Trabajo ofrece mantener los ERTE totales, aunque solo en sectores con restricciones
ECONOMÍA
Presenta una nueva propuesta mejorada para tratar de cerrar el acuerdo esta semana
25 jun 2020 . Actualizado a las 12:11 h.El acuerdo para prorrogar los ERTE a partir del 1 de julio sigue haciéndose de rogar, a pesar de lo urgente de los plazos. Al cierre de esta edición, sindicatos, patronal y Gobierno no habían alcanzado aún un consenso, tras una jornada maratoniana de reuniones y contactos, a la que Trabajo llegó con una nueva propuesta para tratar de vencer las reticencias de los agentes sociales, más fuertes entre los empresarios.
Para ello, el Ejecutivo puso sobre la mesa el mantenimiento de los ERTE por fuerza mayor total, una figura que pretendía eliminar a partir del próximo miércoles, al entender que ya no hay ningún sector que se vea obligado a parar por completo su actividad y, por tanto, a mantener a toda su plantilla con el contrato suspendido. Sin embargo, desde la CEOE defendían su mantenimiento al existir todavía negocios con fuertes restricciones a su actividad y para los que la reapertura en las condiciones impuestas podría suponer un riesgo para su viabilidad, como el caso del ocio nocturno.
En todo caso, la prórroga no sería automática. Las empresas deberán justificar la necesidad de mantener suspendidos los contratos de todos sus trabajadores, y las bonificaciones de las cotizaciones sociales no serían tan altas como durante el confinamiento y la desescalada, cuando las compañías con menos de medio centenar de empleados pudieron ahorrarse hasta el 100 % de las cuotas a la Seguridad Social. Trabajo propone ir rebajando esa exoneración al 70 % en julio, al 60 % en agosto y al 35 % en septiembre. Las empresas con más de 50 empleados, que ahora tenían una bonificación de cuotas del 75 % mientras mantenían a toda su plantilla en el ERTE, pasarán a tener una rebaja del 50 % en julio, del 40 % en agosto y del 25 % en septiembre.
Menores exenciones
A cambio del mantenimiento de los ajustes totales de plantilla, el Ejecutivo empeora ligeramente en su última propuesta el porcentaje de exoneración para los ERTE por fuerza mayor parciales, que serán las mismas que las que disfruten los expedientes por causas objetivas, que hasta ahora no tenían ningún tipo de beneficio. De esta forma, las pymes tendrán una exoneración del 60 % para los empleados que regresan a su puesto y del 35 % para los que se mantienen en el ERTE, un porcentaje que permanecerá invariable durante los tres meses que dura el acuerdo. Para las más grandes (con más de 50 empleados), estas rebajas serán del 40 % para los trabajadores que vuelven a la actividad y del 25 % para los que sigan con el empleo suspendido.
En lo que no cede el Gobierno es en la decisión de bonificar más las cuotas de aquellos empleados que vuelvan a la actividad frente a la de aquellos que sigan con el contrato suspendido porque, como defendió ayer mismo el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, entienden que este incentivo ha sido clave para favorecer el rápido rescate de trabajadores de los ERTE. La previsión del ministro es que, cuando acabe este mes, más de la mitad de los tres millones de afectados por un ajuste de fuerza mayor durante el confinamiento hayan vuelto ya a la actividad (500.000 en mayo y un millón en junio).
Esa última oferta del Ejecutivo puso fin a una reunión que se extendió desde la nueve de la mañana hasta después de la hora de comer. Con ella en la mano, los agentes sociales se levantaron de la mesa para consultarla en sus órganos directivos y retomar los contactos.
«Espero que en plazo breve tengamos acuerdo», confió ayer el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, tras explicar que las tres partes de la negociación están «en intercambio de papeles, de documentos» y que espera que se zanje todo «esta semana».
«No tendría ningún sentido que ahora no cerráramos un acuerdo, nos vamos a dejar la piel», subrayó el líder sindical, que dijo que los principales escollos para el pacto provienen del propio Gobierno, por el impacto económico que supone la prórroga de los ERTE y la necesidad de hacer encaje de bolillos presupuestario.
En caso de rebrote, las empresas podrán volver a solicitar un ajuste por fuerza mayor
A la vista de la ola de pequeños rebrotes que se están produciendo en toda España, y por si la cosa fuese a mayores, la propuesta presentada ayer por el Gobierno introduce una nueva fórmula de ajuste. De esta forma, en aquellos territorios donde hubiese algún tipo de paso atrás con restricciones a la actividad para frenar un avance de la enfermedad, las empresas podrían volver a solicitar un ERTE por fuerza mayor que tendría mayores exoneraciones, con un recorte en las cuotas del 80 % para las pymes y del 70 % para las de más de 50 trabajadores. A su vez, el Gobierno ha recogido otra de las exigencias de los agentes sociales: mantener la comisión tripartita para hacer un seguimiento de la situación de cara a una prórroga en otoño.
Eso sí, donde no cede el Ejecutivo es en la petición de la CEOE de eliminar la prohibición de despedir, hacer nuevas contrataciones o pedir horas extras en las empresas que sigan en ERTE, a las que tampoco se permitirá externalizar cualquier actividad hasta el 30 de septiembre.
Calviño insiste: las empresas deben priorizar los recortes por horas y no por empleados
Aunque la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se mostró ayer confiada en que «en breve» habrá un acuerdo, advirtió de que, en el futuro, los ajustes se deben hacer por horas, con una reducción de jornada (y, por tanto, de sueldo), y no por trabajadores (con suspensión de contratos). Así lo sugirió la ministra en el Congreso, cuando precisó que en el mercado laboral «más allá» de los ERTE habrá que utilizar «nuevas formas de ajuste interno de las empresas, para que no se produzcan los ajustes tradicionales».
La responsable del área económica del Gobierno informó de que, solo el pasado fin de semana, entre el viernes 19 y el lunes 22, unos 150.000 trabajadores salieron de un ERTE para reanudar su actividad. Un dato que, junto al repunte de la confianza empresarial, del consumo eléctrico o del gasto con tarjeta, evidencia «signos de recuperación» y «reafirman» al Gobierno en sus previsiones y en sus decisiones para que «paulatinamente» se produzca una aceleración de la economía en este segundo semestre.