Worldcoin, sobre la venta del iris por criptomonedas: «Nosotros no regalamos dinero, damos propiedad en nuestro proyecto»

Yago Gantes
Yago Gantes A CORUÑA / LA VOZ

VIVIR A CORUÑA

Ricardo Maceira, gerente para Europa de Tools For Humanity, desarrolladora de la tecnología para el protocolo Worldcoin
Ricardo Maceira, gerente para Europa de Tools For Humanity, desarrolladora de la tecnología para el protocolo Worldcoin Cedida.

Ricardo Maceira, gerente para Europa de Tools For Humanity, desarrolladora de la tecnología para el protocolo Worldcoin, responde a la preocupación social sobre la cesión de datos biométricos por parte de los más jóvenes

24 feb 2024 . Actualizado a las 08:31 h.

La imagen de jóvenes de A Coruña haciendo cola en el centro comercial Marineda City para escanear su iris a cambio de entrar en el proyecto Worldcoin, con sede en Alemania, ha generado preocupación entre padres y resto de la sociedad. El objetivo último de la entidad, creada por Sam Altman, fundador de ChatGPT, es crear una red global financiera y de identidad basada en pruebas de humanidad. Sin embargo, el mayor atractivo para muchos de los que hacen fila es recibir las criptomonedas de bienvenida y cambiarlas por euros. «Me da miedo, pero el dinero irá para mis hijas, para comprarles ropa», contó a La Voz Andrea María Sanz, de 27 años, que ya forma parte de Worldcoin.

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha alertado de los riesgos que entraña proporcionar esa información y está analizando cuatro denuncias, interpuestas en la Comunidad de Madrid y de Cataluña. Nacho García Egea, oficial de seguridad de la información de la multinacional BeDisruptive, tiene claro que él no accedería a escanearse el iris: «Es un dato personal muy sensible, como tu historial médico». Sin embargo, Ricardo Maceira, gerente para Europa de Tools For Humanity, desarrolladora para la tecnología para el protocolo Worldcoin, asegura que cumplen con «todas los requisitos de protección de datos de la Unión Europea»

— ¿Qué tipo de datos está recopilando Worldcoin?

— Nuestra intención es garantizar que la persona pueda hacer esta prueba de humanidad protegiendo su humanidad lo máximo posible. Entonces, hemos creado un Orb que identifica que es un ser humano recogiendo imágenes del iris y de la cara de la persona. Esas imágenes van a generar un código, que se integra en una base de datos encriptada que cumple con todas las regulaciones de protección de datos en Europa y se compara con todos los otros códigos. Si no hay otro código igual, significa que esa persona no se ha dado de alta en este proyecto y con este conseguimos decir que es un ser humano único.

— ¿Esa imagen del iris se almacena también? ¿Hay relación entre el código y la persona?

— La foto del iris es borrada y el código que se genera no se puede reconvertir a la imagen del iris. Ese código es algo que no tiene ninguna correlación con las personas, solo se ha generado para garantizar que la persona se pueda dar de alta. Y permite que una persona por existir se pueda probar que es un humano en el mundo digital. Nosotros no queremos saber quién es, nos interesa saber que es un humano único.

Cuando te das de alta en la aplicación, si no quieres no tienes por qué compartir ningún dato. Además, en cualquier momento puedes borrar todos los datos que se han dado. Queremos que la persona tenga un completo control sobre sus datos.

— ¿Para qué nace esta nueva tecnología?

— Es un proyecto que ha sido desdeñado para intentar resolver uno de los mayores desafíos que existen en el mundo de hoy, que es cómo consigues diferenciar a un humano de un bot en el mundo digital. Puede parecer muy sencillo pero no lo es. Nosotros hemos mirado varias tecnologías y nos quedó claro que los datos biométricos son la mejor forma de cumplir este objetivo. Ahí, miramos la huella dactilar, pero la información que da no es suficiente para diferenciar un humano de 100.000. Luego con los reconocimientos faciales sucede lo mismo, a partir de 100.000 hay falsos positivos. Entonces, se concluyó que el iris es el único dato biométrico que podríamos utilizar.Tiene la suficiente información para distinguir un humano de diez mil millones. 

— ¿Esta recopilación de datos biométricos es legal?

— Cumplimos con todas los requisitos de protección de datos de la Unión Europea. Nosotros estamos registrados en Alemania, donde el proceso ha comenzado. En todas nuestra operaciones ofrecemos un pequeño libro sobre cómo funciona la gestión de datos. Cualquier persona puede mirar y leer y tomar una decisión informada. Además, en cualquier momento que la persona se quiera salir de la red, puede borrar sus datos. Queremos que la persona tenga el control sobre los datos.

— ¿Temen que posibles regulaciones estatales les impidan seguir escaneando el iris de las personas?

— Cuando hay tecnologías innovadoras siempre hay un proceso de adaptación de las regulaciones. Nosotros llevamos aquí más de un año, también hacemos un trabajo de proactividad con los reguladores. Es importante educar con el potencial de la tecnología y también con los riesgos. 

— ¿Dónde está el negocio detrás de este proyecto?

— En este momento no cobramos nada por utilizar la tecnología, pero lo que puede pasar es que si una cadena de cafés en Barcelona quiere regalar a todas las personas de la ciudad un capuchino. Si lo quiere hacer de una forma completamente justa, un café por persona, tiene que recoger datos. Los clientes tendrían que mostrar su DNI o su pasaporte, se tiene que registrar, poner en una base de datos. Y si vas al día siguiente, tienes que volver a enseñar el DNI y se comprobará si ya consiguió el café.

Con nuestra aplicación, leería el código QR del cliente y haría una verificación del World ID y estaría haciendo una verificación de que es un humano único, pero sin saber quién es. Ahora esto sería gratuito, pero imagínate que en un futuro hay que pagar un pequeño valor cada vez que el proceso se hace. 

— ¿Qué están haciendo los usuarios con las criptomonedas? ¿Las suelen cambiar por euros?

— Es una decisión que toma cada persona. No tengo datos que pueda compartir ahora, pero si la persona se quiere quedar con ellos, perfecto, y si la persona quiere venderlos, es su opción. A nosotros nos gustaría que la gente se quedase en el proyecto porque cuantas más personas estén contribuyendo mejor. Estamos creando la primera red donde todas las personas pueden decidir el destino. 

— ¿Estáis seguros de que menores de edad no han accedido al sistema?

— En nuestros stand hay carteles muy claros que dicen que tienes que ser mayor de edad. Nuestros equipos tienen claras indicaciones de que solo pueden dar de alta a mayores de 18 años.

— ¿La organización tiene constancia que la mayoría de los interesados en escanearse el ojo son jóvenes y personas con pocos recursos?

— Es muy difícil decir cuál es nuestro usuario tipo. Es muy reducido limitar a ese tipo de personas que dice. Tenemos personas mayores, no me gustaría reducir nuestros usuarios a lo que estás diciendo. La plataforma es para todos.

— ¿Pero entiende que la mayor parte de los que han hecho cola los últimos días, por lo menos en A Coruña, estaban interesados en el trueque económico?

— Nosotros no estamos pagando por datos biométricos. La persona que quiera darse de alta, puede utilizar sus datos biométricos para hacer la verificación y darse de alta en la aplicación. Lo que estamos dando es ser propietario de la red y damos tokens de bienvenida. Luego la persona decide lo que hacer con eso. Nosotros no regalamos dinero, damos propiedad en el proyecto a las personas que se apuntan. 

— ¿Cuántas personas ya forman parte de su entidad?

— Más de tres millones de personas registradas en el mundo entero, y en los últimos días fuimos la aplicación más descargada de España. Es una validación del interés el proyecto. Vamos a emitir un número limitado de criptomonedas WLD, el 80 % es para distribuir por la comunidad y el 10% para desarrollar el proyecto. Hasta que se distribuyan todos los tokens, la gente va a seguir recibiendo monedas, es nuestra manera de premiar a las personas que primero se juntaron en el proyecto darles más poder.