Condenada a pagar la recuperación de Stone, el perro apadrinado por Dani Rovira

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

BAIONA

Emilio Cerviño

Un juez dice que la poseedora debe pagar a la protectora aunque no se probase el abandono del animal, que fue recogido moribundo

06 dic 2018 . Actualizado a las 23:32 h.

Ya se ha hecho algo de justicia con Stone, el perro que apareció semienterrado bajo piedras en Chan da Lagoa en julio del año pasado y que, dos meses después, el actor y cómico Dani Rovira presentó a toda España en el programa de El Hormiguero. Una vecina de Baiona deberá pagar a la protectora de animales Bai Senpulgas, que rescató y salvó la vida del animal, los 1.1300 euros de gastos médicos más las costas del juicio verbal celebrado en Vigo.

La sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 9, contra la que no cabe recurso, considera que «hay fuertes indicios de que el animal fue abandonado pero, a falta de pruebas concretas, se ha de considerar un extravío que tuvo como consecuencia que sufriese daños, lo que se tradujo en un perjuicio para la protectora». El juez considera que «existe un nexo causal entre el perjuicio y el extravío por parte de los poseedores, a los que se imputa un deber de indemnizar con independencia de su conducta».

El auto dice que no hay pruebas de que la mujer abandonase materialmente al animal ni de que le causase daño ni tampoco de que fuera esposa del dueño, ahora fallecido, y consiguiente propietaria. Según la sentencia, un día antes de que apareciera el animal bajo las piedras, el dueño lo llevó a un veterinario para matarlo «debido a que le había mordido en varias ocasiones».

Lo que sí se acredita, indica el juez, es que la mujer, que compartía vivienda con el ya fallecido, «era posesora y se servía del perro, pues formaban una pareja de hecho y tenía constancia de la desaparición del animal».

El perro que salvó Bai Senpulas fue localizado después de ser golpeado en repetidas ocasiones en la cabeza. Los voluntarios del colectivo lo llevaron inmediatamente a una clínica veterinaria, donde le diagnosticaron un traumatismo craneoencefálico con esquirlas de hueso en la masa cerebral y un pronóstico muy grave.

La Guardia Civil investigó entonces al propietario del perro, que tampoco tenía chip, por un presunto delito de maltrato animal. El hombre falleció antes de que el caso llegara a la sede judicial. La presidente de la protectora, Tatiana Álvarez, parte activa de la curación de Stone, valoró ayer la sentencia, porque fomenta la concienciación sobre la responsabilidad.

Tras pasar por sus manos, el animal disfruta por fin como un perro. «Me enamoré en cuanto lo vi, pero como vivíamos en un piso, sabía que no podíamos tenerlo con nosotros. Luego alquilamos una casa y llamamos a la protectora pensando que ya no estaría con ellos pero sí, y entonces ya nos lo trajimos a vivir con nosotros», explica entusiasmada Paula, acompañada por Jordan, que es su pareja. «Al principio tenía la cara muy triste, se asustaba rápido y, al subir escaleras, perdía fuerza en las patas. Ahora está feliz de verdad, le gusta todo y sobre todo las piscinas», apunta Jordan.