Andrey Amador: «Roglic es favorito, pero Carapaz ha preparado muy bien la contrarreloj»

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STUART FRANKLIN | REUTERS

En una Vuelta en la que la montaña ha estado presente desde el primer día, Richard Carapaz y Primoz Roglic sobreviven como los dos mejores clasificados gracias al trabajo de su equipo y, en especial, al de gregarios de élite. Igual que el Carapaz, Andrey Amador cambió el Movistar por el Ineos para aspirar a todo

03 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Andrey Amador (Alajuela, Costa Rica, 1986) es el ejecutor de Richard Carapaz montaña arriba, el último en caer, el responsable de dejar a los rivales al límite para que el de Carchi saque el cuchillo. Hoy, en O Ézaro, buscará salvar el día. Su lucha no es contra el reloj. Camino al Angliru se cayó y su líder lo necesita a su mejor nivel. En Ineos lo saben y miman al tico para que descanse.

—Lo primero, ¿cómo está?

—Bien. Después de la caída me duele un poco la clavícula y el pie, pero todo bien.

—Supongo que su caída trastocó la estrategia para el Angliru.

—Sí, pero fue culpa mía. Me fui yendo poco a poco a la parte trasera del pelotón, pero no iba a buscar nada. Me sentía un poco extraño. Una mala digestión o no sé. Coroné de una forma segura, me abroché el maillot y cuando buscaba progresar, porque soy uno de los corredores que baja rápido, fue la caída.

—¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio que se le escapan los favoritos?

—Son situaciones que se dan. Uno ya tiene madurez e intenta asumir riesgos. No puse a nadie en peligro, era un riesgo personal para reengancharme al grupo e intentar ser útil. Pensé que era un mal momento, a veces se pasan. La subida, cuando tiraba Movistar, iba perfectamente pero me entro un flato y nada, son cosas que luego se le dan vueltas. Ya cuando ves rota la bicicleta piensas: «mañana será otro día». Teníamos por delante a Cameron en la escapada, también estaba Dylan (Van Baarle), Froome que tuvo un gran día... estábamos tranquilos y, además, el trabajo lo estaba haciendo en ese momento otro equipo.

—Personalmente, ¿a usted le gustan los finales como el Angliru con pendientes tan exageradas?

—Yo siempre he dicho que no hacen falta este tipo de llegadas para marcar diferencias. Se marcan más diferencias con puertos de un porcentaje del 7 o el 8 % y donde hay más margen para la estrategia de los equipos. Al final en un puerto de un 10 o un 15 %, que quedan cuatro o cinco escaladores puros, estrategia no hay ninguna. Solo ir a rueda. Sin embargo, en una etapa corta de 100 kilómetros, con puertos de 6 kilómetros donde se puede atacar, en el que un equipo puede quedarse sin gente aunque sean escaladores, en un porcentaje del 6 %, tirando, con gente a rueda, la gente ya se puede beneficiar. Ya se sabe, si no miren el año 2015, cuando perdió la Vuelta Dumoulin en la Morcuera y el puerto de Cotos. Los finales tan exagerados esas diferencias que la gente espera o que se cree, además la gente va con miedo, con las energías justas.

—Pues mañana en O Ézaro la pendiente se acerca al 30 %.

—Sí. Mañana va a haber más diferencias en la zona llana porque al final es una contrarreloj. Son casi 30 kilómetros llanos, a uno o dos segundos el kilómetro que vaya perdiendo, que parece poco, pero es muchísimo. Y sin embargo luego llegan ese tipo de rampas y las fuerzas se igualan, entonces las diferencias volverán a no ser tantas.

—Con diez segundos entre los líderes, todo el mundo piensa en la contrarreloj y La Covatilla. 

—Sobre el papel, por supuesto, la contrarreloj favorece a Roglic. Luego todo el mundo dice que La Covatilla va a marcar muchas diferencias, pero no estamos ni en la primera ni en la segunda semana de la carrera. Las contrarrelojes cambian mucho, si no miren lo que pasó en el Tour. Roglic, obviamente, es un favorito para la crono, pero Richard está en un gran estado físico, ha preparado muy bien la contrarreloj, porque yo lo he visto y no hay que olvidarse del resto de etapas. Días de etapas rompepiernas, algún día que te pueda salir mal tiempo, puede haber cortes. ¡Estamos en Galicia! ¡Aquí es terrible en ese aspecto! Viento... Queda mucho.

—¿Está siendo esta Vuelta tan dura como parece?

—Es una carrera durísima. No hay vuelta grande, suave. Las hay más o menos duras en el aspecto del terreno, pero al final, si pones una etapa de 200 kilómetros llanos con viento, va a haber abanicos. Si es de montaña, pues probablemente se vaya más despacio, pero las montañas no se suben solas. Si es llana pero con un trazado sinuoso, estrés a la hora de gastar para ir en buenas posiciones. Al final, te haces a eso mentalmente y vas tirando.

—¿Cómo es Ineos?

—Movistar es un gran equipo. Este también, pero ya a otros niveles. Por todo. Los cuidados, el manejo de todo, los corredores, el staff, pulen todos los detalles posibles. Por ejemplo, estamos en habitaciones solos. Hay equipos que estarán compartiendo habitación. Se cumplen todos los protocolos, los materiales, servicio de fisios, dietistas. Pero al final todo se trata de lo mismo. Dar pedales y la fuerza.

—Después de todo lo que les hizo sufrir Froome en Francia cuando trabajaba para el Movistar, ¿qué siente ahora viéndolo en labores de gregario?

—Es un grande. Ahí demuestra lo que es realmente y el campeón que es. Es su último año en el equipo. Es una pena, pero también una gran suerte el haberlo conocido y haberlo podido tener como compañero.

—Hay quien dice que puertos como el Angliru lucen más sin público.

—Por supuesto con gente. Con público son espectaculares. nada que ver. Puedo asegurar que no. Lo hace emotivo, es bonito ver a la gente. Todos los ciclistas hemos estado ahí. No soy de disputar vueltas grandes, solo estuve en disposición de hacerlo una vez en el Giro de Italia y la gente no distrae. Al final vas tan concentrado en lo que tienes delante y en la rueda que tienes que seguir que ni escuchas. Es tal el grado de concentración que no afecta para nada. No. Y además es bonito, la gente ve a los corredores. Esperemos que pronto vuelva todo a la normalidad.

—Supongo que para usted hoy, un día tranquilo.

—Por supuesto. Vamos, eso ni se pregunta. Tengo la pena o la suerte de no salir de rojo como Richard y no tener que ir a tope. Así que trataré de recuperar un poco del golpe y hacerla lo más tranquilo posible, siempre entrando en el límite, y ya está.