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La bajura solo podrá descargar 30 kilos de jurel del Cantábrico a la semana

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

PEPA LOSADA

Pesca sigue afinando con el cerco un paro biológico que no acaba de convencer

24 ene 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

La crisis del jurel en el Cantábrico no solo golpea al cerco. Cierto que es el segmento de flota más afectado, sobre todo aquellos barcos que faenan la mayor parte del año en aguas gallegas y no se desplazan a Asturias, Cantabria o el País Vasco para participar en las costeras de la xarda, primero, y anchoa, después. Pero el cierre de la especie a la pesca dirigida en la zona 8c —de Fisterra al golfo de Vizcaya— también golpea al arrastre y a las artes menores.

Estas últimas, como todas aquellas que no sean ni de arrastre ni de cerco, solo podrán desembarcar 30 kilos de jurel por barco a la semana. Así lo establece la resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado, que fija las cantidades totales de jurel que las embarcaciones podrán descargar en el 2023. Y todo sin perder de vista que deberán ser capturas accesorias, que entraron en el aparejo cuando se dirigían a otras especies objetivo.

Lo que ha hecho la Secretaría General de Pesca es sumar todas las capturas que este segmento de flota, que no tenía las cuotas repartidas individualmente por barco, sumó el año pasado para apartar de las 3.271 toneladas que dispone España en la 8c la cantidad justa para cubrir sus necesidades. Fueron 94.950 kilos los que descargó el año pasado. Los mismos que se le reservan este año, que se han repartido por provincias para realizar una mejor gestión.

Galicia acapara el 70 % de esas posibilidades de pesca accidental. A las provincias de A Coruña y Lugo les corresponden 66.676 kilos, mientras que las dos provincias costeras del País Vasco dispondrán en el Cantábrico de 10.947 kilos, Cantabria podrá descargar 10.349, y Asturias, 6.978. A la provincia de Pontevedra no se le ha asignado, puesto que se enmarca en otra zona de pesca, la 9a, en la que sí se puede hacer pesca dirigida y la cuota ha subido. Lo único malo es que allí, según la flota, no abunda como en el Cantábrico.

Paro biológico

Mientras, Pesca continúa negociando con el cerco del Cantábrico las condiciones del paro biológico de esta flota, que no acaban de convencer. En el último borrador remitido a las asociaciones, la Administración modificaba los meses de amarre de las embarcaciones que decidan acogerse a la medida para, como pedían los armadores, dejar fuera la temporada en la que arriba la xarda. Así, el amarre temporal, de carácter voluntario para aquellos barcos que en los últimos años hayan mostrado una dependencia del jurel de más del 20 %, tendría una primera fase de 30 días que podría ser entre febrero y marzo y una segunda, de dos meses. Hasta ahí, la Administración iba bien, pero resulta que impone que otro mes de amarre sea antes de septiembre, para dejar el tercero entre octubre y noviembre.

«Parece que a Administración quere que se apunten catro ao paro», apunta un armador de Portosín con un barco afectado. Porque «quen vai parar no verán, en plena campaña da sardiña?». Tampoco acaban de convencer las indemnizaciones, ni para los marineros —a los que solo le cubren los días laborables— ni para los armadores, que no quedan exentos de la Seguridad Social y la cantidad que reciben es, en algunos casos, casi idéntica a la compensación que perciben.

Tampoco la lista de afectados acaba de encajar. Algunas asociaciones echan de menos en esa relación el nombre de algunas embarcaciones que capturan jurel pero no con cerco convencional, sino con racú y piobardeira.