A Rafael Rúa le llegó el cargo a su cuenta vía judicial cuando regresaba de protestar en Madrid por la situación del sector. Dice que la única música que suena en sus locales es la de la televisión
26 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Rafael Rúa, uno de los once hosteleros de Pontevedra que le metieron más de 650 kilómetros a los pies para ir andando desde Galicia a Madrid y mostrar la «desesperación» que vive el sector, empieza a estar convencido de que las desgracias nunca vienen solas. Regresaba él, con los pies ampollados y una sensación de impotencia tremenda de la protesta en la capital madrileña cuando, de repente, vio le habían hecho un cargo en su cuenta de 524 euros. Suspiró. Y pensó que sería otra de las múltiples facturas a las que se tiene que enfrentar pese a estar prácticamente sin ingresos -a cuenta de las restricciones, tiene un bar cerrado y en otro que regenta no llega a facturar un 20 % de lo que hacía antes-. Pero le pareció rara la cantidad. Así que empezó a indagar. Le llevó lo suyo. Pero, al final, su asesoría dio con el origen del importe: los 524 euros se los llevaba la SGAE. A Rafael esta circunstancia le dejó de piedra.
Rúa no entiende qué ocurrió porque, tras consultar con su banco y su asesoría, le indicaron que el cargo venía vía judicial, «que se trataba de un embargo». Por tanto, se supone que previamente hubo un proceso en el que se le reclamó ese dinero y del que él debería haber sido consciente. Él niega que fuese así: «No tenía ni idea de esto. De hecho, lo primero que pensé fue si sería un cargo de Hacienda o así. En la asesoría me dijeron que en teoría estaba al día de todo y fue ahí cuando empezamos a mirar de qué sitio venía esto. Y vimos que se trataba de un embargo de un juzgado mercantil para pagar a la SGAE. Me dijeron que constaba que me había sido comunicado el día 17 de diciembre. Pero yo ese día estaba caminando hacia Madrid. La primera noticia que tuve fue el cargo en la cuenta», indica.
«No me dejaron devolverlo»
Señala que, dada su actual situación económica, en la que se levanta cada día «con cero ingresos y numerosos gastos», intentó devolver ese recibo. Pero no fue posible dado que era un embargo judicial. Aún así, habló con la gestoría porque considera que es un cobro indebido y quiere ver la posibilidad de denunciar lo ocurrido: «Tengo dos bares, no locales donde se baile ni se pone música. Lo único que tengo en ellos es una televisión y pago un canal privado, concretamente de Orange. No entiendo qué es lo que me cobra la SGAE».
La versión de la SGAE
Preguntada a la SGAE, habló en términos generales por no conocer este caso concreto. Por una parte, dijo que si se trata de un embargo judicial previamente tuvo que haber comunicación con el afectado. También señaló que el cobro seguramente sea de un pleito anterior al 2020 porque en este año, dada la situación por la que está pasando el sector hostelero, la SGAE no inició ningún trámite judicial contra el gremio. La sociedad también enfatizó que está siendo flexible y «generosa» con la hostelería, precisamente, porque asume su mal momento.