Portugal se queja de que España no analiza el posible fallo de la señal en el accidente de tren de O Porriño

GALICIA

La operadora ferroviaria Comboios pone alegaciones a la investigación oficial del descarrilamiento, que causó 4 muertos
09 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La determinación de las causas del accidente ferroviario de O Porriño está en su fase final antes de que se haga pública, aunque sus conclusiones generales sobre este descarrilamiento ocurrido el 9 de septiembre del 2016 ya se conocen. Así, la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) considera que el maquinista portugués que conducía el tren Celta entre Vigo y Oporto no atendió la señal de precaución (discos verde y amarillo) que le alertaba de que iba a ser conducido hacia un desvío en el que debía reducir su velocidad -120 por hora- a 30. Aunque el maquinista reconoció la señal apretando el botón correspondiente, no actuó en consecuencia reduciendo la marcha del tren, lo que provocó el descarrilamiento. En el informe de la CIAF, esto se interpreta como una falta de atención del conductor luso, José Arnaldo Moreira -una de las cuatro víctimas mortales del siniestro-, combinado con las dificultades que podría tener el profesional para habituarse a los sistemas de seguridad y señalización españoles. En ningún momento la investigación elabora hipótesis sobre las causas del despiste. Se especuló con una posible llamada telefónica -algo similar a lo que ocurrió en Angrois-, pero no se pudo acceder al listado de llamadas.
La investigación está terminada, pero desde hace semanas se encuentra en un período de impás para que empresas y afectados puedan hacer alegaciones. Tanto Renfe como el ADIF hicieron algunas precisiones, apenas relevantes. Comboios de Portugal, la operadora ferroviaria que presta el servicio alquilándole el material ferroviario a su homóloga española, sí presentó una serie de alegaciones que cuestionan la investigación oficial. En concreto, recriminaron a la CIAF que en su informe no se analice «en profundidad» posibles fallos en la señalización del desvío por el que el tren entró a 118 por hora, según el registrador jurídico del tren. De ahí que reclaman que se incida más en este asunto para comprobar si los sistemas de seguridad y señalización funcionaron correctamente. Según fuentes consultadas relacionadas con la investigación, Comboios de Portugal no está conforme con que toda la responsabilidad del accidente recaiga en su maquinista y pide que se analicen otras posibles causas que pudieron contribuir al descarrilamiento en las inmediaciones de la estación de O Porriño.
La CIAF, en principio, no tendrá en cuenta estas alegaciones. Explicará a la operadora que se realizaron pruebas sobre el terreno para comprobar precisamente el funcionamiento de las señales. Y en esas pruebas no se habría detectado ningún fallo que pudiera hacer sospechar del mal funcionamiento de la instalación. La investigación oficial será publicada dentro de un mes.
Fomento no instó por segunda vez a la CIAF para que retomara el caso del Alvia
Fomento respondió recientemente a una pregunta parlamentaria de En Marea informándole de que el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, había remitido una carta a la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) para que valorara la posibilidad de reiniciar la investigación del descarrilamiento de Angrois, tal y como solicitó en su momento la Agencia Ferroviaria Europea, con el objetivo de analizar el accidente desde un punto de vista multicausal.
Daba la impresión de que se trataba de un segundo intento por parte del Ministerio de Fomento para que la CIAF completara el informe oficial del siniestro, después de que el pleno del órgano investigador decidiera tomarse un tiempo para que los nuevos vocales estudiaran el asunto. Pero no ha sido así. Fomento no ha insistido en su petición -asumen que la CIAF es un organismo independiente que no puede recibir órdenes de la cúpula política del ministerio- y el malentendido se debe al retraso con el que se suelen contestar las preguntas parlamentarias.