El 80 % del comercio gallego ha seguido cerrado, acondicionando los locales para abrir
el lunes
09 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
La fase cero del plan de desescalada del Gobierno, que ha permitido reabrir las tiendas de menos de 400 metros cuadrados, siempre con cita previa, agota sus últimas horas con un balance de negocios abiertos de apenas el 20 % según la Federación Galega de Comercio.
El 80 % aprovechó la semana para acondicionar los locales a los protocolos de protección, con la mirada puesta en el arranque de la fase 1, este lunes 11 de mayo, cuando abrirá ya todo el comercio, a excepción de los centros comerciales, que lo harán a partir del día 25.
La patronal del sector asegura que esta semana de arranque ha servido para empezar a tomar contacto con la calle, pero las ventas han sido contadas, salvo en ferreterías o mercerías, en donde ha llegado a haber colas; y en establecimientos de belleza, salud o reparaciones.
«La mayor parte del comercio se ha dedicado a prepararse para abrir el lunes, colocando mamparas de protección en los mostradores, y preparando a los empleados, que deben atender con guantes y mascarillas, controlar el aforo y estar atentos a que todo está bajo control», explica la organización, que valora positivamente la posibilidad abierta por el Gobierno para que los empresarios que hayan pedido un expediente de empleo temporal para no despedir a los trabajadores durante las semanas de confinamiento, no tengan que incorporar ahora a todo el personal de golpe, sino que puedan mantener en el ERTE a parte de la plantilla, mientras se reactiva el mercado.
La opción de atender a clientes con cita previa no ha sido, en general, una experiencia positiva, ni siquiera para las grandes cadenas de moda como Mango o Inditex, que ensayaron este modelo de venta en algunas tiendas.
«No me puedejo quejar, he tenido gente todos los días»
r. estévez
El lunes, Beatriz Meléndez abría las puertas de Viva la Vida, una tienda de ropa de Vilagarcía, llena de dudas y temores. «Sigo preocupada por cómo vayan a salir las cosas, pero la verdad es que no me quejo de cómo ha ido la semana», confiesa con la sonrisa y el optimismo que el covid-19 casi le había quitado. «Todos los días he tenido gente mañana y tarde. La verdad es que el sistema de cita previa me generaba muchas dudas, pero no ha funionado nada mal», asegura. «Mucha gente necesitaba comprar ropa, tanto por el tiempo como por los efectos de la cuarentena, que ha hecho que nos cambien los cuerpos», dice. Y no solo eso: convencida de que esta crisis obliga a reinventarse, se ha aliado con un taller de Cangas y distribuye en Vilagarcía mascarillas, batas y gorros elaborados con polipropileno, un material lavable e impermeable. «El taller empezó cosiéndolos para un hospital, y aquí nos lo piden todo tipo de empresas, desde clínicas a hosteleros», dice. «Vi que existía esa necesidad y decidí probar, y la verdad es que está funcionando muy bien», tanto que «primero estoy priorizando los pedidos de empresas, pero en unos días empezaremos a vender también a particulares». Las que ya está comercializando al detalle son las mascarillas infantiles. «Llegaron el jueves y han sido un auténtico furor», explica Meléndez.
Bien agarrada a ese flotador inesperado, la joven empresaria afronta ahora nuevas preocupaciones. «Mis proveedores están cerrados, y me preocupa quedarme desabastecida de mercancía», cuenta. Le preocupa, también, la conciliación. ¿Qué va a ser de sus hijas a partir de la próxima semana, cuando su padre se incorpore al trabajo? «Ahora en la tienda estoy sola. Supongo que abriré durante unas horas al día y el resto del tiempo seguiré como hasta ahora, con cita previa», explica con optimismo renovado.
«Os que chamaron son clientes e viñan a tiro fixo»
a. Gerpe
Al dueño de la tienda Deportes Casais de Noia, Juan Casais, la semana de venta con cita previa le ha servido para adquirir una experiencia más en el difícil mundo del comercio, pero dista de considerar esta fórmula una alternativa: «Está ben para uns días, pero non me gustaría mantela no tempo».
Afirma que ha recibido llamadas, con un número desigual en las distintas jornadas: «Os que chamaron son clientes habituais do negocio e viñan a tiro fixo. Tiñan claro o que desexaban mercar».
Con el propósito de proporcionar tiempo a los consumidores para que no sintieran la presión del reloj a la hora de hacer su compra e, incluso, de darles margen para que tuvieran oportunidad de mirar cómodamente las prendas de temporada que llenan las estanterías, Juan Casais concertaba las citas cada hora: «Non quería que puideran sentirse agobiados».
Cabría pensar que con una tienda llena de artículos recién llegados a su disposición, los clientes agotarían hasta el último instante para dar un completo repaso e, incluso, probarse algún que otro artículo. Sin embargo, Juan Casais afirma haberse sorprendido: «A xente quere estar pouco tempo dentro. Descoñezo o motivo porque estamos protexidos e respectamos os protocolos de seguridade, pero non teñen ganas de enredar moito».
Juan Casais explica que también hubo transeúntes que al ver la reja medio subida se asomaban: «Preguntaban se podían entrar. Se non había ninguén dicíalles que si».
Por ahora, no ha recibido la devolución de ninguna prenda: «Os que acudiron saben a talla e o número de calzado que precisan. Sabían o que desexaban». En el caso de que alguien se pruebe un artículo que luego no adquiera, la tienda lo dejará en cuarentena durante 48 horas hasta volver a ponerlo a disposición de los clientes.
«Económicamente, no nos mereció la pena»
p. Calveiro
El miércoles abrió sus puertas una de las tiendas de deporte más conocidas de Compostela, Deportes Caneda. Víctor Caneda (hijo) reconoce que la idea inicial era empezar el lunes, como la mayoría, pero decidieron reanudar la actividad antes porque «la gente nos escribía al Facebook y nos llamaba para dar servicio». Con 8 de las 10 personas en plantilla en un ERTE, «económicamente, no nos compensó abrir. Tienes que pagar a proveedores, alquileres... pero menos rentable es quedarse en casa. Así aprovechas para cambiar escaparates e ir adelantando trabajo entre cliente y cliente», sostiene. El primer día, con un horario reducido (seis horas entre mañana y tarde), él y su padre atendieron a media docena de personas con cita previa. «De hecho, me sorprendió la cantidad de gente que se adaptó a este sistema en un sector como el nuestro. Por la tienda vienen madres que necesitan unas zapatillas nuevas para los niños u otros que las quieren para pasear», indica. Donde sí hubo un repunte fue en las ventas on-line, destaca: «Los primeros días se frenaron bruscamente porque la gente no estaba como para comprar ropa de deporte; pero, a partir de la segunda o tercera semana, cambió con el bum de la actividad física en casa». ¿El producto estrella? «Las bicis estáticas, cintas y rodillos para pedalear sin salir de casa, y también las pesas de vinilo; pero todo esto está bastante agotado», comenta, por lo que ni por esas se hizo buena caja en la fase 0.
«No compensó mucho, pero más que en casa sí»
C. López
La Pelu de Beti, ubicada en el ferrolano barrio de Ultramar, ha estado atendiendo a clientas todos los días desde el pasado lunes y su propietaria, Beatriz Fraga, se muestra satisfecha de haber reanudado la actividad. No obstante, asegura que el resultado económico ha sido escaso, teniendo en cuenta las horas que tuvo que trabajar. «No me compensó mucho, porque, al tener una persona sola en el salón, cuando estás con un tinte pasas media hora parada, pero más que en casa sí compensa», manifiesta.
Las demandas de estas primeras semanas consisten, fundamentalmente, en tintes, mechas y cortes de pelo. Son servicios que llevan bastante tiempo, por lo que, como mucho, ha podido atender a dos personas en el horario de mañana y otras dos por la tarde. «Si me piden tinte y mechas, o incluso mechas solas, ya solo puedo dar una cita de mañana o de tarde, y cuando solo es tinte puedo meter también un corte de pelo», explica Beti, añadiendo que lo bueno sería poder atender a una segunda persona mientras espera que a otra «le suba el tinte». Esta peluquería ya tenía ayer la lista de espera completa hasta el lunes día 18 y su dueña confía en que la próxima semana la situación vaya mejorando, aunque reconoce que se tardará tiempo.
En cualquier caso, agradece poder reiniciar la actividad, «porque en casa somos dos autónomos». Su marido es del sector de la hostelería.
«A venta con cita está asegurada nun 90%»
y. g.
El lunes 11 comienza nueva fase en la desescalada y coincide con el decimocuarto aniversario de la tienda viveirense Piti Deportes. Al frente, Dolores Pérez, también presidenta del Centro Comercial Histórico de Viveiro, quien comenta a modo de balance, mientra espera la llegada de un cliente con cita previa, que ese sistema ha sido positivo en esta primera semana de reapertura: «Funcionou bastante ben. Foi sorprendente. Tiña pouca fe, porque non sabes como vai reaccionar a xente, pero a verdade é que moi ben. Intento espaciar as citas e o cliente xa che di antes que é o que necesita. Para estar empezando e ser unha situación atípica, a miña situación é boa», dice. Ganas de trabajar, todas.
Indica que esta semana, casi de prueba para todos los comercios, atendió una media de seis clientes al día: «O luns foi un día moi bo, tanto como se ao mellor estiveras aberto normal, porque a xente que vén con cita previa, si vén comprar, necesita comprar. Entra porque ten esa necesidade. Entón, a venta está asegurada nun 90%». Las zapatillas para caminar o correr, mallas femeninas y calzado o ropa deportiva de primavera-verano para niños, «porque xa se queren destapar para ir de paseo ou en bici», han sido sus artículos top en ventas. «Ogallá tivera unha cita cada media hora, pero ante a incertidume ves un ápice de luz ao principio do túnel e ves as cousas doutra maneira», finaliza.
«A xente veu por mallas, nada de roupa de vestir»
Cristina Viu
María Dolores Rodríguez Lema, de MD Carril, está desde el lunes al servicio de su clientela en Vimianzo. La semana ha sido tranquila, con pocas ventas. «A xente veu por mallas ou pantalóns de chándal e sudadeiras, nada de roupa de vestir», explica.
No cree que las cosas se animen mucho al menos en los primeros meses. «Se unha clienta está nun ERTE e non cobrou, pouco pode pensar en comprar. O pouco que ten é xente é para comer, non para roupa», añade. Aún así ella abrirá la puerta el lunes, aunque no cree que sea diferente a esta semana. «É unha persoa de cada vez, como agora», dice. Está preparada. «Teño mesmo calzas para os zapatos e o concello vai facilitar máscaras para os clientes, ademais dos soportes para o xel que comprou en Gerca, unha empresa de aquí».
Ya ha cobrado la ayuda para los autónomos y no tiene ningún empleado, por lo que está cubierta en este sentido, pero reconoce que será muy difícil recuperar la actividad.
Lo peor, según dice la empresaria vimiancesa, son todas las ventas que se han perdido y se perderán todavía por la falta de actividad económica, pero también festiva. Sin celebraciones ni ceremonias es muy difícil que haya ventas para renovar el armario. Las que se han producido hasta el momento son de prendas para seguir en casa.
«Abrí con optimismo y hay que ir paso a paso»
a. M.
El Tequeño es uno de esos bares históricos de la plaza de María Pita, en A Coruña. A su propietario, José Ángel Pastoriza, le cogió el decreto de estado de alarma después de unas vacaciones de 11 días. Tuvo el negocio cerrado y nada más abrir, la pandemia lo obligó a cerrar. Y a enviar a sus empleados a un ERTE.
Cuando el lunes pasado pudo volver a poner a funcionar el establecimiento, dice que ni se lo pensó dos veces. «Había que hacerlo y abrí con optimismo. Hay que ir paso a paso, respetando todas las obligaciones y recomendaciones sanitarias porque si alguien falla lo que no nos podemos ya permitir es un un paso atrás y que haya de nuevo un rebrote del virus que empeore todavía más la situación económica», dice. Es consciente de que, al menos, «el 33 % de los ingresos anuales ya se perdieron. Ahora de lo que se trata es de aguantar y salir poco a poco adelante».
Durante esta semana se limitó a poner una pequeña barra en la puerta y servir una pequeña parte de su menú principal. Y ahí triunfan los tequeños. «No me puedo quejar. Son muchos los que salen a hacer deporte y antes de irse a casa pasan por aquí para llevarse alguno», afirma. Ya lo tiene todo listo para el próximo lunes. Cuenta con una generosa terraza que le permite la separación legal entre mesas. Y la cocinera volverá al trabajo, «luego regresará el resto de la plantilla».
«La gente tenía ganas de poner a punto las bicis»
La verinense Bicicletas Matías, situada en la avenida de Laza, abrió sin estar del todo de acuerdo con la forma de desescalada. «Creo que lo más normal habría sido esperar un poquito más, ya que la pauta que nos exigen tampoco es muy acorde a la realidad de una tienda como esta», dice Javier Estévez, uno de los propietarios. En su negocio hacen reparaciones y venden máquinas estáticas de ejercicio. Precisamente gracias a esto último han podido sobrellevar la crisis durante el mes y medio de cierre de la tienda, con venta on-line de rodillos y bicicletas estáticas; como taller de reparaciones han seguido trabajando siempre. «La venta en nuestra web de este tipo de máquinas domésticas que permiten hacer deporte en casa se disparó tanto que nos quedamos cortos de material porque los proveedores estaban cerrados, así que solo pudimos vender lo que teníamos en almacén», explica Javier. Cree, no obstante, que se trata de un bum temporal y menciona que el sector de venta de bicicletas también sufre crisis. Desde el lunes 11, volverán con producto nuevo que han estado esperando. «En Verín se utiliza mucho la bicicleta como forma de ocio o de desplazamiento; después del entroido es el pistoletazo de salida para pasear en ellas, así que nos pilló el confinamiento de pleno; ahora estamos notando que la gente tenía muchas ganas de que abriésemos para ponerlas a punto y poder utilizarlas», cuenta.