«Doy gracias a Dios por haberme salvado»: las emocionadas palabras del superviviente Samuel desde Canadá para calmar a su familia

Marcos Gago / María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Samuel Koufie en una foto junto a Emilia, su mujer, y tres de sus cinco hijos.
Samuel Koufie en una foto junto a Emilia, su mujer, y tres de sus cinco hijos. CEDIDA

Se comunicó con su mujer, que está en una aldea del sur de Ghana, ayer por la noche y hoy también llamó a sus amigos en Marín, con los que tiene trato de hermanos

18 feb 2022 . Actualizado a las 10:15 h.

Las familias de los dos primeros supervivientes del Villa de Pitanxo, del patrón del barco y su sobrino, pronto tuvieron noticias desde Canadá. Una llamada de Juan Padín, el patrón, acabó con sus horas de infierno: «No os preocupéis, Eduardo y yo estamos bien», les dijo ya el martes. Pero la historia del tercer superviviente, un marinero natural de Ghana pero afincado en Marín, llamado Samuel Koufie, no fue así.

Para empezar, no fue hasta ayer por la mañana cuando las autoridades, de forma oficial, confirmaron que el tercer superviviente era un ciudadano ghanés, después de que los rumores les hiciesen tener esperanzas en vano a otras familias. Y ni siquiera dieron su nombre, con lo que las familias de los tres ghaneses esperaban buenas noticias. 

Fue a lo largo del día cuando, al fin, se confirmó su identidad y se supo que, efectivamente, Samuel había sobrevivido. La noticia llegaba a sus amigos de Marín, a su familia del corazón y a la comunidad evangélica a la que está vinculado. Pero era necesario que también llegase hasta Ghana, donde viven su mujer y sus cinco hijos. Todo el mundo tenía miedo de llamar a Ghana porque, aunque se confirmaba su supervivencia, Samuel no se había comunicado con nadie y, por tanto, no se sabía cuál era su situación, si permanecía grave o estaba bien. Ayer por la noche, al fin, Samuel llamó a su mujer, a Emilia. Y le dijo que se encuentra en el barco en el que fue rescatado y que está bien. Se lo comunicó en Fante, el idioma que ella habla, y un amigo ghanés lo tradujo para que todos sus amigos marinenses puedan también estar más tranquilos. 

Abatido por la suerte de sus compañeros pero también feliz de seguir con vida, se supone que Samuel, de treinta y pico años, podrá seguir cumpliendo sus sueños en España y Ghana. Quiere una vida mejor para sus pequeños, que tengan la oportunidad de estudiar que él no tuvo. Por eso un día dejó atrás su país y llegó en barco a Vigo, formándose luego para trabajar en la pesca y ser el marinero de altura que hoy es.

«Estoy bien, doy gracias a Dios por haberme salvado»

Después de esa primera comunicación de ayer con su familia en Ghana, Samuel habló en esta misma mañana de jueves con la que es su familia de corazón: sus amigos de Marín, con quienes tiene trato de hermanos. Les dijo lo mismo que le había confirmado a Emilia: «Estoy bien, doy gracias a Dios por haberme salvado la vida». 

Dando muestra de lo mucho que le preocupa su familia, sus primeras palabras desde el barco de Canadá en el que fue rescatado y que está volviendo a tierra, fueron: «Yo estoy bien, ¿cómo estáis vosotros?». Luego, en la que fue una llamada muy breve, solo le dio tiempo a señalar que está en el barco y que se encuentra en buenas condiciones.