La edad de oro de la Marina española
La edad de oro de la Marina española
La monarquía hispánica se extendía por todos los continentes en el siglo XVIII. España aún era el mayor imperio del mundo. Había mucho que defender. Fue entonces cuando la Armada española vivió una revolución. Cambió todo.
Mientras que en el siglo anterior los Austrias alquilaban embarcaciones mercantes para uso militar y las escuadras las formaban naves desiguales, los Borbones decidieron unificar fuerzas y crearon astilleros y arsenales para construir nuevos buques: hasta 991 se incorporaron a la Armada en el siglo XVIII.
Desaparecen los poderosos galeones y se opta por los navíos de línea, con menos capacidad de carga, pero más rápidos, más largos y con más cañones. Se usan también naves como las ligeras lanchas cañoneras, ideadas por el mallorquín Antonio Barceló y que tanto daño hicieron a los ingleses cuando bombardearon Cádiz en 1797, o los ágiles jabeques para combatir a los incómodos berberiscos en el Mediterráneo.
También se apuesta por la uniformidad: en las naves, en la vestimenta de los infantes de Marina –reunidos en un único cuerpo que llegó a aglutinar a 12.000 hombres– y en la administración.
La Armada experimenta tal transformación que se convirtió a finales del siglo XVIII «en la segunda Marina de guerra más importante del mundo. Vivió entonces una edad de oro», explica Rafael Torres, historiador que publica ahora La Armada Real (Desperta Ferro Ediciones) junto con Jordi Bru, fotógrafo especializado en la recreación de ejércitos y batallas históricas.
En su libro ilustran con datos e imágenes la vida a bordo (se trabajaba en turnos de cuatro horas), la organización para el combate, lo peligroso que era el abordaje o los privilegios de los oficiales (sus retretes se llamaban 'jardines' y contaban con ventanas y cisternas...). El libro es una travesía naval por un siglo que se torció al final para la Marina española. A partir de 1793, con una gran crisis financiera, comenzó el declive, rubricado con la derrota de Trafalgar de 1805.