Cómo potenciar la sexualidad en pareja: «Hay que planificar el sexo, no esperar que nos caiga del cielo»
VIDA SALUDABLE
En su nuevo libro, la sexóloga americana Vanessa Marin y su pareja, Xander, dan instrucciones paso a paso para cultivar el deseo y escapar de la rutina
16 abr 2023 . Actualizado a las 18:25 h.A pesar de lo que cientos de escenas de sexo en el cine y la televisión nos puedan hacer pensar, las relaciones sexuales no siempre surgen de manera espontánea. Mantener una vida sexual plena en pareja requiere cierta dedicación, sobre todo cuando hablamos de una relación a largo plazo. Con el tiempo, esa chispa inicial empieza a ser asediada por las obligaciones de la vida diaria y cuando la fase de enamoramiento se disipa, muchas parejas se ven estancadas en una mecánica rutinaria. Pasa en las mejores familias. Para muestra, basta el ejemplo de Vanessa y Xander Marin, una pareja estadounidense que a su vez es una sociedad profesional dedicada, nada menos, que a la sexología. Ella, como terapeuta. Él, como socio en la parte administrativa.
«Empecé por mi cuenta, siempre supe que quería ser sexóloga. Xander comenzó a ayudarme con la parte de negocio para que yo pudiera concentrarme en atender a mis clientes y preparar cursos, y empecé a sentir que sería beneficioso para ambos hablar de nuestra propia relación y poder compartir consejos que nos habían servido como pareja», cuenta Vanessa. Su intuición fue correcta. La perspectiva de la pareja fue recibida con gran interés por parte de sus clientes y Xander, aunque no es sexólogo, pudo aportar su experiencia. Ahora, la pareja acaba de publicar el libro Sex talks (Editorial Simon & Schuster), un manual con cinco conversaciones que toda pareja debería tener para potenciar su vida sexual.
Lo interesante del libro, además de todos los consejos útiles que aporta, es justamente esta perspectiva de una pareja que ha vivido ese estancamiento de su vida sexual en carne propia y que ha atravesado ese túnel volviéndose más unida y fuerte en el camino. «Una cosa es escuchar las recomendaciones de un experto y otra totalmente distinta es escuchar a una pareja real que ha pasado por esas dificultades y que puede dar testimonio de en qué parte se han estancado y cómo las han superado. Todas las parejas pasan por esa etapa en la que sienten que la chispa se apagó, que no están tan conectados como antes, y queríamos ofrecer ayuda en ese momento», señala Xander.
Por qué la comunicación es la clave de la sexualidad
La noción de que comunicarnos con nuestra pareja respecto de nuestras necesidades y deseos está, afortunadamente, cada vez más extendida. Lo que faltan son instrucciones para hacerlo. «La idea de hablar de sexo no es nada nuevo. Lo vemos en cada artículo sobre el tema: todos dicen "Habla de ello con tu pareja"», observa Vanessa. «Mucha gente ve esos consejos y dice: "Vale, la idea es genial, pero ¿cómo voy a hacerlo si me siento tan incómodo y me da vergüenza, me voy a sentir inseguro, y mi pareja va a malinterpretarme y sentir que la estoy criticando?". Entonces, acabamos no actuando», explica Xander.
Pero, como se suele decir, vivimos en una sociedad, y todos tenemos ideas que la cultura nos ha impuesto acerca de cómo son y cómo han de ser los encuentros sexuales. «Uno de los mitos más extendidos es que el sexo se da de manera natural. Esto viene de la televisión y las películas, donde los personajes con simplemente una mirada inician la acción de manera completamente espontánea. En realidad, se requiere mucho esfuerzo para sostener una vida sexual saludable, sobre todo en una relación a largo plazo. La mayoría de nosotros vivimos vidas muy ocupadas y no tenemos la energía para tener sexo espontáneo cuando queramos. Por eso hablamos tanto de cultivar el deseo, de generar espacio y tiempo de calidad y planificar el sexo en vez de simplemente esperar que nos caiga del cielo», señala Vanessa.
«Otra concepción errónea es que las cosas que a mí me gustan, a mi pareja también. Si nunca hablamos del tema, voy a pensar que esas cosas que me gustan también le gustan a ella. Entonces, voy a hacer siempre esas cosas. Voy a iniciar el sexo de la forma en la que a mí me gusta que lo inicien conmigo. Pero la realidad es que todos somos diferentes y nos gustan diferentes cosas cuando queremos conectar en un plano sexual. Si hablamos del tema, podemos entender esas diferencias y usar esa información para lograr que ambos estemos satisfechos», propone Xander.
Si hablar del tema nos parece difícil, hay que saber que peor será no hacerlo. «No queremos hablar de sexo y, por lo tanto, no lo hacemos. Entonces, llegamos a un punto en el que estamos muy frustrados y hay muchos problemas y el tema se convierte en una discusión. Ese es un error frecuente. Otro es empezar con una crítica o una queja. Hay formas apropiadas de dar feedback, pero muchas personas empiezan por hacer comentarios negativos: "Nunca haces esto", o "No me gusta tal cosa". Y eso hace que sea más difícil hablar del tema. Te sorprendería ver la cantidad de parejas que llevan juntas años y años y jamás han hablado de sexo. Es extremadamente frecuente», dice Vanessa.
Hay que tener en cuenta que es posible que cuando iniciamos estas conversaciones nos topemos con nuestros propios prejuicios. «Una de las razones por las que cuesta tanto hablar del tema es que no vemos ejemplos de cómo hacerlo en ningún lado. Hay tantas escenas de sexo en las películas y los programas de televisión, pero nunca ves a los personajes hablando del tema. Si lo que vemos son solamente esas escenas repetidas, acabamos internalizando la creencia de que si tenemos buena química con alguien, si las cosas van bien y nos gustamos, no deberíamos tener que hablar del tema», dice Vanessa.
Por dónde empezar
Aunque sepamos que hablar del tema es importante, no a todo el mundo se le da bien abrir ese diálogo. Aquí es donde entran en juego las conversaciones que proponen Vanessa y Xander. Es importante tener en cuenta dos cosas. La primera es que no vamos a solucionar toda nuestra vida sexual con una única conversación. La puerta de la comunicación debe permanecer abierta de manera continua. Y en este sentido, lo segundo a tener en cuenta es que la primera de esas conversaciones va a ser apenas un reconocimiento del terreno.
«Es un punto de partida para ir sintiéndonos más cómodos. La mayoría de la gente se pone nerviosa hablando de sexo, o sienten que inmediatamente tienen que empezar hablando de los problemas de su vida sexual, las cosas que no funcionan o que no les gustan, y eso hace que sea más intimidante y difícil. Lo mejor es empezar por otro lado, no intentemos resolver ningún problema o criticar, sino que simplemente busquemos poder hablar de manera cómoda sobre lo que nos gusta», aconseja Vanessa Marin.
Consejo
«Piensa en uno de los mejores recuerdos que tengas de haber tenido sexo con tu pareja y comparte ese recuerdo con él o ella. No estamos tratando de pedir nada a la otra persona ni de iniciar un encuentro sexual, sino que literalmente se trata de recordar ese momento junto con tu pareja y eso crea una base de reconocimiento y seguridad que hace que podáis hablar de sexo en un contexto de confianza y buen rollo», propone Vanessa.
«Queremos que el sexo sea un tema de conversación divertido, estimulante y seguro. Porque mucha gente nunca ha tenido una buena conversación sobre sexo. Esperan hasta que el problema les desborda y ahí es cuando hablan, y en ese momento, la conversación no es muy agradable», dice Xander.
Feedback positivo
Una de las propuestas centrales que aborda el libro es la del refuerzo positivo, un concepto clásico de la psicología y el comportamiento. «La idea es pedir más de lo que te gusta, de lo que está funcionando. Si quieres decirle algo a tu pareja, siempre hay una forma de enfocar ese mensaje de modo que sea positivo y no negativo. Las investigaciones recientes muestran que los seres humanos respondemos mucho mejor a los refuerzos positivos que a los negativos», observa Vanessa.
«Una de las cosas que más escuchamos de parte de las mujeres que están en relaciones con hombres es que ellos saltan directos a la penetración, y ellas quieren más juego previo, quieren ir más lento. Si yo le digo a mi pareja: “Quiero que vayas más lento”, esto puede hacerle sentir que está haciendo algo mal. Pero en cambio, si digo: “Me encanta cuando vamos lento y nos tomamos nuestro tiempo para besarnos, me encantan tus besos”, eso le hará sentir que hace algo bien, y le dará ganas de seguir por ese camino que funciona. Eso motiva a seguir haciéndolo», explica la experta.
Cuándo pedir ayuda profesional
Si bien se suele acudir a consulta de sexología cuando hay algún problema, como puede ser la falta de deseo o alguna disfunción sexual, lo cierto es que no hace falta esperar a que esto se manifieste para beneficiarse de esa ayuda externa. «Mi perspectiva es que nunca es un mal momento. En realidad, la terapia puede ser mucho más efectiva si vas antes de que las cosas se tuerzan. Yo aconsejaría empezar por intentar tener conversaciones sobre sexo con tu pareja y ver cómo van. Si te está costando hablar del tema o si estás tan avergonzado que no puedes iniciar esa conversación o si necesitas ese apoyo extra para hablar de manera segura, es buena idea acudir a una consulta con un sexólogo», recomienda Vanessa.
Un momento clave en este sentido es cualquier tipo de transición de la vida, especialmente, la llegada de los hijos, señala la terapeuta, «porque las investigaciones muestran que la satisfacción marital disminuye drásticamente tras el nacimiento de los hijos, así que es buena idea prepararse».
«Uno de los grandes desafíos para los padres es que no están preparados para lo difícil que puede ser volver a tener intimidad después de tener hijos. La mayoría de las personas que han dado a luz no van a sentirse listas para volver a tener sexo inmediatamente después del puerperio. Puede que siga habiendo dolor, puede que te estés recuperando del proceso, puede que haya traumas a nivel emocional, porque el parto puede ser una experiencia traumática para muchas personas. Puede que simplemente no te sientas lista para tener intimidad, entonces, tener paciencia y tomarte más tiempo te va a ayudar», aconseja la experta.
Todo sexo cuenta
«Algo que decimos en el libro es que todo contacto puede ser sexual. En las parejas hombre-mujer, tal vez tendemos a enfocarnos mucho en la penetración, pero esa no es la única manera de tener sexo. Especialmente para personas que acaban de dar a luz, la penetración puede ser algo muy difícil de lograr. Entonces, expandir la definición de intimidad sexual nos va a permitir entender que las caricias en el sofá también cuentan, que los besos también cuentan, la masturbación en pareja cuenta. Cuantas más opciones tengamos en ese sentido, más probable será que alguna esté a nuestro alcance», señala Vanessa.
Probar algo nuevo
Cuando una pareja sobrepasa la fase del enamoramiento y se consolida a largo plazo, una de las primeras ideas que surgen para escapar de la rutina es probar cosas nuevas en el dormitorio. Este instinto es acertado, pero hay que saber por dónde empezar. «Las investigaciones muestran que cuando probamos cosas nuevas en pareja, el cerebro se enciende. Nos excita, nos hace redescubrir esta relación desde un nuevo punto de vista, ayuda a que la relación se sienta renovada y fresca y puede devolvernos esa sensación de mariposas en el estómago que teníamos al principio. Por eso, queremos alentar a las parejas a probar cosas nuevas. Pero tenemos concepciones erróneas acerca de cómo hacerlo. Muchas veces nos vamos a los extremos. Pensamos: “Tenemos que hacer un trío”, o “Tenemos que practicar bondage”. Y esas cosas son geniales, si te interesan, pero no son las únicas cosas que puedes probar, y definitivamente no son puntos de partida para hacer si nunca has intentado nada similar a eso», explica la especialista.
En el libro, la exploración de prácticas nuevas es el capítulo final de las charlas a tener en pareja y esto tiene una lógica. Se trata de llegar a esa instancia preparados para hablar con sinceridad. No podemos saltar a las propuestas sin haber sentado las bases de confianza para poder sugerir sin atacar o proponer sin presionar. «Si has empezado hablando de sexo de una manera positiva y has tenido conversaciones previas al respecto, habrás construido una base de confianza y afecto que te ayudará a abordar el tema sin que se sienta personal. Mucha gente se ve tentada a ir directo a esta idea de probar algo nuevo, porque parece algo divertido y estimulante, pero puede ser contraproducente. Puede que sea demasiado extremo y acabéis haciendo algo que no os guste. Puede que uno de los dos se sienta incómodo y sea una mala experiencia que genere distancia entre ambos en lugar de conexión», advierte Xander.
En esta exploración, Vanessa y Xander proponen utilizar el método del «Sí/No/Tal vez». Cuando proponemos algo a nuestra pareja, le daremos la posibilidad de decir, en esta escala de tres niveles, cuán dispuesto o dispuesta estaría a probarlo. Si dice que no, de momento, la práctica queda descartada. Pero si ambos sienten curiosidad por intentarlo, si ambos dicen que sí, o que tal vez lo harían, se abre la oportunidad de hablar más en profundidad sobre esa práctica. Podremos preguntar cosas como: ¿cuáles son tus dudas al respecto?, ¿qué te haría sentir cómodo como para probarlo?, ¿hay algún aspecto en particular de esto que te llame más la atención y que podamos probar para empezar?. Este es un buen punto de partida.