José Luis Vázquez, el doctor con gran ojo clínico que contaba a sus alumnos que estuvo tres años en primero de Medicina

José Luis Vázquez Rey, que falleció a los 88 años en Pontevedra, fue uno de esos médicos que dejaron huella en la sanidad pública. En su caso, lo hizo en distintos frentes: tanto en la atención a los pacientes, como médico internista, como desde los institucionales que ocupó, bien al frente del Hospital Provincial bien de la Escuela de Enfermería de la ciudad del Lérez, que dirigió durante casi dos décadas. De carácter fuerte y honestidad brutal, solía llamarle a las cosas por su nombre. Fue profesor, reivindicó el oficio y la preparación de las enfermeras y también que la sanidad pública se gestione siempre de acuerdo con criterios técnicos, escuchando la voz de los que están a pie de hospital, de ambulatorio o de las aulas de Medicina. 

José Luis nació en Santiago de Compostela, en la calle San Francisco, muy cerca de la facultad en la que estudió luego Medicina. Al principio, como él muchas veces contó a sus alumnos para demostrarles que todo se supera en esta vida, le costó arrancar. Decía que había estado tres años en primero de carrera y lo contaba con el retranqueiro humor del que hacía gala. Así, les explicaba que quiso poner bien los cimientos de su profesión, como si estuviese construyendo una obra de los romanos, antes de pasar al segundo curso. Sea como fuere, salió de la facultad convertido en un médico con una capacidad tremenda para hacer diagnósticos, con un «ojo clínico» enorme que le acompañaría a lo largo de toda su carrera, tal y como recordaba este martes su hijo mayor, José Luis Vázquez Castelo, que también es médico. 

Tras vivir un tiempo en Barcelona y Bilbao, donde se formó, estableció su residencia en Pontevedra, la tierra de María del Carmen Castelo Tettamancy, la catedrática de instituto de Geografía e Historia que se convirtió en su esposa y compañera de vida. José Luis, el doctor Vázquez Rey, ya nunca más se marchó de la urbe del Lérez. Junto con Mari Carmen, fundó una familia de tres hijos, José Luis, Susana y Eva. Y se implicó a fondo con la sanidad pública de la ciudad. De este modo, fue jefe de Medicina Interna en el Hospital Provincial y, posteriormente, durante un breve período, a mediados de los años ochenta, también fue director de este complejo sanitario.

Sin embargo, el cargo en el que estaría buena parte de su vida laboral fue el de director de la Escuela de Enfermería de Pontevedra, cuya importancia defendió a capa y espada. Dirigió esta escuela desde el año 1992 hasta el 2010. Fue profesor de Fisiología del Cuerpo Humano y reivindicó muchas veces que la entidad pasase de depender de la Diputación de Pontevedra a la Universidade de Vigo. La huella que dejó en la escuela fue tal que, en el año 2014, cuando se cumplió el cuarenta aniversario de la misma, le pidieron que hiciese un alto en su jubilación y hablase a los futuros profesionales en un acto lleno de emotividad.

Se jubiló tarde y, cuando lo hizo, la lectura, los paseos, la familia, los amigos y las partidas de billar se convirtieron en su día a día. Se quedó viudo y se rodeó de los suyos. Además de a sus tres hijos, tenía también tres nietos. Falleció a los 88 años y su funeral está previsto para este martes, a partir de las ocho y media de la tarde, en la iglesia de San Bartolomé de Pontevedra. 

---

---