
Un fuera de serie. Hace tan solo un año que creó su propia «start-up» de inteligencia artificial y sus padres ya le han dado la emancipación. «Los directores generales deberían tener salarios acordes a la situación de la empresa», dice
23 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Con tan solo 16 años, Marc Revert ya ha conseguido lo que muchos de nosotros jamás lograremos. Y no lo decimos solo por alcanzar un puesto de CEO en su propia empresa, sino porque lo que cuenta nos puede parecer ciencia ficción. Ha conseguido desarrollar una start-up de inteligencia artificial que es capaz de demostrar que las máquinas pueden interactuar con las personas, es decir, que son capaces de «ver, oír y hablar» en tiempo real. Y todo eso, mientras se encuentra en plena adolescencia y cuando lo más normal del mundo sería que solo estuviera pensando en pasar de curso y en qué va a hacer el sábado por la tarde.
«Orga IA, que así se llama, tiene un año más o menos. Y ahora tenemos una inversión de 350.000 euros, para hacerla mucho más profesional, contratar a gente y poder hacer algo grande», explica este joven mallorquín, que reconoce que fundó la start-up con apenas 15 años. «Sí, iba al instituto y luego me iba a trabajar a un coworking al que me habían dado acceso. Ahora tuve que dejar el bachillerato presencial y lo estoy haciendo online», cuenta, como si fuera lo más normal del mundo. Pero, claro, su precocidad ya viene de mucho antes. «Con 8 años empecé a programar con un portátil que me regalaron mis padres. Al principio, diseñaba páginas web con una herramienta que se llama Wix, pero luego ya empecé más seriamente a programar con 9 o 10 años. Era un hobby», comenta. «Me hice grande, yo crecía y seguía haciendo proyectos. Mis padres lo veían y me apoyaban. Hacía de todo, y antes de este proyecto, tuve también otro emprendimiento. Al final, pasó bastante tiempo hasta llegar hasta aquí», reconoce Marc, de quien jamás dirías que tiene 16 años por su forma de expresarse.
«Lo bonito es que mis padres me hayan dado las herramientas necesarias para poder volar de manera independiente y, de alguna forma, también poder controlarlo todo. Porque me han concedido la emancipación, que eso, básicamente, es adelantar la mayoría de edad y ahora mismo yo lo controlo todo, puedo firmar los contratos y he podido montar la empresa, como cualquier persona adulta. Y está bastante bien», comenta.
«Vivo con mis padres»
«Ya soy independiente económicamente, aunque tengo que reconocer que antes no lo era. Justo con este proyecto he empezado a serlo, pero no estoy emancipado en términos prácticos. Quiero decir que todavía vivo con mis padres», explica este joven, que aclara también que el hecho de ser el CEO de Orga IA no ha influido a la hora de ponerse el sueldo más elevado: «Cobro el salario mínimo. De hecho, lo que me encantaría es que durase mucho esto de tener el salario mínimo. Creo que se debería incentivar, de alguna forma, que los CEO tuvieran salarios acordes a la situación de la empresa. Porque realmente, lo que debería incentivar a un director general es el éxito de su compañía, no su sueldo. Y nosotros aún no estamos facturando, llevamos poco tiempo. Quiero ver cuánto tiempo aguanto con este salario, una vez que empecemos a facturar y rodar. Pero eso no quiere decir que la empresa vaya mal. Todo lo contrario, sino que, simplemente, estamos despegando».
Aun así, ya cuenta con 11 trabajadores a los que hay que pagarles sus nóminas: «Todos ellos cobran más que yo. Yo soy el que menos cobro. Cada uno de ellos tienen sus necesidades y las mías son bastantes pocas. No tengo que pagar ningún alquiler, aquí en Palma de Mallorca, imagínate lo que puede ser. Y yo lo que quiero es lanzar esto y que vaya superlejos». Según cuenta Marc, Orga nació a raíz de su anterior proyecto, que se llamaba Organizo, y surgió de la espontaneidad de intentar ayudar a sus compañeros con los deberes: «Era una agenda donde lo que hacía era organizar los deberes de la clase. Ellos podían subir las tareas. Y la idea era muy simple. Cualquier alumno podían avisar de las tareas o exámenes pendientes a toda su clase en tiempo real. Entonces, uno subía una tarea y al resto le llegaba una notificación de que había que hacer esa tarea pendiente».
«La idea surgió, básicamente, porque mis compañeros no entregaban los deberes a tiempo y yo intenté solucionar el problema. Entonces vi que el proyecto tenía potencial fuera de la educación, en cualquier ámbito, porque lo que pretendía con Organizo es que en lugar de usar la inteligencia artificial para hacer los deberes, les ayudase en el estudio y la programación de los deberes y los exámenes. Y ahí es donde vi que las tutorías se podían hacer también con inteligencia artificial. Y aprendías mucho de esta forma. Había servicios de repaso online... Y me di cuenta de que esto era solo el principio de todo un mundo por descubrir», indica.
Para todos
Fue así como transformó Organizo en Orga IA: «Y encontré a Gerard, el cofundador, que me ayudó a construir el proyecto. Estuvimos cuatro meses trabajando con inteligencia artificial, pero no conseguíamos resultados, hasta que encontramos la clave para que funcionase. Y ahora el proyecto no se parece en nada a lo que empezó. Pero creo que ya estamos bastante avanzados. En unas semanas o un mes estaremos ya ofreciendo nuestro servicio». Además, Marc tiene muy claro que esta herramienta tiene que estar al servicio de todo el mundo: «Queremos poner nuestro grano de arena haciéndolo de manera abierta, siendo una open source [fuente abierta, un proyecto accesible], que es algo muy importante. La mayoría de las empresas de Silicon Valley son cerradas y eso es un problema, ya que no apoyan la investigación abierta. Y nosotros lo que queremos es que la gente pueda investigar nuestros modelos, los pueda usar de manera libre».
Nadie sabe lo que le deparará el futuro a este adolescente prometedor que se declara autodidacta, porque todavía es muy joven para estar matriculado en una carrera universitaria. Pero él tiene muy claros sus objetivos: «Me gustaría tener un MBA. De hecho, empecé uno, pero era de YouTube. Yo siempre he aprendido de manera muy autodidacta. Pero es verdad que también he tenido muy buenos mentores que me han sabido guiar. Y todos los conocimientos que tengo de márketing y de contabilidad los he sacado de vídeos de YouTube. Entonces, me gustaría tener un MBA formal y tener más estudios».
Lo que tiene claro es que no abandonará sus proyectos. «Ahora mismo he encontrado el equilibrio para estar emprendiendo y estudiando. Y me gustaría que en un futuro también pudiera continuar con esa fórmula», cuenta, mientras reconoce que jamás se ha hecho ningún tipo de pruebas para saber si tiene altas capacidades: «Yo siempre he sido un estudiante normal que tenía que entregar los deberes y hacer los exámenes a tiempo. Por eso, desarrollé la aplicación para ello».
Aun así, Marc se ve haciendo una carrera universitaria, pero no le extrañaría nada que fuera online: «Para entonces ya habrán pasado muchas cosas. Cualquiera sabe. Siempre quise estudiar Administración de Empresas o Ingeniería Informática, porque me interesa mucho la inteligencia artificial, pero también mola mucho estar en una empresa donde aprendes tanto... Y si paro de aprender, entonces sí creo que tendré que recurrir a la universidad. Pero desde una empresa incluso puedes generar cosas que no hacen las universidades, porque desgraciadamente no les han dado los recursos para hacerlo. Así que ya veremos lo que me depara el futuro». Eso, ya veremos Marc.