Los venezolanos, acostumbrados a vivir estos días, los más devotos en las procesiones y la gran mayoría en las playas, este año se han pasado la semana de pasión en las calles manifestando su rechazo a la dictadura encabezada por Maduro y soportando una brutal represión que ya arroja un saldo provisional de siete muertos y 350 detenidos. El conflicto está alcanzando unas dimensiones que hasta el camarada Putin ha manifestado su preocupación de que Maduro pudiera acabar como Allende.
Julio Á. Fariñas