La exabadesa de Belorado califica al Arzobispo de Burgos de «usurpador ilegítimo»
SOCIEDAD
El prelado asegura que ese ataque es una «difamación» y se reserva el derecho de acudir a los tribunales para defender su honor
10 jul 2024 . Actualizado a las 09:28 h.La exabadesa de Belorado, Laura García de Viedma, ha tildado de «usurpador ilegítimo» por controlar las cuentas de las religiosas al arzobispo de Burgos y comisario pontificio, Mario Iceta, que ha advertido de que su deuda asciende «solo en facturas y con exclusión de préstamos, a 42.000 euros».
En concreto, la exabadesa, que no habla en representación del convento, sino de una asociación para mantener la posesión del monasterio, ha asegurado en un comunicado que nunca han tenido «problemas de pago y que lo han hecho con puntualidad», hasta que el arzobispo y comisario pontificio «ha llegado a administrar sus bienes».
El Arzobispado de Burgos desconoce hasta «donde pueden llegar las obligaciones» financieras de los monasterios porque, según recoge el comunicado que publicó, García de Viedma «sigue ilegalmente impidiendo el acceso a su gestión».
Del mismo modo desconocen «el estado de las obligaciones laborales, fiscales y tributarias» ya que han requerido cinco veces estas cuentas, «algunas facturas tienen hasta dos años de antigüedad», y no han tenido respuesta.
Directivo en Cajasur
Las exmonjas no han tenido reparo en recordar a Iceta su pasado en la diócesis de Córdoba, cuando formó parte del Consejo de Administración de Cajasur. De ahí que la exabadesa recrimine que la persona ahora «a cargo» de sus cuentas «haya sido previamente sancionada por el Banco de España debido a irregularidades en la gestión de cuentas de terceros».
Iceta asegura que ese ataque es una «difamación» con la que poner «en duda su legitimidad para administrar bienes» y que constituye un «intento de calumniarle utilizando argumentos ad personam», lo que describe «bien la cualidad moral de García de Viedma».
Iceta se reserva el derecho de acudir a los tribunales para defender su honor y buen nombre «ante estas declaraciones sin escrúpulos y calumniosas. El Arzobispado asegura que la exabadesa busca «confundir a la opinión pública», y quiere hacer creer a la gente que su nueva asociación es la «propietaria del monasterio».
Mientras tanto, la líder de las exmonjas busca que se restituya la «titularidad legítima» de sus bienes y que «se investigue y se depuren responsabilidades por las informaciones falsas» que dicen que afectan a su reputación.