Viernes, 25 de Octubre 2024, 11:41h
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Hay chicas que caminan con tacones vertiginosos por calles adoquinadas y húmedas y no se caen. Hay croissants gigantes y mousse de chocolate gigantes y copas de vino también gigantes. Hay puestas de sol en tecnicolor. Hay brillo. Mucho brillo. Bling bling hasta en la sopa de cebolla. Hay romanticismo, pero el amor brilla por su ausencia. Hay un sexo arcaico carente de la más elemental sensualidad: dos chicas se besan y tú sientes que su beso no obedece sino a una nota a pie de página de la casilla de la inclusión, igual que cuando aparece un personaje oriental o negro. Hay fiestas donde flotan el champagne y los equívocos, tramas que recuerdan sospechosamente a Beverly Hills 90210 o a Sex and the city: no en vano su creador, Darren Star, es el mismo.
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1 Mi perro se está comiendo mis ahorros (y hay una explicación)
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2 «Me atraen los psicópatas porque yo soy tan insulso como un acuario lleno de mejillones»
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4 La inesperada víctima de la viruela del mono en el Congo: los niños
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