Las condiciones climáticas complicadas, con mucha radiación ultravioleta, viento fuerte y bastante humedad, hacen necesarios los trabajos de restauración.
En una ceremonia de enorme simbolismo, los restos fueron trasladados en la misma carroza que portó en 1937 el cadáver del primer presidente checoslovaco, Tomas Garrigue Masaryk.
Belleza verde entre palacios medievales y barrocos componen el anillo que rodea la capital checa y justifica una segunda visita a la tierra de los 2.000 castillos.