El uso prematuro de dispositivos electrónicos está relacionado con numerosos trastornos infantiles que van desde la obesidad y los problemas de agresividad a un mayor riesgo de depresión
10 may 2022 . Actualizado a las 14:14 h.Cuando vamos a comer un restaurante es posible que veamos a un grupo de amigos comiendo con sus hijos. Probablemente, alguno de los peques estará entretenido jugando con un móvil o una tablet, ¿pero es eso adecuado o peligroso? ¿A partir de que edad pueden empezar a usar los niños pantallas? ¿Qué contenido es apropiado y cuál no lo es? ¡Vamos a verlo! Lo primero que debemos tener claro es qué consideramos que es una pantalla. Definimos como «pantalla» cualquier dispositivo que la tenga, como móviles, tablets, televisores, videojuegos o incluso juguetes para bebés con pantalla (animación y movimiento, luz…)
¿A partir de que edad pueden empezar a usar los niños pantallas?
Lo ideal y recomendable antes de exponer a los niños a las pantallas es esperar a que cumplan los tres años. Es decir, entre cero y dos años: cero pantallas. Se desaconsejan por completo con la excepción de las videollamadas, que pueden realizarse a partir de los 18 meses. Algunos estudios recomiendan una política de cero pantallas hasta los 3 años.
- Entre 0 y 2 años: Cero pantallas. videollamadas a partir de los 18 meses.
- Desde los 2-3 años hasta los 5 años: si los padres quieren, los niños pueden ver programas de alta calidad en familia. Máximo una hora al día.
- Desde los 6 años: se recomienda establecer límites de tiempo para cubrir las distintas necesidades (sueño, actividad física, familia, socialización…). Debe establecerse un máximo de dos horas al día de pantallas.
¿Por qué es mejor esperar?
Se recomienda esperar antes de dejar al niño manejar dispositivos electrónicos porque hay muchos estudios que relacionan el uso de pantallas con algunos trastornos. Algunos de los problemas descritos relacionados con el uso de pantallas son los siguientes
- Alteraciones del aprendizaje
- Problemas de conducta y agresividad
- Disminución en la cantidad y calidad del sueño
- Alteraciones en la atención, multiplicando por ocho la frecuencia de TDAH en niños que las usan más de 2 horas al día
- Pérdida de habilidades sociales
- Aumento del riesgo de obesidad
- Peor desarrollo del lenguaje (incluso aunque su exposición se limite a tener la televisión de fondo)
- Exposición a contenido inapropiado, violento o inseguro. Esto provoca que, por ejemplo, vean a un niño saltando desde un tejado y volando y crean que pueden hacerlo
- Dolores de cabeza
- Menos tiempo de juego
- Miopía y ojo seco
- Posible quebrantamiento de la privacidad colgando, por ejemplo, fotos en redes sociales sin querer (incluso en niños de dos años que cogen nuestro móvil y envían fotos al ser convencidos por otro)
- Mayor riesgo de depresión
Vista esta lista, podría parecer que no existe ningún beneficio para los más pequeños en uso de este tipo de dispositivos. ¿No hay nada bueno de usar pantallas? Lo cierto es que si se usan bien y de manera responsable a partir de entre los dos y los tres años, sí pueden tener beneficios. A continuación, algunos ejemplos.
- Mayor apoyo y contacto social (al poder ver a amiguitos o hacer clases a distancia)
- Oportunidad de acceder a mensajes de promoción de la salud (anuncios adecuados para mejorar su alimentación, estilo de vida, relación con otros)
- Exposición a nuevos conocimientos
¿Cómo y qué deberíamos ver para que sea apropiado?
Si se usan pantallas, es recomendable hacerlo en familia, explicando al pequeño lo que está viendo e interactuando con él y comentando el contenido («¡Anda! ¡Un conejo blanco! ¿Qué hace el conejo? ¿Lleva un sombrero amarillo?»). Es importante revisar el contenido y la edad recomendada antes de que lo vea el peque, algunas webs como: commonsensemedia.org publican descripciones de todos los programas que pueden ayudar a chequear si un formato de entretenimiento es recomendable o no. Son mejores para los más pequeños los programas educativos, con imágenes lentas (son imágenes que siguen unos tiempos más parecidos a los reales: tiempo que tarda el protagonista en abrocharse el zapato, en acostarse, en hablar…) y también los interactivos (se lanza una pregunta y hay un tiempo de pausa donde se espera una respuesta que el peque responde desde casa).
A qué debemos evitar que se expongan los niños
Sí existen ciertas cosas frente a las que es importante proteger a los peques. Una de ellas es el tiempo de pantalla «pasivo». Llamamos tiempo de pantalla pasivo a, por ejemplo, dejar al peque viendo la televisión mientras los adultos aprovechan ese rato para estar haciendo otra cosa (no interactuando con él). En estos casos es mejor ofrecerle otra actividad que le distraiga como el uso de plastilina, cocinar juntos, cuentos, juegos de «tráeme esto de la habitación» o «tráeme algo rojo», etc.
Es importante no dejar el televisor encendido de fondo. Si estáis en casa haciendo jugando o haciendo otras cosas es recomendable que esté apagado. Los niños en ambientes donde la televisión está encendida también presentan alteraciones del desarrollo del lenguaje. Evita el uso de pantallas durante las comidas, una hora antes de dormir o mientras está en su dormitorio. Además, puedes echar mano de los controles parentales para bloquear contenidos inapropiados.
«Mi hijo ve pantallas pero no llega a las 2 horas», ¿estás seguro?
¿Seguro que tu hijo no llega a las dos horas de consumo diario de pantallas? Vamos a contar, si las usas para:
- Viajar en coche (ir al colegio, volver, ir al súper y regresar son ya cuatro viajes que pueden tener una duración media de diez minutos cada uno). En total, unos 40 minutos.
- Una hora mientras preparas la cena y organizas. Total: 1 hora y 40 minutos
- Quince minutos «para que meriende». El total asciende ya a 1 hora y 55 minutos
- Si los viajes en lugar de diez minutos duran veinte o un día le pides que apague el televisor y no quiere permitiéndole que esos quince minutos se transformen en 25… ¡Ya pasará más de dos horas al día viendo pantallas!
Estas cuentas frente a situaciones tan habituales del día a día demuestran lo realmente fácil que es sobrepasar ese límite. Es importante que los niños tengan tiempo de otras muchas cosas: socializar, jugar con nosotros, descansar, leer… Y, sí, también aburrirse. ¿Y vosotros?, ¿estáis a favor o en contra de las pantallas?