¿Por qué la mayoría de mujeres se alimenta mal durante el embarazo?

COCINA SALUDABLE

Las dudas con respecto a lo que pueden y no pueden comer abruman a las gestantes, y así ha quedado patente en un estudio que revela que 6 de cada 10 embarazadas no cumplen con la dieta recomendada para evitar enfermedades

18 feb 2020 . Actualizado a las 18:28 h.

El exceso de información no suele ser de ayuda en según qué circunstancias. Tampoco tirar de histeria. O acoger prácticas que no han sido avaladas por un profesional. Hay un totum revolutum de razones, propias de la situación excepcional que viven, que llevan a seis de cada diez embarazadas a no seguir la dieta recomedada para las gestantes; al menos, así lo dejan patente las conclusiones del VIII estudio CinfaSalud Percepción y hábitos de las mujeres españolas durante el embarazo, en el que han participado más 2.400 españolas. Lo cierto es que si antes la ausencia de conocimientos hacía que buena parte de las embarazadas cometiera infinidad de errores con la dieta, ahora la situación se ha revertido de tal manera que algunas incluso dejan de tomar alimentos que en absoluto son perjudiciales. Ocurre con el jamón serrano, que se puede tomar cocinado; el pescado crudo, que habría que congelarlo 48 horas previamente; o los quesos pasteurizados, que sí se pueden ingerir durante este período. En cualquier caso, la nutricionista Fátima Branco tiene claro que se trata de un momento puntual en el que es mejor pecar de prudente, sobre todo, si vamos a comer fuera de casa.

Explica esta especialista que, si se siguen las pautas adecuadas, una embarazada puede tomar casi cualquier tipo de alimentos, pero que ella cuando está en consulta prefiere vetar ciertos productos para evitar equivocaciones y, sobre todo, para que no los tomen en un restaurante. «Tú puedes lavar muy bien una lechuga en tu casa y que no pase nada, pero no sabes cómo van a tratar el producto fuera». Además, asegura que en infinidad de ocasiones las embarazadas no saben a qué consejo agarrarse porque infinidad de veces las indicaciones que se les dan son contradictorias. «Me he encontrado con pacientes que me dicen que la matrona o la ginecóloga, por ejemplo, les han dicho que pueden tomar jamón serrano si es Cinco Jotas. Y digo yo: el toxoplasma está tanto en un jamón malo como en uno bueno, ¿qué tendrá que ver?».

Precisamente es la toxoplasmosis una de las enfermedades más temidas por las futuras madres; no en balde puede tener un impacto tremendamente nocivo sobre el feto. Se trata de un parásito presente en carnes crudas, poco hechas o precocinadas. También se puede encontrar en embutidos, patés, ensaladas que lleven pollo o jamón y frutas o verduras mal lavadas. Para las que no sepan vivir sin jamón una buena solución puede ser congelarlo (durante al menos una semana) porque el parásito no sobrevive a temperaturas extremas u optar, como hizo Irene Suárez durante su embarazo, por tomarlo cocinado. Esta coruñesa de 28 años, que tuvo a su hija Briana hace unas semanas, aboga por seguir los consejos de los expertos pero, también, confía en el sentido común. «Con el jamón cocinado puedes hacer platos ricos, como unos guisantes con jamón; y con otros embutidos, también cocinados, puedes hacer potajes; que son saludables y vienen genial; no se acaba el mundo por no poder tomarlos crudos», comenta.

Con respecto a la listeriosis, que se produce por una bacteria presente en productos precocinados, lácteos no pasteurizados, de nuevo embutidos, patés, carnes, pescados y mariscos crudos, ahumados y marinados, la controversia es mayor. Y la preocupación aumentó tras la crisis alimentaria de la carne mechada contaminada que sacudió el sur de España el pasado verano. Además fue entonces cuando Fabiola Martínez, mujer de Bertín Osborne, reveló que había padecido listeriosis durante el embarazo de su hijo Kike. Según declaró a la revista Hola! la venezolana sospecha que pudo contaminarse al ingerir un queso no pasteurizado, elaborado con leche cruda. «Tardamos bastante en saberlo, cuando lo supimos la placenta ya estaba contaminada y Kike tenía una septicemia que fue lo que provocó el parto prematuro», explicó Fabiola. Su hijo sufre secuelas a consecuencia de esta enfermedad.

Evitar quesos sin etiqueta

La propia Branco recuerda, al mencionar los quesos, el caso de Fabiola Martínez, y recomienda a las embarazadas tomar solo los pasteurizados. Y para  simplificar las cosas mantiene que lo mejor es evitar quesos sin etiqueta. Esta es precisamente la duda que tuvo durante muchos meses Suárez. Si no tenían etiqueta no consumía el queso en cuestión. «Intentas hacerlo bien pero, por ejemplo, no sabía qué hacer con el queso de cabra, muy mohoso».Efectivamente, del queso de cabra es mejor consumir solo uno que esté muy cocido y no tenga corteza. Dora, otra madre primeriza que también dio a luz el pasado mes, lamenta que las etiquetas de algunos quesos no ofrezcan toda la información requerida. «Aunque los quesos del supermercado son todos pasteurizados me encontré con muchas marcas de queso rallado que no lo indicaban y dejé de tomarlo porque no me daban seguridad». Dora reconoce que su obsesión durante el embarazo, sin embargo, fueron las verduras, en concreto la lechuga porque se consume cruda. Por eso optó por comprarse un desinfectante que le ponía a las verduras cinco minutos con agua y las lavaba muy bien para evitar problemas.

Suárez, por su parte, otra de las dudas con las que se encontró durante su embarazo fue si podía tomar «conservas tipo anchoas o boquerones». Branco es drástica. «Con los boquerones no corre más riesgo una embarazada que otra persona, pero se recomienda no tomarlo por el anisakis si no se ha congelado previamente o cocinado. Algunos productos del mar que sí elimino de la dieta de mis pacientes embarazadas son los bivalvos porque tienden a concentrar virus, toxinas y contaminantes que pueden provocar una gastroenteritis y esto, en el caso de una embarazada, puede suponer un disgusto gordo». Y de una infección intestinal a otra, pues también hay que tener especial cuidado con la salmonelosis, que se genera por una bacteria presente en platos elaborados con huevo crudo como salsas, mayonesas o postres caseros. 

Si hasta este punto quien más quien menos había escuchado las posibles complicaciones que pueden surgir derivadas de consumir algunos de estos alimentos, el tipo de producto que viene ahora sorprenderá a más de una y de uno. Entre la ristra de alimentos que Branco prefiere dejar a un lado en el periodo de gestación se encuentran las infusiones. «No dejan de ser plantas que causan mucho efecto en el cuerpo y, aunque no todas tienen por qué ser perjudiciales, las que nos encontramos en el supermercado habitualmente son mezclas de varias hierbas; así que para evitar dudas, mejor alejarlas durante un tiempo». Lo mismo ocurre con la cafeína: «No pasa nada si te tomas un café, pero si estás acostumbrada a tomarte cinco al día, reduce», recomieda esta experta.

¿Y qué debe hacer una embarazada vegana? Al margen de preceptos éticos, la nutricionista se posiciona claramente en contra de seguir esta dieta durante el embarazo. «Para mí es una irresponsabilidad; al menos creo qu durante esos meses debería tomar lácteos y huevo y suplementarse más, claro». 

En cuanto a las cantidades, Branco recomienda no hacer caso al mito de que hay que comer por dos. De hecho, asegura que en el primer trimestre, a nivel nutricional, hay que ingerir las mismas cantidades a las que la mujer está acostumbrada, siempre que estén dentro de unos parámetros saludables.