Siete días para mejorar tu relación de pareja: «Si no tenéis tiempo para una cita, encontradlo»
![Laura Inés Miyara](https://cflvdg.avoz.es/sc/Bp2WU_vBaShIj6Ya_ugBm1P7En0=/75x75/perfiles/1637054644741/1637918886756_thumb.png)
VIDA SALUDABLE
![Los expertos recomiendan abrazarse durante veinte segundos de manera regular.](https://cflvdg.avoz.es/sc/6v_JReerREXhaajVzTPgjr6_AkE=/480x/2024/10/30/00121730293648093983744/Foto/1.png)
Esta es la receta para mantener vivo el amor formulada por el reconocido matrimonio de psicólogos expertos en parejas, John y Julie Gottman
06 nov 2024 . Actualizado a las 12:28 h.¿Qué es el amor? Cuando intentamos definir un concepto tan abstracto y tan significativo, pareciera que ninguna frase es capaz de abarcarlo por completo. Para los doctores John y Julie Gottman, el célebre matrimonio de psicólogos estadounidenses especializados en los vínculos de pareja y dos de los mayores expertos mundiales en esta temática, puede que no exista una definición clara del amor, pero lo que sí que existe es una fórmula para mantenerlo vivo.
Lo más importante que hay que saber del amor es que no es un gran gesto. «Pequeñas dosis a diario son lo que se necesita para tener una relación sana, porque esto es precisamente lo que es una relación: un millón de cositas pequeñas, cada día, durante toda la vida», escriben en la introducción de su libro, La receta para el amor, editado por Diana. Esta guía promete mejorar la conexión la intimidad y el placer en pareja en tan solo siete días, si se siguen los consejos que propone el matrimonio Gottman.
Tres requisitos
La fórmula que han diseñado los Gottman para mantener el amor se basa en tres pilares fundamentales, que parten de esta idea principal de que el amor está hecho de pequeños gestos cotidianos. «Hemos estudiado a más de trescientas parejas, a algunas de las cuales hemos seguido durante veinte años, y lo que hemos descubierto es que hay factores universales que hacen que una relación funcione o se rompa, que predicen si una pareja permanecerá felizmente unida o no», explican los expertos.
¿Cuáles son esos factores? «En primer lugar, en una buena relación de pareja, ambas personas tienen que sentir curiosidad hacia la otra». Con el tiempo todos crecemos y cambiamos. Las parejas que funcionan lo saben y se toman el tiempo de crear y expandir su conocimiento del mundo interior de la otra persona. «Esto no solo implica formular preguntas sino plantear las preguntas adecuadas», indican los Gottman.
En segundo lugar, la pareja tiene que compartir cariño y admiración, lo que significa, entre otras cosas, ver y apreciar las cosas buenas que hace la otra persona, encontrar y centrarse en los aspectos de él o ella que nos resultan admirables y expresarlo tanto en palabras como a través de nuestro lenguaje corporal. «Son muchos los que dan por sentado que sus parejas ya saben que ellos las aman y las admiran, pero hemos observado que no es así. Las palabras afectuosas se tienen que decir en voz alta con mucha más frecuencia de lo que creemos. Esto no es como el chorrito de agua que le echas a tus plantas cada varios días, sino como el oxígeno que respiramos constantemente», aseguran.
El tercer requisito para que la pareja pueda funcionar a largo plazo es que «generan y responden a lo que llamamos oportunidades de conexión». Estas oportunidades pueden ir desde pequeños gestos, como utilizar motes cariñosos, hasta otros grandes, como ser capaces de pedirle a la otra persona que satisfaga nuestras necesidades más profundas. En las relaciones que prosperan, las personas identifican estas oportunidades de conexión y, si es necesario, dejan de lado lo que están haciendo para aprovecharlas.
![Julie y John Gottman son psicoterapeutas especializados en terapia de pareja.](https://cflvdg.avoz.es/sc/HLwoAJ4IFd8g7KO7DoV9RcquQ74=/480x/2024/10/31/00121730376378437523265/Foto/pareja.png)
Cómo gestionar el conflicto
Los conflictos forman parte de toda relación cercana. Son un aspecto inevitable de convivir con otra persona. Pero cuando hay una crisis en la pareja, los expertos aconsejan no focalizar la energía en intentar resolver los conflictos. Al menos, no de momento.
«Con esto no queremos decir que tengas que ignorar los problemas, solo que no son el lugar por el que empezar. Sabemos, por nuestra experiencia en consulta, que las mejores relaciones no se basan en decirle a la otra persona lo que va mal, sino lo que va bien. Así que tanto si estás pasando por un período complicado como si estás empezando a plantearte qué puntos de fricción te depara el futuro, lo que no haréis es quedaros sentados delante de una mesa trabajando vuestras habilidades de gestión de conflictos. Primero, pasadlo bien», explican.
Esto puede ser difícil, porque si estamos en medio de un conflicto, nuestra tendencia natural puede ser a intentar resolverlo. Pero, si empezamos por darles vueltas a nuestros problemas, podremos llegar a empeorar las cosas, sostienen los expertos, «porque en cuanto aumentan las tensiones, nuestro cuerpo responde de forma fisiológica, podemos sentirnos abrumados y volver a ponernos a la defensiva».
Siete días para reconectar
Como hemos explicado, los Gottman aseguran que el amor es mucho más que un sentimiento, que es en realidad un trabajo diario de aportar pequeñas dosis de apoyo, de romance y de complicidad. En este sentido, la intervención de siete días que proponen los expertos es una forma de introducir poco a poco estos granitos de arena que hacen, en su conjunto, a una relación exitosa.
El primer día, el desafío es conectar. Esto se resume en poner atención a las pequeñas oportunidades que pueden surgir para interactuar con nuestra pareja desde la curiosidad y generar así un momento agradable. ¿Qué significa en la práctica? Que si, por ejemplo, tu pareja está mirando el móvil y comenta que acaba de leer un artículo interesante, levantes la vista y le preguntes de qué va. Esto inicia una conversación.
Esto no siempre es fácil. «A veces, nuestras oportunidades de conexión pueden ser negativas y no logramos interpretarlas como oportunidad», observan Julie y John Gottman. Así, si tu pareja suelta un suspiro mientras estáis viendo la televisión, puedes preguntarle si le pasa algo o cómo ha sido su día; esta es otra forma de conectar. «Todos esos momentos de positividad y conexión que vas acumulando desbancan a los negativos y el rencor ya no puede crecer», afirman.
Para el día dos, los expertos proponen que nos hagamos «una gran pregunta». Aquí no nos referimos a preguntarle al otro si ha pagado la factura de la luz. Hablamos de las preguntas que nos hacíamos al principio de la relación, que nos permitan hablar de nuestros sueños y anhelos, de quiénes somos y de qué queremos para nuestra vida. Estas preguntas abren conversaciones que permiten a cada miembro de la pareja trazar el «mapa interior» del otro, conociéndole en profundidad.
«Por muy frenética que sea la vida, no podemos dejar que todas las preguntas que nos formulemos el uno al otro sean sobre interminables listas de quehaceres», señalan los Gottman. Además, teniendo en cuenta que todas las personas cambiamos y crecemos a lo largo de la vida, las mismas preguntas formuladas en diferentes momentos vitales tendrán respuestas distintas, por lo que hacer este trabajo de volver a conocernos es importante. «Cualquier relación implica un proceso de conocerse una y otra vez con el paso de los años», sostienen.
El día tres debemos enfocarnos en decir «gracias». «una relación próspera requiere una cultura de la valoración dentro de la pareja en la que seamos tan buenos notando todo lo que nuestra pareja hace bien como lo somos notando lo que hace mal. Es fácil caer en la trampa de ver solo lo que no está haciendo nuestra pareja. Cuando solo buscamos lo negativo, es muy fácil que encontremos solo eso», advierten los expertos.
Por esta razón, modificar este hábito mental implica construir uno opuesto, basado en buscar lo positivo. Pero el cerebro está programado para buscar lo negativo por defecto, de modo que este ejercicio puede ser difícil al principio y requerirá algo de esfuerzo. «Si te dedicas a buscar lo positivo, cambiarás la funcionalidad de tu cerebro a nivel celular. Crearás nuevas vías y activarás nuevas sinapsis. Es bueno para tu cerebro, para tu cuerpo y para tu relación», aseguran.
El día cuatro, manteniendo esta línea de positividad, va dedicado a hacerle un cumplido sincero a nuestra pareja. «La admiración no es algo que simplemente pase. Es algo que haces. Admirar activamente a otra persona, valorarla no solo por lo que hace, sino por quién es, es como el aire que lleva dentro un bote salvavidas. Flotas por encima de las olas, incluso cuando el mar se pone bravo», escriben John y Julie.
Para ello, sugieren que nos remontemos al inicio de la relación, sin importar si fue hace meses, años o décadas. «Recuerda el momento en el que decidiste que querías estar con esta persona a largo plazo y compartir la vida con ella. ¿Cuáles fueron las cualidades que te atrajeron?», indican los Gottman. Este ejercicio es crucial, porque, como explican, «debéis tener veinte interacciones positivas, por lo menos, por cada una negativa» para que el vínculo se mantenga estable.
Así es como llegamos al día cinco, en el que John y Julie Gottman nos invitan a pedir a nuestra pareja aquello que necesitamos. Muchas veces, señalan, «nos andamos con rodeos con nuestras necesidades en vez de manifestarlas abiertamente porque nos parece que es más seguro. Puede ser estresante ser vulnerables, incluso con nuestra pareja. Puede darnos miedo».
«Decir lo que necesitas y que te rechacen te puede herir y humillar. Preferimos insinuar y manipular, esperando que nuestra pareja intuya nuestros deseos y que consigamos lo que queremos sin tener que exponernos», observan. Dejar estos hábitos de lado y practicar una comunicación directa es vital para evitar el resentimiento. Hay que expresar las necesidades con sinceridad, claridad y proactividad. Para iniciar esta conversación, no vale cualquier momento. Por eso, la recomendación es preguntar antes si la otra persona se encuentra disponible para hablar.
El día seis, la propuesta es acercarnos físicamente a través del tacto. «El contacto físico es una potente droga. Tiene un efecto fisiológico en el cuerpo: segrega oxitocina, la hormona de la conexión y los vínculos afectivos. El contacto físico no solo es bueno para tu relación, sino que es bueno para tu salud física y tu longevidad», afirman.
En este sentido, sostienen que «el tema es tocar por tocar. La intimidad física no tiene que llevar necesariamente al sexo para que merezca la pena. Una de las mejores cosas que puedes hacer es eliminar la expectativa de que el contacto físico lleve o deba llevar al sexo». Darse la mano, un abrazo, un beso, unos minutos de masaje en los hombros son acciones que tienen más importancia de lo que pensamos. De hecho, John y Julie recomiendan en particular darse abrazos durante veinte segundos.
Por fin, en el día siete, la tarea es montarse una cita. Salir y pasarla bien en pareja, de eso se trata. «Las citas no tiene por qué ser por la noche, no tienen por qué costarte dinero ni forzarte a pagar un o una canguro. Ni siquiera tenéis que salir de casa», señalan. Lo importante es comprometerse firmemente con la cita y no dejar que las exigencias del día a día interfieran en este tiempo de los dos.
«Una cita regular, innegociable, contra viento y marea, es una de las intervenciones que recomendamos a las parejas con más frecuencia, porque funciona. Si no tenéis tiempo para la cita, encontradlo. Cancelad algo. Dejad los platos en el fregadero. Que esperen los correos del trabajo. Esto es más importante», subrayan.