
La autora publica un «thriller» erótico con vocación de novela feminista
21 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Tras la comedia adolescente Tercero sin ascensor, Lara A. Serodio (Vigo, 1984) firma una tercera novela totalmente opuesta, Cerca de ti (Ediciones B). Influenciada por escritoras como Gillian Flynn (autora del bestseller Perdida), presenta un domestic noir que navega por lugares poco habituales en el género, como la narrativa erótica. La relación entre Carla y Lola, madre e hija, cuyos nombres se inspiran en Lolita, es una excusa para tratar los peligros de ofrecer nuestra vida a desconocidos, en este caso, mediante aplicaciones de citas.
-«Cerca de ti» se promociona como una novela «adictiva y turbia». ¿Por qué turbia?
-La relación entre Carla y Lola, las protagonistas, no es una relación típica de madre e hija que no se entienden. No quería que lo erótico fuese gratuita. Lo turbio viene, precisamente, por lo erótico de los personajes, por la relación entre ellas. La madre trae hombres a casa y no sabe que su hija al otro lado de la pared la escucha. Ya no es solo ese punto incómodo de una hija escuchando a su madre tener relaciones, sino que ella misma no sabe gestionar su sexualidad. Se excita y no sabe cómo gestionarlo. Es una relación diferente y disfuncional basada justamente en la relación que tienen cada una de las protagonistas con el sexo.
-¿Tiene más protagonismo la relación disfuncional entre ambas o el elemento erótico?
-Quería que fuese todo de la mano, y que no fuesen ingredientes sueltos, sino que estuviesen mezclados. Los propios personajes llevan a estas escenas eróticas y, al revés, la naturaleza de las propias escenas lleva a esta relación disfuncional. Yo escribí esta historia pensando en que solo le podría pasar a Carla y a Lola. El dilema de la madre es que su hija no la vea como una prostituta, y el de la hija, gestionar su propia sexualidad.
-Su anterior novela, Tercero sin ascensor, era una comedia adolescente. ¿Por qué un cambio tan radical?
-Ya había intentado narrar erótica en otras pequeñas historias entremedias, de una manera muy realista, pero la pandemia me hizo llegar hasta aquí. En este año y medio, en el que no se podía quedar ni conocer gente de otra manera, empezó a haber un bum de las aplicaciones de citas. Me pareció muy interesante el coger a un personaje que estuviese encerrado en una casa, como Lola, aunque la historia no está ambientada en pandemia. Podría haber sido un romance, podría haber sido una erótica habitual, pero he querido escribir un thriller porque el hecho de confiar más en la persona que está al otro lado de la pantalla que en la que está al otro lado de la pared es turbio.
-¿El «sexting» puede ser peligroso?
-Una de las cosas en las que yo quería indagar no es ya si el sexting es peligroso o no, sino en que lo peligroso está en todo lo que volcamos en una pantalla. Sean nuestras esperanzas, sea la confianza que depositamos en alguien que no conocemos o sea incluso nuestra propia vida. He querido poner a los personajes en un peligro que no fuese el típico del thriller como asesinatos o persecuciones, sino un peligro más natural al que todos estamos expuestos por el hecho de llevar un teléfono en la mano. El peligro está en cómo no somos conscientes de eso. No es solo el catfish, sino en quién confías y qué información tiene la otra persona como para poder hacerte la vida imposible.
-¿Hay tabúes con la novela erótica?
-La novela erótica está… [duda] no quizás denostada, pero sí tengo la sensación de que se reduce a un público femenino de mediana edad que lo único que quiere es calentarse leyendo página tras página. Muchas veces cuesta casarlo con otras cosas y justamente una de mis intenciones era poder hacer un thriller literario y que lo literario casase con el género erótico o con lo que es un libro comercial. Sí que es cierto que hay eróticas y eróticas. Yo he querido hacer un thriller erótico realista. Por otro lado, era una herramienta muy grande para contar algo que a día de hoy es necesario y actual: el sexo femenino. Quizás el género erótico tiene esa idea de la mujer necesitada a la que el hombre viene a salvar. En ese sentido, siempre he tenido muy claro que lo erótico lo estaba utilizando para que fuese un thriller feminista, de reclamar el deseo de la mujer.
-Para el libro ha tomado referencias de autoras como Gillian Flyn. ¿Dónde se ve su influencia?
-Me gusta Gillian Flyn porque, como decía al principio, son los personajes quienes llevan la trama y no es la trama la que dicta al personaje. Para mí, ella es la reina del domestic noir. Al fin y al cabo, en este subgénero el drama no es el asesinato, sino la relación interpersonal. En ese sentido, por ejemplo, he querido darle mucha importancia a la casa, como si fuese otro personaje. Quería que fuese asfixiante, también que fuese una forma en la que la madre ejerce poder sobre la hija.