al lado derecho. No creo en limitar a los futbolistas», compartió Imanol Idiakez en sala de prensa, culminada ya la exhibición del chaval.

Un repaso al que desde el mismo asiento había aludido previamente el técnico rival: «La jugada del gol es suya. Cuando vimos la alineación, sabíamos que iban a buscar el uno contra uno, que es muy bueno». Claro que el saber no siempre es poder, a juzgar por el impacto del conocimiento previo al encuentro en su devenir. Conocía Íñigo Vélez las virtudes de Mella y sin embargo autorizó a Andoni López a quedarse mano a mano con él.

Todavía está el experimentado lateral izquierdo tratando de descifrar el nudo de piernas que resultó de la acción. Encontrar la pelota le fue más sencillo porque acabó en la red. Antes de eso, el eléctrico canterano la subió a la bicicleta con la que se deshizo de su marca, se la enseñó a Lancho y la cedió atrás.

No se la quitó de encima producto del miedo a perderla, esperando que fuera un compañero y no un adversario quien diera con ella. La envió al punto preciso, con toda la intención. Porque mientras conducía, Mella se mantuvo atento al carril de incorporación. Cabeza alta, apreció la llegada de Diego Villares. El resto; el gol.

Momento álgido del encuentro que más canteranos había concitado en el once inicial. Hasta cuatro jugadores pulidos en la factoría del Fabril. Uno, autor del tanto, para celebrar con él su renovación, a los tres años de debutar. Un mercado de invierno le abrió la puerta del primer equipo, y en otro mes de enero ha llegado su confirmación como futbolista franquicia, rodeado de quienes aspiran a ser como él.

Jugadores como el paciente Dani Barcia, «don Daniel», para su socio en la zaga, rendido a quien minimizó los efectos de la conmoción de Pablo Martínez. Como el nuevo dueño de la banda izquierda, ese Yeremay que ha obligado a reciclarse a su mejor amigo del vestuario. Avivado por la necesidad de abrirse hueco, Mella es hoy un mejor jugador. En lugar de acomodarse y asumir la condición de reemplazo, derribó la puerta de enfrente, exigiendo ser titular. Contra el líder, invicto a domicilio, conocedor de los riesgos desde que se publicó la alineación.

El peligro portaba el 27 y aguantó una hora sin parar. Tomó aire en el descanso, mientras el adversario fijaba en él su atención. Cuando regresó y encaró de nuevo, Markel y Dacosta escoltaban ya a Andoni. Se coló entre los tres. Eso, por la derecha. Por el centro, provocó un penalti. Por la izquierda, se cruzó con Carrique y lo silenció.