Desayuno de domingo con... Alberto Ginés: 'Lo que más echo de menos es ir a casa de mi abuela a comer con ella'
Cáceres, 2002. Soy escalador y he conseguido la primera medalla de oro en escalada en unos Juegos (Tokio 2020). Soy también el olímpico español más joven de todos los tiempos.
Domingo, 07 de Noviembre 2021
Tiempo de lectura: 2 min
XLSemanal. Dice que la medalla pesa mucho, ¿es de oro macizo?
Alberto Ginés. Por desgracia, no; solo está bañada en oro, pero igual hasta la vendo [ríe].
XL. ¿Le ha cambiado la vida a mejor?
A.G. No lo sé, pienso que a diferente. Han sido muchos cambios muy drásticos en dos meses. Me gusta la normalidad y me está costando adaptarme.
XL. ¿Qué es lo que peor lleva?
A.G. No poder decidir todo lo que hago. Me llaman de muchos sitios y preferiría estar más tranquilo.
XL. No se queje tanto que, sin haber mesa en un restaurante, lo reconocieron, le montaron una y lo invitaron a champán.
A.G. [Ríe]. Sí, en Italia. La sorpresa es divertida, pero no me gusta abusar...
XL. ¿Le piden en la calle hacerse un selfi?
A.G. A veces. Una noche, en Cáceres, salí con mi padre y me lo pidió un chico. «Tu medalla –me dijo– me da igual, la foto es para el Twitter» [ríe]. ¡Las redes están muy locas! Antes de los Juegos tenía 40 seguidores y ahora, 160.000.
XL. Dice que le impresionó ver dos veces en la misma semana a Pedro Sánchez.
A.G. Jamás pensé que iba a hablar con el presidente del Gobierno y se me hizo muy raro. En diciembre tengo una cena e igual me toca conocer a los Reyes.
Hoy, sin ahorros...
«Lo que más me gusta es un par de tostadas con aguacate y pavo. Pero en el CAR no nos ponen aguacates, son caros, así que las tomo con pavo y queso».
XL. Al final va a amortizar su primer traje.
A.G. Como no voy a muchas bodas, no me había puesto una chaqueta jamás, y me la sigo abrochando mal. En las redes, muchos me dicen que el botón de abajo no se abrocha, pero se me olvida.
XL. ¿Para qué pondrán dos botones si solo hay que abrocharse uno? [Risas].
A.G. Eso quisiera yo saber: pues para aparentar, como todo.
XL. ¿Y liga más que antes de los Juegos?
A.G. Evidentemente, sí [ríe].
XL. ¿Ha aparcado sus estudios?
A.G. Sí, para preparar los Juegos. El año que viene los acabaré sí o sí; luego, me gustaría estudiar Fisioterapia.
XL. Dice que en España no hay rocódromos en los que poder entrenarse.
A.G. Los que hay están abiertos al público. Es como si Mireia Belmonte tuviera que ir a una piscina pública y pagar la entrada para poder nadar. Yo me voy fuera de España para poder entrenar.
XL. ¿Ha dejado de hacer ciertas cosas para cuidar sus manos?
A.G. No, solo hago dieta y no puedo comer hamburguesas ni pizzas, que me encantan. Lo que más echo de menos es ir a casa de mi abuela a comer con ella.
XL. ¿La medalla trae un pan bajo el brazo?
A.G. Bastante grande (94.000 euros), pero no me vuelve loco el dinero; sé priorizar las cosas y rechazar las ofertas grandes que no quiero.
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