Huevos benedictinos a la española
La vuelta a la rutina puede ser tan dura como la peor de las resacas. Y como precisamente este plato nació para aliviar los males tras una noche loca, aprovechamos para lanzarnos a una receta que nos llenará de energía y satisfacción
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Los huevos benedictinos son de origen anglosajón. Entre las numerosas atribuciones que tiene este plato, los autores de La cocina es vida se quedan con la de Lemuel Benedict, corredor de bolsa en Wall Street. Una mañana de 1884 buscaba un remedio para la resaca y pidió unas tostadas con mantequilla al maître del hotel Waldorf, Oscar Tschiky. También demandó unos huevos escalfados, panceta crujiente y salsa holandesa. Al poco tiempo la mezcla fue incluida en la carta del desayuno y perdura hasta nuestros días.
Y es que en Nueva York, como cuenta la leyenda, las personas que se acostaban tarde por disfrutar de una noche sin frenos, se levantaban al día siguiente cerca del mediodía. Un momento en el que era tarde para el desayuno y pronto para el almuerzo. Es aquí donde surge el término tan de moda «Brunch». Simplemente es eso, un desayuno tardío más completo que uno normal, pero no tan abundante como un almuerzo. Entre la variedad de alimentos que incluye el brunch, los huevos benedictinos no pueden faltar.
En este caso, optamos por una opción castiza como los huevos fritos para darle un toque diferente y, sin ninguna duda, suculento.
- 7 Huevos Camperos
- 1 Bollito de pan cristal
- 2 Lonchas de jamón cocido
- Unas hojitas de espinacas baby
- 50 g. de mantequilla
- Sal
- Aceite de oliva
Comenzamos abriendo el pan en dos mitades longitudinalmente y tostando ligeramente por los dos lados en el grill del horno.
A continuación, vamos a separar las yemas de las claras de cinco huevos y vamos a reservas las claras para otras elaboraciones.
Procedemos a freír los dos huevos que nos sobran. Para ello, en una sartén mediana ponemos abundante aceite y, una vez que esté a unos 180º C, cascamos el huevo y lo ponemos en un bowl pequeño o un plato y de ahí lo echamos a la sartén. El objeto es que no se rompa cascándolo directamente sobre el aceite.
Cuando comience a tener puntillas, es decir, el crujiente de alrededor, lo retiramos y repetimos la operación con el otro huevo.
Ponemos la loncha de jamón cocido sobre el pan y gratinamos en el horno un par de minutos. Nada más sacarlas, le ponemos unas hojas de espinacas baby y el huevo frito encima.
Ya solo nos queda hacer la salsa, que es muy similar a la holandesa. Para ello. Ponemos la mantequilla en una sartén a fuego muy bajo.
Cuando comience a derretirse echamos las yemas con un poco de sal y vamos removiendo a fuego muy suave hasta que la mantequilla lentamente se vaya fundiendo y las yemas tomando consistencia. Si vemos que van cuajando muy rápido retiramos del fuego, pues ha de estar como si fuera un baño María y tenemos que estar todo el tiempo removiendo.
Presentación. Repartimos la salsa por encima de los huevos fritos hasta que queden bien cubiertos y ¡listo! Ya tenemos los huevos benedictinos a la española.
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