La oposición reclama al alcalde que haga cumplir la normativa que prohíbe el botellón

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Jóvenes haciendo botellón en una calle de la ciudad antes de que se prohibiera.
Jóvenes haciendo botellón en una calle de la ciudad antes de que se prohibiera. xoán carlos gil < / span>

Vecinos y hosteleros del Casco Vello aseguran que la situación vuelve a ser como antes de la restricción

05 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los grupos de la oposición en el Concello de Vigo piden al alcalde que haga cumplir la normativa de las zonas acústicamente saturadas (ZAS) en las que se incluye el Casco Vello. El portavoz del PP, José Manuel Figueroa, reconoce que se ha abandonado el control y fiscalización de los espacios de botellón. «El gobierno local debe preocuparse por estos brotes, que empiezan siendo pequeños y, al final, se cronifican», advirtió el concejal. En su opinión, la vigilancia debe ser permanente y no se puede bajar la guardia para evitar que la situación se vaya de las manos.

En un sentido similar se expresó la portavoz del BNG en el Concello, Iolanda Veloso. Explica que la zona de Teófilo Llorente, donde están surgiendo problemas en los últimos tiempos está protegida por ley y que lo único que tiene que hacer el Concello es velar por que se cumpla. En su opinión, esto no debería suponer mayor problema y lo único que tendría que hacer el gobierno municipal es ponerse las pilas y no relajarse.

Los hosteleros de Teófilo Llorente han trasladado su malestar a la asociación de empresarios y comerciantes del Casco Vello por el rebrote que se está produciendo con la práctica del botellón en esa zona. Alegan que los jóvenes no solo no consumen en sus locales, sino que espantan a la clientela, lo que hace que sus negocios vayan a peor en los últimos tiempos. Tales afirmaciones son refrendadas por la presidenta de Vigo Vello, Itos Domínguez, quien alerta de que los ánimos están muy exaltados entre los hosteleros y urge al Concello a adoptar medidas ante de que ocurran males mayores.

El descontento alcanza también a los vecinos, quienes esta misma semana denunciaban la existencia de conciertos en la calle organizados por algún local hasta altas horas de la madrugada. Entienden que si es zona saturada de ruidos no deben de permitirse ese tipo de prácticas.

De seguir así, no descartan emprender movilizaciones como ya hicieron en otras épocas, con anterioridad a la puesta en marcha de la normativa que prohíbe beber en la calle. Unos y otros lamentan que hasta ahora no se les ha hecho el menor caso.