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La ola de ceses en el Oceanográfico se lleva por delante al director en funciones

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

González-Quirós dimite como responsable temporal del instituto y como subdirector

24 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Continúan las dimisiones en el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Y de nuevo en la cúpula. El último en anunciar que abandona el barco ha sido su director en funciones, Rafael González-Quirós, que asumió el cargo tras la marcha del anterior responsable, Eduardo Balguerías. Deja la dirección que asumía provisionalmente y la subdirección, que tenía en propiedad ya antes del crac que en febrero provocó la renuncia de Balguerías.

González-Quirós alude a una mezcla de motivos personales, familiares y profesionales para justificar su decisión de tirar la toalla, pero no oculta que en su dimisión ha pesado el agravamiento de la crisis en el IEO, la falta de progresos para remontar una situación agónica y, sobre todo, la sensación de falta de respaldo y confianza por parte de la Secretaría General de Investigación y el escaso apoyo del Ministerio de Ciencia.

Transferencia en ciernes

En la misiva de despedida -aunque continuará realizando las funciones de director en tanto no llegue su relevo-, González-Quirós revela que «finalmente el ministerio hará una transferencia de crédito de 3,7 millones de euros cuya tramitación» está finalizando. No obstante, también apunta que, «sin menospreciarlo», solo va a permitir alargar una situación cada vez más insostenible.

El anuncio de la renuncia del director en funciones coincidió con la llegada de una persona que sustituirá a Blanca González al frente de la Secretaría General del IEO, que dimitió hace unas semanas. La relevará, Iñaki Sanjuán Pérez, que llegó a la sede central del instituto acompañado por su homólogo del CSIC, Alberto Sereno, al que se le ha solicitado apoyo para intentar enderezar el caos administrativo, la asfixia financiera y la parálisis operativa que atenaza al IEO.

Desánimo del personal

Entre el personal cunde el pesimismo. Ya no solo al ver recogido por escrito que el diagnóstico que la plantilla venía haciendo desde hace años era más que certero, sino por ver también reflejado que tres meses después del colapso «no se ha alcanzado ninguno de los objetivos planteados: generación de crédito de lo ingresado en el último trimestre del 2019, suplemento de crédito, reorganización de la Secretaría General, pago de las deudas a acreedores y personal del IEO... Y todo ese ahogo financiero a pesar de que tiene un remanente de tesorería de 90 millones que no tiene forma de incorporar a su presupuesto.

«La plantilla está desanimada», admite Francisco Rodríguez, representante sindical en el centro oceanográfico de Vigo. Y asistir a cuatro dimisiones en un mes sin que el Ministerio de Ciencia haya dado señales de vida, no ayuda.

Desde el departamento de Pedro Duque aseguran que sí se está trabajando para rescatar al IEO y, de paso, mejorar la gestión de otros OPI (organismos públicos de investigación) que tienen similares problemas. Apuntan que se ha nombrado un equipo de apoyo externo para acometer el cambio en la gestión que la entidad necesita y que se está preparando «una transferencia de fondos directa por parte del ministerio», aunque no pudieron precisar su cuantía. Asimismo, desde el Ministerio de Ciencia también se pretende un cambio de orientación del organismo para «aprovechar todo su potencial investigador» y en este sentido, se está buscando a un director que potencie la parte más científica que de asesoramiento a otros organismos.

El Vizconde de Eza zarpa para evaluar los «stocks» de Terranova

El buque de investigación oceanográfica Vizconde de Eza inicia la 33 edición de la campaña internacional Flemish Cap, que se viene realizando de forma continua desde 1988 en aguas de Terranova. La expedición tendrá una duración de 45 días en los que los científicos del equipo de Pesquerías Lejanas del Instituto Oceanográfico de Vigo evaluarán los stocks de bacalao, gallineta, platija, fletán negro, granadero y camarón.

Esta vez, los investigadores tendrán que seguir las recomendaciones sobre medidas en relación al covid-19 y someterse a una prueba PCR.