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Amplio respaldo en Galicia a la huelga «por un convenio digno» en la conserva

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Los sindicatos hablan de un 90 % de apoyo, que la patronal rebaja al 32 %

22 ene 2022 . Actualizado a las 09:58 h.

El seguimiento masivo que tuvo en Galicia la primera jornada de huelga convocada entre los trabajadores de la industria conservera para reclamar «un convenio digno» ha sorprendido incluso a los convocantes, los sindicatos UGT, CC.OO. y CIG, mayoritarios en el sector. «Superou as nosas expectativas», admitía ayer Rosa Abuín, de la central nacionalista, en Vilagarcía, epicentro de las concentraciones en O Salnés. El 90 % de los empleados de producción —oficinas, márketing y otros departamentos al margen— de las empresas radicadas en esa comarca secundaron el paro, según los organizadores, al igual que en las del área de Vigo, O Morrazo y Barbanza. En esta última área solo Frinsa trabajó prácticamente con normalidad. El resto de las grandes fábricas —Jealsa, Connorsa, Orbe, Bolton, Friscos, Cefrico, Calvo, etcétera— no lograron reunir operarios suficientes para poner en marcha todas las líneas de producción, pues respaldaron en masa una huelga histórica.

«Nas concentracións había xente que levaba traballando 43 e 45 anos na conserva e recordaban que houbera un día de folga alá polo final dos anos setenta», comentaba Xabier Aboi, veterano sindicalista que no alcanza a recordar un paro de toda esta industria al margen de las huelgas generales y conflictos puntuales.

«A xente está moi farta». «Vimos de traballar arreo nesta pandemia e cada vez nos esixen máis; é difícil seguir o ritmo da cadea e case nin podes ir ao baño». «Os salarios son os que son». Son comentarios recogidos en las concentraciones. Quejas que se plasmaron en las consignas más coreadas: «Por un convenio digno na conserva», «Non somos escravas, somos traballadoras» y, sobre todo, «A igual traballo, igual salario». Porque en un sector feminizado, perfectamente visible en la asistencia a las protestas, los sindicatos han hecho de la igualdad uno de los caballos de batalla, junto con el mantenimiento del poder adquisitivo: «Os salarios non poden seguir sendo os que son, teñen que subir e teñen que facelo de maneira igualitaria», apuntaba en Boiro Enrique Reino, de CC.OO.

La jornada se desarrolló sin apenas incidentes, salvo unos breves momentos de tensión vividos a primera hora, cuando los piquetes trataron de cortar el acceso a las fábricas de Jealsa y Frinsa. «Esperamos que despois deste éxito da folga, a patronal rectifique e se sente a negociar», indicaban desde CC.OO. Si no lo hacen, ahí están las otras dos jornadas de paro, convocadas para el 3 y 4 de febrero.

La patronal desdeña el paro

Si la movilización ha impresionado a la patronal, no lo ha manifestado. Al contrario, Feincopesca, federación a la que está adscrita Anfaco, emitió un comunicado advirtiendo a los sindicatos que habían cantado victoria antes de tiempo, sin contar que una huelga de 24 horas no es solo el turno de mañana, sino también tarde y noche. Las empresas desdeñaron, además, el impacto del paro por poco significativo, pues «la existencia de stocks en un producto no perecedero como es la conserva permitirá seguir sirviendo a los clientes, además de continuar trabajando mañana, sábado, y el domingo, con total normalidad».

Desinflaron también la participación, que en Galicia, la comunidad con mayor participación, rebajaron al 32 % frente el 90 % de los sindicatos. En cuanto al general de España, señalan también que, de las 30.000 personas llamadas a huelga, «el 29 % la han secundado» y en algunas comunidades, resaltan, la participación fue nula. Dicen que es el caso de Andalucía, Valencia y Cataluña.

Aparte de reprochar la actuación de los piquetes —los sindicatos se lo devuelven acusándolos de presiones sobre los trabajadores—, y pedir que «el auténtico liderazgo sindical se imponga», las empresas dicen seguir abiertas al diálogo, con la mano permanentemente tendida, y mantener una propuesta que incluye subidas de salario de hasta un 11 % hasta el 2024. Pero la parte social no está dispuesta a aceptar nada que esté por debajo del IPC y, apuntan, la oferta empresarial lo está.

Información elaborada por E. V. Pita, M. Gago, R. Estévez, Mireia García y E. Abuín.