Un restaurante británico ofrece descuentos por no usar el móvil en la mesa: ¿llegará esta idea a Galicia?

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Cocineros y propietarios de locales de la comunidad piensan que el abuso del teléfono en sus locales es un caramelo envenenado
11 may 2022 . Actualizado a las 11:52 h.No hace falta vivir en Madrid para saber que en el restaurante Bel Mondo a los comensales se les hace la boca agua con la pasta carbonara «a la rueda». Basta con tener Instagram para conocer hasta el más mínimo detalle de este local y, desde luego, saber en qué consiste esa elaboración (mantecar los espagueti en un gran queso) que algún que otro cocinero no considera del todo higiénica. El grupo Big Mamma, propietario de Bel Mondo, sabe lo que significa eso de crear necesidades que uno no sabía que existían gracias a que los móviles están en nuestras vidas. En A Coruña, explotan este visual remate final de la carbonara en Uro Rest & Club.
No todo el sector de la hostelería le ve tanto potencial al uso de dispositivos digitales en la mesa, e incluso hay quien utiliza como gancho para atraer clientes precisamente lo contrario: dejarlos apartados mientras dure el banquete. El restaurante Spice Fusion, en Kent (Inglaterra) ha lanzado una iniciativa controvertida: ofrece un descuento del 20 % a aquellos clientes que dejen su móvil en una taquilla mientras permanezcan en el local. «Habitualmente vemos a familias en el restaurante que están con el móvil. Hace un par de años vino un grupo de gente grande a cenar y me di cuenta de algo diferente: estaban hablando unos con otros y ninguno tenía su móvil en la mano», comentó Rajeev Gupte, mánager de este restaurante especializado en comida india.
En Galicia hay opiniones dispares respecto a esta estrategia, pero lo que queda patente es que cada vez más chefs piensan que se adaptan los platos, al menos en su estética, para encajar en una foto de Instagram, y no tanto para el disfrute directo de los clientes. Por otro lado, piensan que se pierde la razón primigenia por la que se sale a comer o cenar fuera: poner al servicio del plato los cinco sentidos y disfrutar de una (se presupone agradable) charla.
«Antes era anecdótico, pero hoy incluso la gente mayor saca fotos a los platos para subirlas a las redes sociales; que bueno, cada uno puede hacer lo que quiera que para algo está pagando la comida. Además, por otro lado esto es publicidad para nuestros locales, pero es cierto que hay veces que con tanta foto se acaba dilatando el momento de probar el menú y se enfrían platos que están pensados para comer en el momento», comenta Óscar Vidal, responsable de los fogones del asador O'Pazo, del Grupo Scala de Padrón. Para concluir con un: «Yo no echaría de menos que no hubiese móviles, la verdad».
a dos bandas
Pablo Pizarro, que ahora viaja con sus empanadas, ha estado al frente de innumerables restaurantes en A Coruña, y cree que con el móvil los profesionales del sector tienen opiniones que juegan a dos bandas. «Nos quejamos de que la gente solo está pendiente del teléfono y no de la comida, pero después a todos nos gusta tener repercusión en redes sociales para dar a conocer nuestro producto o nuestro local. Sin embargo, es cierto que ya se empieza a notar que hay cocineros que piensan en un emplatado teniendo más en cuenta un efectismo en redes sociales que al cliente».
Luego está otro tema que toca Javier Rafael Giuglarelli, propietario de Casona La Raqueta, en Oleiros. «Estamos en un punto en el que no sé si este tipo de iniciativas son viables, sobre todo porque hay algunos restaurantes, como es mi caso, a los que los clientes vienen entre semana y están trabajando con el móvil; creo que si aplicara una estrategia semejante saldría más perjudicado que beneficiado. Por otro lado, aunque esto ya no estoy autorizado para decir si está bien o mal, el fin de semana veo que muchas familias hacen un uso más lúdico del móvil: les dejan el móvil a sus hijos para, precisamente, poder comer ellos tranquilos o lo utilizan para hacerles fotos a los platos».
