
El Cunqueiro, primer hospital de Galicia con un sistema que agiliza más los tiempos
25 mar 2025 . Actualizado a las 00:55 h.La máxima en el tratamiento del ictus es que el tiempo es cerebro. Cuanto antes se trate un accidente cerebrovascular, mayores son las probabilidades de que el paciente sobreviva y de que salga adelante con pocas secuelas. La última iniciativa del Hospital Álvaro Cunqueiro para llevar esa máxima a la práctica se ha implantado esta semana. Es el protocolo que los profesionales conocen como «Directo al tac». Consiste en que cuando el paciente con un ictus llega en ambulancia a urgencias no tenga que esperar ni un minuto para que se le haga la prueba radiológica clave para que los neurólogos puedan tratarlo cuanto antes. Es la primera vez en Galicia que se pone en marcha este sistema de trabajo.
«Como queremos acortar los tiempos al máximo, hemos estudiado que desde que el paciente llega a la puerta de urgencias hasta que se le hace el tac pasan 25 minutos. Tenemos margen de mejora», detalla el nuevo jefe de servicio de neurología, José Luis Maciñeiras, que durante años ha coordinado la atención al ictus. Cada año asisten unos 700 casos.
Este tipo de infarto cerebral se produce cuando un trombo tapona un vaso sanguíneo de la cabeza e impide que la sangre circule. Sin una prueba, se puede confundir con otras dolencias, como la hemorragia cerebral. Saber si un aparente ictus es realmente un ictus es fundamental para tratar al paciente. El medicamento para estos casos es el tratamiento fibrinolítico, que es un fármaco que deshace el trombo, pero cuyo uso tiene riesgos.
La fibrinolisis solo se puede utilizar en las primeras cuatro horas y medias desde que se produce el accidente cerebrovascular. Cuanto antes se emplee, mayor es la eficacia. Así que, una vez que se desata un ictus, todo se convierte en una lucha contra el tiempo.
Por eso es tan importante que el paciente entre directo al tac. Pero no es tan sencillo. El protocolo liderado por los neurólogos se basa en la colaboración entre especialidades que ya trabajan juntas dentro del código ictus. El 061 recoge al paciente. Si puede enviar una ambulancia con médico (SVA) o con enfermera (SVAE), al paciente se le van haciendo pruebas: el examen clínico, la extracción de sangre para analíticas completas y un electrocardiograma, además de la colocación de las vías. «Estas pruebas no se van a volver a repetir después, los neurólogos se fían de nosotros», aclara la directora asistencial de la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061, Marta Dorribo.
La ambulancia avisa al hospital. Cuando el paciente llega a las urgencias del Cunqueiro, no se le hace un nuevo examen clínico, como era habitual, sino que se traslada al tac y los médicos intercambian información. «Tenemos un tac dedicado a urgencias; como avisan desde la ambulancia, podemos liberarlo», explica la jefa de servicio de radiología, Milagros Otero. En urgencias tienen preparado un box de reanimación, por si acaso, y además están en alerta por si se acaba descartando el ictus y el paciente tiene que ser atendido de otra patología. «Lo más importante es que la ciudadanía llame cuanto antes ante el inicio de síntomas, la pérdida de fuerza, problemas al hablar o la parálisis de un lado de la cara», pide el jefe de servicio de urgencias, Ángel Pichel.
El tiempo sigue corriendo. Con el tac, los neurólogos pueden saber si se puede aplicar el tratamiento fibrinolítico. Desde hace unos años, empezaron a ponerlo ya en la propia sala del tac. Antes trasladaban al paciente a la unidad de ictus; con el cambio, ganan diez minutos. «La primera hora y media desde que se produce el ictus es la hora de oro», dice Maciñeiras, «es el momento en el que el tratamiento es más eficaz porque hay menos tejido cerebral dañado».
Hay pacientes que no entran en tiempo, porque tardan en llegar al hospital o bien porque no se sabe cuándo se produjo el infarto cerebral (por ejemplo, mientras dormían). Si su trombo es grande tienen otra opción, que es la trombectomía: los neurorradiólogos pueden extraerlo con un catéter, con un margen de 24 horas.
Las enfermedades cerebrovasculares están entre las principales causas de incapacidad y de muerte. En el año 2023 provocaron 1.823 muertes en Galicia, una de cada veinte.