La factoría que acaba de abrir en México estará a pleno rendimiento en abril
21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Diversificar mercados. Es una de las máximas que han seguido buena parte de las auxiliares de la automoción para crecer. Es el caso de Viza, especializada en la fabricación de estructuras metálicas de asientos y una de las contadas de capital 100 % gallego, que acaba de abrir sendas plantas en Tánger (Marruecos) y Huetjozingo (México). Con una superficie construida de 11.000 meros cuadrados sobre una parcela de 34.000, esta última prevé alcanzar la cadencia máxima en abril, lo que le permitirá garantizar suministros para 1.000 coches al día. La producción en serie arrancó el mes pasado y Volkswagen, que tiene planta de montaje a unos 40 kilómetros, es su cliente de referencia.
Con tal motivo, la compañía que preside Antonio Vega ya tiene más negocio y plantilla en las tres factorías con las que cuenta en el exterior -la tercera está en Pilsen (República Checa)-, que en la sede central de O Porriño, donde trabajan 500 de los 1.100 empleados del grupo. La cifra se irá incrementando a medida que la de México adquiera la velocidad de crucero prevista. Viza creció un 24 % en facturación en los dos últimos ejercicios, en concreto un 17 % en el 2016, hasta alcanzar los 112 millones de euros, y un 7,1 % el pasado año, que cerró con 120 millones. El negocio en el exterior representa algo más del 55 %.
El grupo empresarial diseñó un plan de inversiones para el período 2016-2018 por importe de 54 millones de euros en el que, además de la construcción de las plantas en México y Marruecos, contempla la incorporación de nuevas tecnologías en las ya existentes. En concreto, la inversión programada en O Porriño asciende a 27 millones, de los que una parte importante se destina a robots y maquinaria de última generación, que le ha permitido alcanzar el 100 % de automatización en el proceso de estampación.
Produce armaduras de acero para 2,5 millones de coches al año para veinte marcas -Renault, Audi, Mercedes, Volkswagen, Peugeot, Porsche...-, implantadas tanto en Europa como en América y África. El proceso de internacionalización arrancó en el 2004 con la apertura de la factoría de Pilsen, la más multimarca de todas, desde la que surgen a fábricas de automóviles del centro y el este de Europa. En el 2012 se implantó en Marruecos, sobre todo para suministrar asientos a la macroplanta de Renault en dicho país. La primera instalación se les quedó pequeña y en otoño abrieron la nueva.
El objetivo de apostar por invertir fuera no es otro que estar lo más cerca posible de los clientes, no solo para ganar tiempo en la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad, sino para garantizar el necesario ahorro en costes logísticos que, a la postre, es lo que les permite ser competitivos. Antonio Vega reconoce que «salir al exterior es una condición necesaria para sobrevivir». La otra es huir del monocultivo y tener una cartera de clientes lo más amplia posible. Atrás quedaron los tiempos de posición hegemónica en PSA, que garantizaba la saturación de la planta porriñesa. De hecho, ya no fabricarán todos los asientos del nuevo modelo de furgonetas (proyecto K-9), que compartirán con Faurecia y, lo que es peor, quedó fuera del panel de proveedores del futuro todocamino (proyecto V-20). Por eso, el gran desafío de Viza para este año es dotar de la máxima competitividad a la planta de O Porriño y captar nuevos pedidos.
En esa línea, está trabajando en varios proyectos de I+D+i con los que buscan, además de reducir el peso de las armaduras de acero, incrementar la seguridad en las tres líneas de asientos (delanteros, medios y traseros) y mejorar el confort.