Lo que no se vio de la celebración del Deportivo en el césped de Riazor: «¡Vamos, que ya tocaba!»

G. Vázquez / Álex López-Benito REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

ÁLEX LÓPEZ-BENITO

Con el pitido final, equipo y aficionados disfrutaron del sueño de salir del pozo de la Primera RFEF y volver al fútbol profesional. Los blanquiazules conseguían su objetivo a tres jornadas del final del campeonato y lo disfrutaban con los 31.000 que estuvieron en Riazor y otros tantos que les siguieron desde una pantalla gigante en la calle

13 may 2024 . Actualizado a las 17:28 h.

Gritos, abrazos, bailes e incluso lágrimas. El Deportivo de La Coruña y su afición vivían este domingo una noche inolvidable. Una que dice el propio Mauro Silva que es tan importante como un título

Con el pitido final en el minuto 97 del encuentro definitivo ante en Barcelona B llegó el éxtasis, con permiso de la celebración del 1-0 de Lucas Pérez. Y es que la hinchada que nunca se rinde llevaba cuatro años esperando a salir del pozo de la Primera RFEF. 

La grada estalló con la vuelta a Segunda División, pero lo que se vivió en el césped no fue menos emocionante. Los jugadores blanquiazules se juntaron rápido en el círculo central abrazándose constantemente. Mención aparte merece el largo abrazo en el que se fundieron Imanol Idiakez y Lucas Pérez. El entrenador del Dépor y el capitán habían llegado al club -uno en enero del 2023 y otro en verano- con un objetivo que no era nada fácil. Otro abrazo de los más emocionantes, el de Lucas Pérez y un canterano fundamental, David Mella, que hacía lo que podía bailando con las chanclas y las medias que vestía después de retirarse lesionado.

En medio de una de las muchas piñas de jugadores en el césped del estadio de Riazor y muchos cánticos, las lágrimas de un portero. Germán Parreño se fue emocionando cada vez más al compartir saltos y más saltos con sus compañeros. Otro que no pudo controlar la emoción fue Diego Villares, que subido en brazos de Jaime gritaba a pleno pulmón: «¡Vamos, que ya tocaba!!!»

Tras ese momento en la medular, tocaba la vuelta al campo de los campeones, aunque eso sea lo de menos. Lo importante era el billete directo de vuelta al fútbol profesional con el ingrediente fundamental: poder celebrarlo en casa. 

La vuelta al campo

Al llegar al fondo de marathón, todos juntos en un grupo liderado por Lucas Pérez, llegó el momento de otro hombre comprometido con los colores, Pablo Martínez, que hasta se cortaba la coleta hace unos meses por el objetivo del ascenso. El defensa blanquiazul se acercaba al fondo, apoyaba los brazos en las vallas publicitarias y celebraba el éxito con la hinchada y un particular baile bajo las notas de uno de los temas clásicos de la megafonía del recinto coruñés, Stamp on the ground. 

Pablo Martínez grabó todos los detalles de la fiesta
Pablo Martínez grabó todos los detalles de la fiesta César Quian

José Ángel Jurado tampoco se quedaba atrás en pasos de baile cuando hacían la primera parte de la vuelta de honor. Frente a la granda de Preferencia, movía los brazos como un molinillo mientras subían los decibelios al ritmo de Sarà perché ti amo.

El momento de los bailes
El momento de los bailes César Quian

Bajo estas notas, la plantilla llegó al fondo de Pabellón y allí el delirio. David Mella no paraba de besar objetivos y de posar para la cámara deportiva con la que grababa el momento Pablo Martínez; Barbero lanzando a la grada la camiseta oscura de entrenamiento y Paris Adot mostrando sus mejores pasos de baile. Yeremay no se quedaba atrás, pero el gran momento del 10 de Dépor fue el fuerte lanzamiento con el que mandó un balón a lo más alto de la grada. 

Con la llegada a Tribuna, más espectáculo con el «¡Que bote Riazor!» y un Imanol Idiakez saludando a la afición y repitiendo su tan vasco «Aúpa Dépor» mientras buscaba atentamente a su familia en la grada. 

Un poco más adelante, Barbero y Hugo Rama eran los encargados de abrir las botellas gigantes de Estrella Galicia y, de paso, regar a sus compañeros, míster incluido. Lo que no esperaba e intentaba parar con un «vale, vale» el míster fue el manteo con el que la plantilla le sorprendió.

Los jugadores del Dépor manteando a Imanol Idiakez
Los jugadores del Dépor manteando a Imanol Idiakez ANGEL MANSO

Después de todo esto, tocó posar con la camiseta conmemorativa del ascenso y también la foto bajo el marco con el que la Liga Hypermotion le da la bienvenida a los deportivistas. Hay que ir cambiando ya de capítulo, aunque queden dos jornadas. Una instantánea de plantilla y cuerpo técnico que no fue sencilla de organizar ante lo dispersos que estaban los futbolistas.

La bienvenida a la Liga Hypermotion, la Segunda División
La bienvenida a la Liga Hypermotion, la Segunda División ANGEL MANSO

Idiakez, Lucas, Pablo Martínez o Villares fueron solo algunos de los que tomaron el micro para dirigirse a los 31.000 de Riazor (de allí no se movía nadie pasada más de una hora), para terminar entre fuegos artificiales, más bailes y bajar a las familias al césped. En los momentos previos, los futbolistas tuvieron que buscar a los suyos por la Tribuna Inferior donde era complicado encontrar a nadie. Mella se preguntaba en alto si su familia podría bajar al césped, mientras Salva Sevilla buscaba y buscaba.

El entrenador del Dépor sí les encontró pronto y con ellos se hizo la foto perfecta, la que pone el broche al objetivo con el que llegó a la ciudad. En el césped, sonriente y con su familia disfrutó de un largo grito que no podría ser otro que «¡Forza Dépor!». 

Fiesta en la sala de prensa de Riazor
Fiesta en la sala de prensa de Riazor César Quian

Cuando todo parecía terminado y tocaba pasarse a la fiesta en la «fan zone» (otras 30.000 almas seguían allí) instalada en el exterior del estadio, llegaba la gamberrada final. Como es tradición en los éxitos, los jugadores interrumpieron la rueda de prensa del míster para festejar también ante los medios presentes en la sala de prensa.

Un equipo, más piña que nunca, y una afición que nunca les ha dejado. Una emoción con la que Riazor soñaba desde hace cuatro años.