José Ángel Sanmartín, empresario en Fene y Cabanas: «Hay que seguir remando, a lo de antes vamos a tardar en volver»
CABANAS
Ante el desplome de las ventas de su distribuidora de café, Dispesan, por el impacto de la pandemia en la hostelería, decidió montar una tienda de producto gallego cien por cien en Cabanas
26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.José Ángel Sanmartín, fenés de 1974, reside en Mugardos. El 1 de septiembre de 2005 se hizo autónomo y a principios de 2015 creó la sociedad limitada unipersonal Dispesan Café, una distribuidora de café (Medalla de Oro, de Nestlé) y productos relacionados, y lácteos de Feiraco, cuya clientela principal es la hostelería de Ferrolterra, Eume y Ortegal. El almacén está en el polígono de Vilar do Colo, en Fene. «Estábamos en un crecimiento bastante bueno respecto a 2019, el año 2020 se preveía mejor, hasta que vino la pandemia... Fue un frenazo total desde el primer día. A partir del 14 de marzo cesamos la actividad, cerraron los negocios y tuvimos que plantearnos un ERTE [expediente de regulación temporal de empleo] para los [cuatro] empleados. Yo me quedé al frente de la empresa para atender lo poco que pudiera surgir, que fue muy poco», repasa.
Así hasta junio, cuando pudo acogerse él al cese de actividad, y hasta que, ya en agosto, retomó el funcionamiento y fue reincorporando al personal, en función de las necesidades. Después surgió la idea de «diversificar la empresa, enfocándola hacia el sector de la alimentación», que se plasmó en una tienda especializada en producto gallego de calidad. El 20 de julio, tras más de cinco meses de trámites y obras, abrió Cacharela Gourmet, en la avenida Arenal, en Cabanas. Vende vinos, licores, conservas, chocolates, condimentos, sales, galletas, quesos, jamón y embutidos de porco celta, mermeladas... «Todo cien por cien gallego y, si es posible, de productores de la zona», recalca. «En verano empezamos muy bien, y cara al invierno intentaremos organizar actividades, promociones de productos... hemos creado una marca propia de licores y vermú, Cacharela Gourmet», explica.
Con la pandemia, Sanmartín entiende que «todo ha cambiado y lo que más preocupa es la incertidumbre». «Mi producto [el café] se vende en barra, y el cierre nos perjudica bastante... pero tenemos que seguir remando, y que poco a poco llegue la nueva normalidad, a lo de antes creo que vamos a tardar en volver», pronostica. Para aguantar, con una única subvención de cuatro mil euros de la Xunta, ha tenido que recurrir a los ahorros y al apoyo financiero. «Los hosteleros van resistiendo como pueden, los proveedores les ayudamos a sobrevivir, como nos ayudan ellos a nosotros». No ha visto cierres, pero sí el impacto de los «palos de ciego» en las restricciones. Este verano facturó un 27 % menos que el anterior, en torno a un 45 % menos que en 2019.