CINELANDIAS 'La mujer del cuadro', los peligros de las fantasías eróticas

Viernes, 05 de Enero 2024, 09:20h
Tiempo de lectura: 4 min
Fritz Lang (1890-1976) no necesitaba hacer cine negro, porque todo su cine participa, en mayor o menor medida, de los climas, inquietudes y obsesiones propios del género; y a sus personajes siempre los acecha una fuerza sin rostro, una amenaza sin forma, un miedo sin contornos. Hay en Lang una insomne pululación noir, que a veces se resuelve en miedo paranoico a un enemigo que anda suelto, capaz de los crímenes más aberrantes y alevosos, y otras veces se desborda en denuncia social. Durante los años de la segunda guerra mundial, a Lang le tocó hacer películas de propaganda antinazi más o menos encubierta o descarada, en las que una vez más el elemento noir es ingrediente sustantivo de las tramas. Y, hacia mediados de la década de los cuarenta, iniciará con La mujer del cuadro (The Woman in the Window, 1944) una tetralogía que podríamos adscribir al noir psicológico, con una presencia ubicua de elementos freudianos que, en algún caso –pensamos, sobre todo, en la parcialmente fallida Secreto tras la puerta–, puede llegar a resultar atosigante.
-
1 Tony Curtis, visto por su hija: crecer en la pobreza, las drogas, su hijo con Marilyn...
-
2 Pódcast | Ególatra, acomplejado... luces y sombras del Barón Rojo, un mito de la I Guerra Mundial
-
3 «Sola en la selva, sin comida y con cuatro niños, me puse de parto. Pensé: 'Ya está, aquí me muero'»
-
4 Raquel Welch: «Los mejores amantes de mi vida»
-
5 Pedro Piqueras: «Mi carácter no me permitiría irme haciendo la puñeta a nadie»