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El veto perjudica a más barcos gallegos de pincho y de enmalle que de arrastre

S. S. / E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Barcos de artes fijos, como estos pincheiros atracados en el puerto de Burela, serán los más perjudicados por el veto a toda la pesca de fondo
Barcos de artes fijos, como estos pincheiros atracados en el puerto de Burela, serán los más perjudicados por el veto a toda la pesca de fondo PEPA LOSADA

La Comisión les cierra a todos 87 áreas pese a no saber si la flota más afectada puede dañar ecosistemas vulnerables

25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta un armador de Celeiro con barcos en distintos caladeros que el «ataque directo o sector pesqueiro español», por el veto a toda la pesca de fondo en 87 áreas entre el golfo de Cádiz e Irlanda, expulsará de cerca de la mitad de sus caladeros a los pincheiros (palangreros) de Gran Sol. No a los arrastreros, porque «a maioría faenan por debaixo dos 400 metros» de calado y, sobre el papel, el cierre de esas zonas para proteger ecosistemas vulnerables sería en los cantiles situados entre 400 y 800 metros. Teóricamente, porque los pescadores ya han comprobado que se vedarán espacios con bastante menos profundidad, sobre todo en el litoral. Y es ahí donde los más directamente perjudicados serán los arrastreros.

Por las cuentas que ha echado la Consellería do Mar, el veto perjudica directamente a más barcos gallegos de pincho (palangre) y de enmalle (volanta o rasco) que de arrastre. La «indeseable paradoja» de la que repetidamente le advirtió a la Comisión Europea el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Todo un contrasentido porque también la avisó el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) en su dictamen, el que esgrime para justificar la prohibición. Los científicos le dijeron desde un primer momento que se basan en el impacto del arrastre porque no disponen de información sobre el pincho ni el enmalle, los más afectados en Galicia.

 

Los datos de la consellería

Según Mar, pierden caladeros 106 barcos de capital gallego en Gran Sol, 55 de puertos lucenses, 33 de pontevedreses y 18 de coruñeses, así como a 101 del caladero nacional: 75 de A Coruña, 14 de Pontevedra y 12 de Lugo. De los de Gran Sol, «uns» 50 son palangreros, «arredor» de 40 arrastreros y «uns» 20 o 25 volanteros. Y en el caladero nacional, a 52 de arrastre, 26 de enmalle y 23 de palangre. Indirectamente, la consellería estima que podría afectar a 400 barcos de artes menores de A Coruña, a otros tanto de Pontevedra y a unos 70 de Lugo.

Pescadores y Administración se afanan en documentar sobre cuántos barcos incide directamente, aunque les preocupan tanto o más los daños colaterales por el desplazamiento a donde faenan otros, con escaso margen para compartir caladeros. Se arman de argumentos técnicos y socioeconómicos, convencidos de que solo una marcha atrás de la Comisión —que no esperan— evitará que el 9 de octubre los expulsen de 16.419 kilómetros cuadrados, el 17 % de la plataforma continental de entre 400 y 800 metros de profundidad.

No es sencillo calcular cuántos pesqueros suelen operar en las 57 áreas donde consta la presencia de corales, esponjas o plumas, los indicadores que definen los ecosistemas marinos vulnerables, ni en las otras 30 donde se supone que podría haberlos. Nada menos que 140 páginas concretan las coordenadas de esos 87 espacios sensibles. Para estimar el impacto sobre la flota, hay que situarlos sobre el mapa, sobreponerlos sobre los caladeros y revisar cuántos barcos, con qué artes y cuánto tiempo acostumbran a pescar ahí. 

Pesca decide cómo evaluar

Después de que el día 15 la Comisión conmocionase a la flota al consumar el veto, el Ministerio de Pesca va a decidir este 27 con el sector «la modalidad para el cálculo de la afectación»; o sea, cómo evalúa el impacto, para ser «riguroso con el tema de las cifras», dice el ministro Luis Planas. Al sector le preocupan las consecuencia del traslado de esos barcos a caladeros ya ocupados y no descarta conflictos.

Los datos son una de las claves para impugnar el cierre de esas aguas ante el Tribunal de Justicia de la UE. Para la flota, que desde la patronal Cepesca anunció un recurso, y para el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que todavía no ha decidido si lo presentará ni cuándo.

Cepesca estima que directamente dañará a unos 500 buques españoles

Cepesca, la gran patronal de española, apuntó inicialmente que en España afectaría a unos 500 pesqueros; «sobre todo, las flotas de arrastre del golfo de Cádiz, las de pincho, volanta y arrastre de Gran Sol, y las de arrastre, palangre de fondo, volanta, rasco y artes menores del Cantábrico noroeste».

Por activa y por pasiva le han repetido los científicos a la Comisión europea que carecen de información sobre el impacto en el fondo marino de artes pesqueros estáticos como el palangre, la volanta, el rasco o las nasas. Sí saben qué huella dejan los móviles, como el arrastre, pero no en los cantiles atlánticos entre el golfo de Cádiz e Irlanda. Ni caso les ha hecho el eurocomisario Virginijus Sinkevicius, titular de Medio Ambiente, Océanos y Pesca.

Tampoco se ha preocupado de cumplir un precepto tan básico en la política pesquera comunitaria como la evaluación de las repercusiones socioeconómicas, recalcan pescadores y autoridades gallegas y españolas. Los aplausos de las oenegés ambientalistas suenan en sus tímpanos más fuerte que la inusual inhibición del Consejo Europeo al ver cómo su veto a toda la pesca de fondo en 87 áreas solo lo apoyaron 14 de los 27 Estado de la UE. Y hace oídos sordos al clamor que lo emplaza a recapacitar y ver la información científica actualizada antes de expulsar de caladeros a cientos de barcos.