Pseudoterapeutas, «coaches» o falsos nutricionistas con «tratamientos fraudulentos de hasta 600 euros al mes»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

La Voz de la Salud

Así afecta el intrusismo sanitario a nuestra salud: entre las consecuencias de acceder a estos profesionales no sanitarios se encuentran el agravamiento de la patología en cuestión o incluso daños que pueden llegar a ser irreversibles

04 jul 2022 . Actualizado a las 17:56 h.

«Coaches» que por haber superado un episodio de su vida, se dedican a «tratar» a otras personas para que también puedan hacerlo. Supuestos dietistas o nutricionistas que prometen pérdidas de peso en fechas límites con productos que, curiosamente, ellos mismos producen o de los que se benefician económicamente. Pseudoterapeutas que se hacen pasar por fisioterapeutas. Y supuestos especialistas en pies, que tanto quitan un callo como te pinta las uñas. La lista de ejemplos es larga y cuanto menos, preocupante. El intrusismo sanitario puede provocar graves consecuencias en la salud de los que acaban cayendo en la trampa. Y los profesionales sanitarios cualificados, hartos de estas prácticas, lanzan la voz de alarma. 

Si yo he pasado por eso, tú también puedes: los «coaches» o «gurús» de la salud mental

Rosa Ramos Torio, coordinadora del Ejercicio Privado y Defensa de la Profesión del Consejo General de la Psicología, comenta que «el intrusismo profesional es un problema que se da en muchas profesiones del ámbito sanitario, pero a raíz de la pandemia por covid-19 en nuestra profesión ha tenido un disparo considerable, debido a la demanda de la población por las secuelas que sobre la salud mental ha dejado esta situación». De hecho, añade que el Consejo General de la Psicología creó en el 2015 el observatorio contra el intrusismo, y ahí llegan las denuncias: «Hemos recibido en estos dos últimos años una media de 300 denuncias que presentan compañeros de profesión y también usuarios. Han ido en aumento en los últimos años».

Los más afectados son, como no, los pacientes de este tipo de «terapias». «Diría que fundamentalmente lo preocupante es que las personas que se ponen en manos de falsos psicólogos crean que eso es un profesional de la Psicología o que la práctica de la Psicología es eso. Dichas intervenciones no están avaladas por la comunidad científica, no ayudan a resolver el sufrimiento que conllevan ciertas patologías, pudiendo cronificar o descompasar a las personas», considera Ramos. «Nosotros no somos gurús, ni magos, ni damos consejos como lo haría un amigo, nos basamos en el conocimiento científico y del ser humano para establecer nuestras intervenciones. Y eso se adquiere en la universidad y en las distintas formaciones que vamos a realizar a lo largo de nuestra carrera si queremos ser buenos profesionales», añade. 

Rosa Ramos alerta de que «tenemos mucha necesidad de que este tema, que es un problema de salud pública, se regule mejorando los mecanismos existentes, dado que la mayoría de los casos se dan debido a ofertas online. A través de páginas webs que ofrecen servicios psicoterapéuticos para tratar los problemas emocionales y de la salud mental que solo profesionales competentes deberían atender. La mayoría de las veces no poseen una titulación en psicología o en medicina, un número de registro sanitario ni un número de coligación emitido por el Colegio Profesional».  

Además, Ramos se muestra bastante tajante ante los «coches» y sus libros de autoayuda: «Ni una cosa ni la otra pueden ayudar a las personas que sufren problemas relacionados con la salud mental. Detrás de estas prácticas existen unos ingresos millonarios. Leer esos libros puede resultar atractivo por los títulos que prestan, porque todo el mundo quiere mejorar, tener éxito, facilidad para hacer amigos. Pero no hay milagros y cada persona es un ser único con una historia. Nosotros sabemos que es lo que podemos hacer para devolverle ese ajuste personal que ha perdido. Analizando, diagnosticando y ofreciendo sistemas de intervención psicoterapéutica para que recupere las riendas de su propia vida, y sobre todo valorar la gravedad de lo que nos presenta».

De hecho, la psicóloga pone algunos ejemplos de denuncias «escabrosas» sobre este tipo de prácticas. Uno de esos casos fue el de una persona que convivía con otra chica en un piso compartido. Su dormitorios compartían pared y día cada oía como ofrecía servicios de atención al cliente y, por lo comentarios que el denunciante escuchaba, se dedicaba a temas relacionados con la salud mental de las personas. «Desde su habitación, sin tener una titulación competente porque era comercial, y sin ningún tipo de control sanitario», alerta. 

Otro caso al que apunta Ramos es el de personas que ofrecen tratamientos de crecimiento personal y se basan en la experiencia que esa persona ha tenido y lo que le sirvió a ella. «Ese "viaje interior" que hizo lo convierte en una técnica que se atreve a utilizar con los demás para sacarles de sus crisis personales». Y por si esto fuese poco, también existen personas «que le dicen a los pacientes que tras la charla, tiene que pasar a un espacio donde con determinada luz, o determinados colores —«cromoterapia»—, realizando ciertos movimientos o expresiones corporales liberan las tensiones, el coaching transformacional, terapias de crecimiento personal, etcétera». Además, añade que «mas grave aún es cuando estos tratamientos van acompañados de alucinógenos o determinadas sustancias que se les administran para que puedan comunicar mejor y liberar las tensiones que subyacen». 

¿Cuál es la consecuencia de estas prácticas? Que después el paciente «viene cargado de una serie de creencias no fundamentadas que se acompañan con frases de que esta persona tiene ciertos poderes o le han enseñado a canalizar su energía, y le transmiten que ella podrá ayudar a otras personas con lo aprendido. A veces rozan las características de funcionamiento sectario, se alejan de la vida que habitualmente llevaban y sus familiares empiezan a notar cierto alejamiento además de un cambio radical de estilo de vida en poco tiempo. Otras veces no consiguen ningún resultado y se convierte en una mera charlatanería».

El boom de los nutricionistas y dietistas que prometen pérdidas de peso en fechas límite 

«Desfigura nuestra figura como dietistas y nutricionistas», comienza relatando Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas y Nutricionistas (CGCODN), cuando se le pregunta cómo les afecta el intrusismo. Y añade: «La praxis profesional del intruso sin cualificación es muy diferente y deficiente: promete resultados rápidos, vende productos, añade suplementos y alimentos que él mismo produce o del que se beneficia económicamente, que hacen creer al paciente una acción casi mágica. Busca objetivos, de forma rápida, pero no el mantenimiento, ni la educación del paciente. No le preocupa el paciente, solo su objetivo, aún a costa de la salud. No interpreta analíticas, no recoge la historia dietética-clínica desde la infancia, no tiene en cuenta la medicación, no tiene en cuenta el entorno social, laboral, económico del paciente. Trata a todos con el mismo método y con el mismo patrón». 

Sobre esto hay que tener en cuenta que, al igual que en todas las malas praxis sobre nuestra salud, esta también tiene consecuencias. «Un mal tratamiento nunca es inofensivo. Puede acarrear problemas de salud física como menos masa muscular, más grasa corporal, más colesterol en sangre, hipertensión arterial, menos funcionalidad, más lesiones y menos fertilidad. Pero también psíquicas, ya que se pueden desencadenar trastornos mentales como depresiones». Además, Palau alerta que «nos estamos encontrando gente que desarrolla ciertos rasgos de TCA porque se obsesiona con comer todo lo que se anuncia como súper alimento y tienen miedo a dejarlos porque dicen ser anti-cáncer, anti-aging, anti-infarto... ». 

No obstante, lo que le preocupa especialmente al colegio de dietistas y nutricionistas es que algunos centros de formación ofrecen títulos en tres o seis meses de manera online para ser «asesor nutricional». Porque al final, lo único que consigue es cronificar el problema del intrusismo. «Muchos de ellos se dedica después a hacer planes nutricionales a través de aplicaciones móviles. Y en consecuencia, nos encontramos con mucha gente joven, con hipertrofia muscular, que no se alimentan. Simplemente ingieren alimentos como claras de huevo o almidón de arroz, más los suplementos que consideren, con el único objetivo de tener un cuerpo perfecto por fuera y como si lo "de dentro" no fuera realmente importante para la salud», asegura. 

Sobre algunos centros que realicen esta supuesta formación, Palau apunta, por ejemplo, «CCC que ofrece un curso online de 6 meses para ser dietista-nutricionista. Engaña también al que estudia y paga la formación, porque es falso que al final sea dietista-nutricionista».

Desde CCC aseguran que es un centro oficial de Formación Profesional, regido por la normativa al efecto y títulos oficiales expedidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. E indican que CCC solo imparte un ciclo educativo en el ámbito de la dietética como Técnico Superior en Dietética, con una duración de dos años.

La presidenta del Consejo alerta de que si se busca en internet un dietista-nutricionista cerca de tu ubicación, «al menos el 30 % que dicen serlo y que ejerce como tal, no están colegiados. Y hacer esto es grave, va en contra de la Ley de creación del Colegio. Pero si además no eres dietista ni nutricionista y te anuncias como tal, vas contra el Código Penal por usar una denominación que no te pertenece. Es un hecho que desfigura nuestra imagen, pero también es muy grave ver que los intrusos cronifican los problemas de salud nutricional y los agravan. Es terrible ver que muchas personas se dejan mucho dinero en algunos en estos tratamientos fraudulentos, a veces hasta 600€ al mes durante varios meses».  

Redes sociales y nutrición: dos factores que han nacido casi al mismo tiempo

Una de las problemáticas que se encuentran en el ámbito de la nutrición es que, con la aparición de las redes sociales, florecen los perfiles en los que se aconseja sobre dietas, «buenos y malos» alimentos. «Las redes sociales han nacido al mismo tiempo que la nutrición en España. El boom de universidades que imparten el grado en Nutrición Humana y Dietética es de 2000 a 2005. En realidad nosotros hemos crecido con las redes sociales. Y son muy buenas si se saben utilizar. Los dietistas y nutricionistas deberían formarse mucho para utilizarlas muy bien y promover la nutrición con base científica, con evidencias y con habilidades divulgativas. Es un reto también de la formación universitaria, aprender a divulgar y hacerlo con ética», asegura Palau. 

¿Puede el mismo profesional pintarme las uñas y quitarme un callo?

Juan Dios, presidente del Colegio Oficial de Podólogos de Galicia responde un claro «no». Comenta que uno de los lugares donde más intrusismo sufren es en los centros de estética: «En algunos, ya en su cartera de servicios, se pone que tratan uñas encarnadas, hongos en las uñas, e incluso papiloma. Pero realmente son problemas sanitarios y no están capacitados para tratar este tipo de problemas de salud». Además, hay que tener en cuenta que por ley, los profesionales de la estética no pueden utilizar el tipo de material cortante que se requiere para este tipo de intervenciones. «No pueden usar bisturís ni ningún tipo de material que pueda dañar al paciente porque eso solo lo puede utilizar profesional cualificado», añade. 

Ante la duda de qué podría llegar a considerarse un problema por el que se debe acudir al podólogo, Dios aclara que «cualquier dolor o molestia en el pie es un problema de salud, ya sea en una uña o en la parte que sea, o un simple callo. Solo nosotros estamos cualificados y lógicamente en nuestras consultas contamos con todos los requisitos y todas las normas que sanidad nos exige. Como la ley de protección de datos, la esterilidad del material… cosa que en los centros de estética no tienen». 

Sin embargo, el podólogo también remarca que no siempre sufren intrusismo por parte de este tipo de centros, también de personas que se hacen pasar por profesionales del gremio cuando en realidad no lo son: «Hace unos seis años denunciamos a un falso podólogo que ejercía en Santiago de Compostela desde hacía diez o quince años. Ejercía de podólogo y hacía de todo, sin estar capacitado. ¿Qué paso? Que a una paciente le causó un problema de salud después de que la atendiera. Ella lo puso en conocimiento del Colegio, y lógicamente, la respaldamos e hicimos la denuncia. Ya salió la sentencia y está inhabilitado a no ejercer nunca de falso podólogo y una pena económica muy cuantiosa».  

Pseudoterapeutas que se hacen pasar por fisioterapeutas

Otro de los sectores afectados por esta mala praxis son los fisioterapeutas. Masajistas y «pseudoterapeutas» que realizan intervenciones que en realidad, tendría que hacer un fisioterapeuta. «Estos intrusos intervienen en procesos patológicos que desconocen y de una manera que no se ajusta a la realidad terapéutica», señala Miguel Soro, tesorero y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Fisioterapeutas y vicepresidente del Colegio de Fisioterapeutas de Galicia.

El problema es que después de la intervención de estos supuestos profesionales pueden suceder dos cosas: «En los mejores supuestos, el cuerpo de la persona resuelve su problema de manera natural y este intruso se atribuye el mérito. En otros, como ocurren cada día, solo se les produce más daño a los pacientes. Y en casos más graves, los más peligrosos, pueden no estar percibiendo que los síntomas de una persona están ocultando un proceso mucho más grave, y perpetúan sus tratamientos con la promesa de que los resolverán. A veces, cuando la persona busca verdadera ayuda profesional, puede ser tarde».

«Es importante la cantidad de gente que sigue acudiendo a estos pseudoterapeutas, engañados por falsas promesas y publicidad, o aconsejados por gente que ha ido previamente», considera Soro. Uno de los casos más mediáticos a los que apunta el fisioterapeuta para ilustrar la lacra del intrusismo es el de José Manuel López Pérez Caba, más conocido como Coté, que cumple condena de cárcel por intrusismo profesional, estafa y falsedad de documentos oficiales. «Es un caso muy sangrante y que ha hecho daño a mucha gente durante años Debemos luchar para que casos como este, u otros que quizá no hacen tanto ruido, pero que pueden ser igual de dañinos, no se repitan». 

«Hoy en día no hay tantos casos en los que directamente se hagan pasar por un fisioterapeuta, pero sí que existen muchos casos donde convencen a la persona que son agentes de salud y que pueden tratar su patología. Pero lo más preocupantes es que si un profesional sanitario cometiera una mala praxis, el paciente podría reclamar a su seguro de responsabilidad civil, a su colegio profesional. Pero si un pseudoterapeuta le hace daño a un paciente, sea o no deliberado, no existe nadie a quien reclamar», advierte Soro. 

¿Cómo saber si estoy siendo atendida por un profesional cualificado?

Todos los profesionales sanitarios consultados concuerdan en que las mayores víctimas de esta mala praxis son las personas que acaban cayendo en la trampa. Y que por esa razón, realizan campañas contra el intrusismo, informando a la población y divulgando sobre su profesión. «Que la gente entienda que si tiene un problema de salud, las únicas manos en las que se puede poner son en las de un sanitario», afirma Soro. 

En realidad, se puede evitar ser víctima de intrusismo profesional siguiendo unos pasos bastante sencillos en la práctica. Una de las formas para saberlo con seguridad es preguntando directamente al profesional si tiene el grado o diplomatura correspondiente. «Si no responde, se puede informar al colegio profesional y que este se dirija a él y le pregunte», apunta Palau. En la página web de cada colegio sanitario hay un registro público de los profesionales colegiados. También podemos pedirle el título universitario a ese profesional. Si no existe respuesta, es signo de alarma. 

«El ser humano es libre de elegir dónde y con quien quiere resolver sus problemas y en qué sistemas de creencias fundamenta sus elecciones. Pero cuando se trata de su salud, y concretamente en nuestro caso, de salud mental. es importante que no confunda las terapias del bienestar o las naturales, que a todos nos pueden venir bien en la vida en general, con la psicoterapia que es la adecuada para tratar los problemas derivados de la salud mental y que solo profesionales cualificados en este ámbito podemos realizar», finaliza coordinadora del Ejercicio Privado y Defensa de la Profesión del Consejo General de la Psicología. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.