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Por qué funcionan los vídeos ASMR: así se logra el

Respuesta sensorial

Por qué funcionan los vídeos ASMR: así se logra el 'orgasmo cerebral'... sin sexo

Los llaman así, pero estos vídeos no buscan la excitación erótica, sino relajar con sonidos. Un fenómeno que arrasa en Internet y redes sociales.

Viernes, 04 de Octubre 2024, 12:58h

Tiempo de lectura: 3 min

Ponte los auriculares y déjate arrullar. Se conoce como ASMR –respuesta sensorial meridiana autónoma– y hace furor en Internet. YouTube está plagado de vídeos en los que una chica de aspecto angelical habla en susurros mientras frota, araña o tamborilea objetos diversos junto a un micrófono. El objetivo es producir en el que lo ve una sensación placentera y de calma, que a veces va acompañada de cosquillas en la nuca y el cuello.

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Sonidos de la infancia. Los vídeos ASMR relajan porque ciertos efectos sonoros y visuales nos remiten a situaciones agradables vinculadas a la infancia: los sonidos oclusivos con la boca, los crujidos del papel de regalo, el cepillado del cabello, la repetición en voz baja de palabras mimosas...

Muchas personas dicen que las ayuda a relajarse e incluso a dormir. El fenómeno no es nuevo –empezó en 2010–, pero sí que es nuevo y creciente el interés que ha despertado entre los científicos, que estudian mediante resonancia magnética qué ocurre en el cerebro durante una sesión de ASMR y si puede convertirse en una terapia para los trastornos de estrés y ansiedad.

Sus entusiastas lo tienen claro y lo comparan con el mindfulness (meditación). Hay canales especializados, como el de la española Ana Muñoz, que en sus vídeos bisbisea, cloquea, ronronea, acaricia con pinceles distintas superficies, toquetea botellitas a medio llenar, chasquea los dedos... Y, mientras tanto, mira a cámara como si mirase a los ojos. Y crea una atmósfera de intimidad que ha embelesado a casi dos millones de suscriptores. El ASMR se basa en la capacidad del cerebro para la sinestesia, una sensación que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra. Hay quien lo llama 'orgasmo cerebral', e incluso se ha creado una variedad de porno en torno al ASMR, aunque esto invita a la confusión. Lo que se persigue no es la excitación erótica, sino la relajación.

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Mira lo que hago. A esto se suma que somos seres empáticos. Las neuronas espejo se activan cuando observamos esa misma acción ejecutada por otro individuo. Por eso, ver a otra persona pasándose una pluma o una brocha por las mejillas nos predispone a sentir un suave hormigueo.

Los escáneres demuestran que las sinapsis –corrientes eléctricas que conectan neuronas– se disparan en algunas personas en la corteza cerebral, donde se mezclan redes neuronales diferentes. También se reduce el ritmo cardiaco. Y aumenta la conductividad de la piel.

Además, algunos científicos han comenzado a explorar la posibilidad de que el ASMR tenga efectos terapéuticos más allá de la simple relajación. Un estudio publicado en 2022 en The Journal of Neuroscience sugirió que el ASMR podría mejorar el control de la atención y reducir la percepción del dolor en algunos individuos, lo que abre un abanico de posibilidades para su uso en terapias complementarias para personas con ansiedad crónica, depresión e insomnio.

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Piel de gallina. La sensación de una descarga electrostática –piel de gallina– es otro efecto asociado, como cuando nos besan en la oreja o en el cuello. Con todo, algunas personas son inmunes. Y a otras estos sonidos les provocan una sensación molesta, llamada 'misofonía'.

El mundo del ASMR ha evolucionado rápidamente. Ya no se limita solo a susurros o sonidos suaves; creadores de contenido experimentan con entornos visuales inmersivos y tecnología binaural avanzada que simula una experiencia tridimensional auditiva. Algunos expertos señalan que la creciente sofisticación de la producción de estos vídeos, combinada con la accesibilidad a través de plataformas como YouTube y TikTok, ha permitido que el ASMR se convierta en una forma contemporánea de autoterapia para millones de personas en todo el mundo.