As Neves y Arbo son incluidas en el programa de electrificación rural de la Xunta de Galicia
28 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Alumnos de centros educativos de Salceda, Mos, Covelo, Ponteareas, Mondariz, Salvaterra, A Cañiza, O Porriño y As Neves se dieron cita a finales de enero en Arbo para participar en los sextos Xogos do Condado. Aquel espíritu juvenil y deportivo estaba muy alejado de la vida municipal en Baiona. Su alcalde, Benigno Rodríguez Quintas, estuvo ocho meses sin convocar un pleno y cuando lo hizo, los corporativos fueron incapaces de aprobar los presupuestos. Este mismo regidor volvió a ser protagonista de un arresto a animales. Los detenidos, contaba el periódico, fueron los componentes de un rebaño de ovejas que había tenido la infeliz idea de pastar cerca del parador.
Las páginas de La Voz de Galicia recogieron en varias ocasiones a lo largo del año las reivindicaciones de los ecologistas que reclamaban para el estuario del Miño la declaración de espacio natural. De fondo seguía la polémica por las extracciones de arena en el río. También hubo manifestaciones en A Guarda para reclamar la construcción de un instituto que evitase el desplazamiento de los jóvenes hasta Tui.
1985 fue un año en el que la Xunta aplicó a varios municipios el plan de electrificación rural. A él se acogieron As Neves, Oia y Arbo, y ayudó a mejorar las condiciones tanto de los habitantes como de las posibles empresas interesadas en ubicarse en estos lugares. Sin embargo, el abandono en que vivían algunos municipios se exteriorizaba con las visitas oficiales de políticos importantes. Ocurrió cuando el presidente de la Xunta, Gerardo González Albor, acudió a O Rosal o a Tomiño, donde su alcalde, Fernández Lorenzo, le pidió a su compañero de partido «una mayor atención».
Como había ocurrido en los años anteriores, Redondela seguía distinguiéndose por su política lingüística, que era copiada por otros ayuntamientos de Cataluña y Valencia. Peor mano tuvo Xaime Rei cuando reclamo al obispo la retirada de las listas de caídos del bando franquista de las iglesias parroquiales. En 1985 habían conseguido oficializar 619 topónimos, al tiempo que galleguizaron todo el callejero de la villa.
La tradición y pericia ponteareana en la confección de alfombras florales fue nuevamente admirada por el papa, pero esta vez en Venezuela. Con su alcalde José Castro al frente, una expedición de habitantes de Ponteareas cruzó el charco para participar en la visita vaticana al país sudamericano.
También quedó muy bien reflejado el paisaje de A Guarda, Mondariz, Baiona y Oia en La hora bruja, una película dirigida por Jaime de Armiñán que contó con la participación de Francisco Rabal, Concha Velasco, Victoria Abril y Sancho Gracia.
Por su parte, en Tui celebraron por todo lo alto el hermanamiento con la localidad castellana de Frómista. Sin embargo, en Cangas la tensión política aumentaba sin pausa hacia lo que años después se conocería como la movida de Cangas. Al frente del municipio seguía sufriendo Lois Pena la presión de la oposición.