José Valle: «En todos estos anos, nunca collín coral e nin sei o que é a pluma»
PESCA Y MARISQUEO
El armador de Burela, un histórico de Gran Sol, califica el veto a toda la pesca de fondo en 87 áreas como «a ruína do sector»
25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Desde que se enteró de que la Comisión Europea había consumado la amenaza de vedar 87 áreas para proteger ecosistemas marinos vulnerables de España, Portugal, Francia e Irlanda, el barco de José Valle luce la bandera a media asta. «Isto é a ruína do sector», sentencia el armador del Valle Fraga, amarrado en el puerto de Burela desde diciembre por las otras muchas dificultades que ya tenía la pesca antes de que Virginijus Sinkevicius y su equipo llegasen con estas vedas.
Valle dice que no son esos 16.419 kilómetros cuadrados los que quedan inutilizados para la pesca de fondo, sino que son muchos más. «O mar non é a terra; ti largas o aparello nunha zona e si hai temporal ou mesmo coas corrientes desprázase», dice. Por eso se van a ver obligados a dejar una distancia prudencial de las áreas vedadas para evitar ser sancionados. Y cuenta el caso de un patrón de pincho que caló el palangre a tres millas por fuera de las aguas de Irlanda y al día siguiente recibió la visita de una patrullera porque, con el temporal, el aparejo se había desplazado hasta zona jurisdiccional irlandesa. Por eso que «non é só o que se está vedando agora é moito máis».
El armador de Burela lleva «toda a vida nisto». Después de unos inicios con el arrastre se pasó al pincho. «Din á xente que está cheo de corais e especies sensibles; nunca na miña vida collín unha esponxa e, se digo á verdade, unha pluma non sei o que é. É unha falsidade iso de que collemos corais. O palangre de fondo non lles fai nada».
Por la volanta no puede hablar mucho, pero «os volanteiros escapan dos corais como do lume», no en vano se arriesgan a que sus redes salgan destrozadas del lance.
Pone el foco en lo que es el pincho, «unha liña de nailon de dous milímetros que se engancha no coral rompe o fío, non o coral». Y los lastres que emplean para calar el aparejo son «pedras pequenas», a excepción de la de la boya final, que puede pesar cuatro kilos, «porque eles obrígannos a levar esa boia grande». Además, «se os corais siguen estando aí tanto dano non lle faremos».
Más película que realidad
Por eso Valle dice que lo que relata la Comisión tiene más de película que de realidad. Lo malo es que ha trasladado su película a una realidad que «vai ser o fin do pincho». Es, sin embargo, el primer capítulo, porque el siguiente será «acabar coa pesca enteira».
El armador ya puede adelantar casi el tercero, que será el enfrentamiento entre artes por el espacio. «Se tes tres zonas de pesca e pechan dúas, terán que ir todos á que queda». Todos: arrastre, pincho, volanta, cerco... «Isto vai ter mais trascendencia do que se cre; a xente non se está dando conta do alcance que ten isto. E cando se dea xa será demasiado tarde».
Y si para Galicia va a ser un mazazo importante, para su comarca, A Mariña, puede ser la debacle definitiva. «Aquí, se nos falla a pesca e Alúmina, imos en picado». Lo de la pesca pinta muy mal. «Isto é a ruina, o final da comarca». Porque no son solo patrones, armadores y tripulantes. Son «talleres, efectos navais, camións frigoríficos, confrarías, varadoiros, lonxas.... Onde vai traballar a xente nova, que moita está en ABSA ou en Puerto de Celeiro? Unha debacle vai ser isto».
Ese presagio de luto de toda una comarca pesquera lo resume Valle en la bandera a media asta que luce su Valle Fraga.