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Qué hacer si eres de los que se despierta cansado todos los días

El sueño no reparador

Qué hacer si eres de los que se despierta cansado todos los días

¿Has dormido ocho horas pero te sientes como si hubieras pasado la noche en vela? Es lo que se conoce como 'sueño no reparador' y las personas que lo experimentan están tan agotadas por la mañana como antes de irse a la cama. Las consecuencias pueden ir desde la fatiga o la falta de concentración hasta problemas cardíacos, metabólicos o de salud mental. La clave está en descubrir su origen. Es hora de revisar tus hábitos.

Martes, 26 de Noviembre 2024, 10:46h

Tiempo de lectura: 7 min

No importa cuánto duerma. Me despierto y me siento como si me hubiera atropellado un camión». Esta es una de las frases más repetidas en las consultas de los expertos en trastornos del sueño. Y no, no hablamos de insomnio. Es decir, no se trata de personas con dificultades para quedarse dormidas, que se despiertan demasiado pronto y no pueden volver a dormir o que se levantan varias veces a lo largo de la noche. Esto es diferente: los que padecen 'sueño no reparador' aseguran que caen en los brazos de Morfeo en cuando se meten en la cama y no recuerdan despertarse ni una sola vez en ocho o nueve horas. En otras palabras: dormir han dormido lo suficiente, pero el sueño no ha hecho su trabajo.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 12 millones de españoles no descansan de forma adecuada. Concretamente, el 48 por ciento de la población adulta española y el 25 por ciento de los niños no tienen un sueño de calidad. Y eso teniendo en cuenta que, como añade el informe, solo se ha diagnosticado al diez por ciento de las personas que lo padecen.

No es que tengan insomnio, pero no descansan. El 48 por ciento de la población adulta española y el 25 por ciento de los niños no tienen un sueño de calidad

Y, aunque los expertos coinciden en que detrás de un ‘sueño no reparador’ podría haber una enfermedad como la apnea o una afección como el bruxismo (y si se produce de manera crónica es absolutamente necesario un examen médico), en la mayoría de los casos no hay una patología subyacente y el problema está relacionado con un descanso profundo inadecuado.

«Para que el sueño consiga su efecto no solo debemos dormir las horas suficientes, sino también hacerlo de forma continua porque tenemos que pasar por todos los ciclos y fases: desde el sueño ligero, hasta el sueño profundo o reparador y la fase REM. Por eso, tú puedes estar en la cama ocho horas pero, si no has pasado a sueño profundo, probablemente te levantes cansado», aclara Jana Fernández, la especialista en fisiología del sueño que lleva años estudiando este campo científico.

¿Notas cansancio o no sabes por qué?

El bruxismo y la apnea podrían estar detrás

Incorporado en la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño como una afección que consiste en apretar o rechinar los dientes, el bruxismo nocturno se asocia con un exceso de despertares, además de dolor de cabeza, mandíbula, cuello y oído. Es decir, nada más lejano al objetivo de conseguir un sueño reparador.

Además de las molestias que ocasiona esta afección, el bruxismo puede venir acompañado... Leer más

¿Y por qué es tan importante esa fase para conseguir el descanso? «Porque es ahí cuando se produce todo el proceso de limpieza cerebral y de regeneración de tejidos. Se consolidan la memoria y el aprendizaje, se equilibra nuestro sistema nervioso, se fortalece el sistema inmune y es cuando segregamos la hormona del crecimiento», asegura la experta. Por eso, un ‘sueño no reparador’ no consigue recargar el cuerpo y el cerebro lo suficiente. «El problema es que no le damos a este tema la importancia que requiere y descansar es mucho más que dormir», señala la especialista.

«El sueño es fundamental para la salud y un requisito biológico imprescindible para la vida humana. Está involucrado en innumerables procesos fisiológicos, por lo que su mala calidad se relaciona con problemas de salud: aumento de riesgo de mortalidad por eventos cardiovasculares, problemas metabólicos como diabetes y obesidad, disfunciones neurocognitivas, problemas de salud mental…», asegura la doctora Ana Fernández Arcos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN. «Y si bien experimentar cambios puntuales en el sueño es algo normal, ciertos factores externos -principalmente hábitos de vida inadecuados y estrés- o padecer algún trastorno del sueño pueden provocar cambios graves en los patrones de sueño, que pueden hacer que nuestra salud se vea afectada».

Puedes estar en la cama ocho horas pero, si no has pasado a sueño profundo, probablemente te levantes cansado. «Descansar es mucho más que dormir»

«Y el estilo de vida que llevamos no nos ayuda mucho a respetar el descanso», añade Jana Fernández. «Esa obsesión que tenemos por la productividad, por hacer muchas cosas al mismo tiempo y todo con prisa, además de hacer que nos llevemos muchas preocupaciones a la cama, va en contra de nuestros ritmos biológicos porque nos conduce a horarios muy irregulares. Y una de las características del sueño reparador es la regularidad», continúa. «Tampoco nos ayudan los horarios tan nocturnos que tenemos en España. Cenamos tarde, nos acostamos tarde y luego, el fin de semana, ya ni te cuento: nos levantamos y nos acostamos a horas completamente distintas. Sin regularidad. Y eso no hay cuerpo que lo aguante. Eso no es consistencia. Porque a nuestro cuerpo le gusta la regularidad».

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Ni castigo ni pérdida de tiempo. Dormir no es una pérdida de tiempo ni un castigo, enfatizan los expertos. «Esa idea de mandar a los niños a la cama cuando se portan mal ha hecho mucho daño».

La propuesta de Jana Fernández para conseguir esa reparación que nuestro cuerpo necesita pasa por varias pautas. «Primero hay que tomar la decisión de que dormir va a ser una prioridad en nuestra vida y, por supuesto, eso va a requerir una disciplina para que se convierta en un hábito», comienza la experta. «Otra de las claves está en la dieta y el deporte: alimentarnos de forma saludable y llevar un estilo de vida activo, es decir, no solo hay que hacer ejercicio, sino que debemos ir a los sitios caminando, subir escaleras, etc...».

A continuación, Fernández hace hincapié en todo lo que tiene que ver con la higiene del sueño: «La cama no puede ser una extensión de la oficina. Por eso es tan importante no llevarnos el móvil y no revisar emails del trabajo o redes sociales antes de pretender conciliar el sueño. Porque todo eso no nos permite desconectar, sino todo lo contrario: nos puede generar más estrés. No es lo mismo, por ejemplo, ver una serie porque eso sí que puede servir para desacelerar y relajarnos antes de dormir».

Por último, la autora del libro Aprende a descansar, incide en la importancia de disfrutar del proceso: «El sueño y el descanso son un gran placer. Afortunadamente ya sabemos que dormir no es una pérdida de tiempo. No es un castigo. Esa idea de mandar a los niños a la cama cuando se portan mal ha hecho mucho daño. Y no debemos pensar en dormir como una obligación porque si lo convertimos en un “deberías” ya lo estropeamos todo. Yo soy muy partidaria de más placeres y menos quehaceres».