Viernes, 20 de Diciembre 2024, 08:28h
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Dije alguna vez, y si no, lo digo ahora, que un escritor es lo que lee, lo que vive y lo que imagina. Por lo menos tal es mi caso, y con esos ingredientes –en lo de leer pueden incluir el cine y sus derivados– escribo novelas. Pero nada pasa en crudo al libro, y por esto señalo con frecuencia que es un error buscar con exactitud a un autor en sus relatos y personajes, en lo que éstos hacen o dicen. La escritura, buena o mala, es una ficción donde lo real, a menos que sea autobiográfico –y en ese caso, desconfíen todavía más—, suele ser sólo unas gotas de vida propia mezcladas con otros elementos, diluidas en la trama, refundado todo en el resultado final que conocemos como literatura.
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