Cribado de cáncer de mama: ¿cómo se hace?, ¿a qué edad empieza?, ¿se debe adelantar?

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

EDUARDO PEREZ

El Servicio de Prevención de Estados Unidos publicó una nueva recomendación que instaba a ampliar el rango de años en el que se realiza

13 jun 2023 . Actualizado a las 17:26 h.

El Servicio de Prevención de Estados Unidos publicó, el pasado mayo, una nueva recomendación sobre la edad indicada para empezar a realizar el cribado de cáncer de mama mediante una mamografía. Con esta publicación, el grupo de investigadores, formado por un comité independiente, ampliaba el rango de edad a los 40 años, 10 antes que la pauta establecida hasta hasta la actualidad; a su vez, dice mantenerlo hasta los 74. 

La actualización del centro de prevención contradice una anterior, publicada en el 2009 y reiterada siete años después. Por aquel entonces, el grupo desaconsejó las mamografías rutinarias a los 40 y estableció un cribado bienal a partir de los 50, salvo que pacientes y médicos considerasen necesario comenzar antes. El panel de expertos fue duramente criticado porque se argumentaba que la detección temprana de cáncer brinda mejores oportunidades de supervivencia.

Ahora, la nueva publicación se considera el patrón oro, pues se realiza a partir de una revisión exhaustiva de investigaciones. Con este cambio, Carol Mangione, de la Universidad de California, expresidenta del comité de expertos y coautora del nuevo borrador, considera que la mortalidad por este tumor se podría reducir «alrededor de un 20 %». Por ello, apunta la doctora Mangione, «la ciencia nueva y más inclusiva sobre el cáncer de mama en personas menores de 50 años nos ha permitido ampliar nuestra recomendación anterior y animar a todas las mujeres a hacerse pruebas de detección cada dos años a partir de los 40», concluía la experta. 

El cribado de cáncer de mama en España

En España, el Sistema Nacional de Salud ofrece el cribado de cáncer de mama a la población femenina, residente en el país, de entre 50 y 69 años, con revisiones bianuales. A su vez, si hay mujeres que tienen un alto riesgo personal o familiar, el caso se individualiza, y se le aplican protocolos específicos. Además, algunas comunidades autónomas adelantan la prueba a partir de los 45. 

Este chequeo ha surtido efecto: «Ha demostrado reducir la mortalidad en las mujeres incluidas en los programas poblacionales», precisa la doctora Isabel Echavarría, secretaria técnica de la Sociedad Española de Oncología Médica y oncóloga médica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. El cribado permite obtener un diagnóstico temprano de las lesiones, «cuando aún son asintomáticas», lo que conlleva a detectar el tumor en estadios iniciales. «Esto aumenta las tasas de curación, así como la posibilidad de poder aplicar tratamientos menos agresivos, tanto a nivel de cirugía, pues se pueden evitar mastectomías, como de tratamientos complementarios, ya sea quimioterapia o radioterapia», precisa la experta. Todo ello repercute, de manera clara para la experta, en la calidad de vida de los pacientes. 

La adherencia a ese programa «es buena» en España: «Informes del Instituto Nacional de Estadística sitúan que, en el caso del cáncer de mama, los programas cubrieron a más del 90 % de la población diana y la participación estuvo por encima del 70», aclara la doctora del hospital madrileño, que insiste en la importancia de concienciar para mejorar, todavía más, estas cifras. 

¿Se puede adelantar en España?

¿Tendría sentido aplicar en España la recomendación estadounidense? La secretaria técnica de la SEOM descarta la idea: «Los programas de cribado poblacional con mamografía han establecido su valor, por lo que la recomendación es bastante unánime entre las distintas organizaciones gubernamentales y sociedades médicas, que establecen la edad entre entre los 50 y los 69 años», indica. Con todo, reconoce que hay datos que muestran un beneficio añadido si se realiza entre los 45 y 49, así como de 70 a 74 años. 

Por ello, la franja de edad comprendida entre los 40 y 49 años solo debe reservarse, según la mayoría de instituciones médicas, a casos individuales en los que la paciente tenga un riesgo basal: «Puede deberse a antecedentes personales o familiares y otros factores específicos», indica la experta. ¿La razón? La posibilidad de falsos positivos o de un sobrediagnóstico. Además, si bien realizar un cribado a esta edad podría reducir el riesgo de muerte por cáncer de mama, «la cantidad de muertes evitadas es menor que las evitadas en mujeres mayores, mientras que aumentan los falsos positivos y la biopsias innecesarias», precisa la doctora. En suma, aclara la experta, «la mamografía, que es la técnica de elección, es menos sensible en la población femenina joven». Cabe mencionar que, reducir el cribado por debajo de los 40, tendría si cabe menos sentido, «dado que los beneficios son aún menos claros». 

En mayores de 69

La perspectiva cambia ante las mujeres mayores de 70: «Parece que el beneficio de los programas podría extenderse a las de entre 70 y 74 años, por lo que sería algo a considerarse», indica la doctora Echavarría. Por encima de este límite, no se disponen de datos. 

Diferencias entre mamografía y ecografía

¿Por qué una mamografía y no una ecografía? La primera ha demostrado ser la única técnica que permite una reducción en la mortalidad por cáncer de mama. Algo que no solo no ha ocurrido con la ecografía, «sino que esta se asocia con una alta tasa de falsos positivos». 

Ambos procedimientos tienen varias diferencias. La mamografía se considera una radiografía de alta definición. Por su parte, la ecografía es una técnica de exploración que utiliza ultrasonidos y que se recomienda, en especial, a menores de 35 años como primera prueba diagnóstica y, algunas veces, como chequeo complementario a la mamografía en mujeres de mayor edad. 

Lejos de lo que se suele pensar, la autoexploración mamaria «no ha demostrado reducir la mortalidad por cáncer de mama en la población general», apunta la doctora Echavarría, por lo que nunca debe sustituir a los cribados establecidos. La experta señala que la mayoría de veces que una persona encuentra un nódulo mamario «se corresponderá con patología benigna». Sin embargo, insta a realizar un estudio pertinente. Con todo, hay expertos que recomiendan esta práctica y otros que prefieren no hacerlo. 

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.