Un dilema en la ciudad de las mil terrazas: ¿te pueden echar de una mesa en A Coruña por consumir poco?

VIVIR A CORUÑA

Las terrazas de la zona de La Marina, en A Coruña, estaban al completo
Las terrazas de la zona de La Marina, en A Coruña, estaban al completo Ángel Manso

La pandemia ha convertido los exteriores de los bares en un preciado objeto de deseo entre los clientes del sector de la hostelería

12 ene 2023 . Actualizado a las 15:31 h.

La prohibición de fumar en el interior de bares y restaurantes, primero, y la pandemia del coronavirus, después, han posicionado a las terrazas de los bares y restaurantes como uno de los principales criterios de elección entre los clientes para ir a un sitio u otro. Así, cuando los afortunados que consiguen una mesa al aire libre solo la disfrutan con un café, causa el enfado de los que no tienen sitio e intención de consumir más y, quizá, del hostelero, con ganas de conseguir un servicio más eficiente. 

Esta realidad ha sido motivo de encuesta entre clientes de terrazas en Santiago de Compostela, que se posicionaron sobre si es adecuado que haya hosteleros que traten de optimizar al máximo sus mesas en el exterior. «Es normal que prefieran que haya más movimiento en las terrazas y en todo el bar para que se pueda consumir lo máximo posible», relató un consumidor santiagués. Aquí, en A Coruña, Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, confiesa que desde la pandemia, época en que el tamaño de las terrazas creció, hay un mayor interés entre los consumidores por las mesas del exterior, no obstante, deja claro que «entre los hosteleros y clientes de A Coruña no hay conflictos». 

Pedro, del bar Os Codillos, en Elviña, coincide en la idea de la ausencia de enfrentamiento: «Por suerte en A Coruña impera el sentido común y la gente sabe cuándo levantarse e irse». En el mismo sentido, Bea Padín, del Azka, en la plaza de Azcárraga, relata que «le gusta que la gente disfrute en la terraza y quiera pasar tiempo en ella, es señal de que están a gusto». Ambos empresarios tienen claro que no echarían a nadie de sus establecimientos. «No se me ocurriría echar a nadie por estar mucho tiempo sin consumir», dice Pedro.

A pesar de ello, sí que suele escocer entre los hosteleros del sector que haya clientes consumiendo poco mientras hay otros esperando mesa. Bea confiesa que «debería haber un poco de control con casos como los de personas que se toman un café y están una hora y media ocupando una mesa. Como tantos negocios, necesitamos vender». Además, un puñado de propietarios de bares y cafeterías han rechazado compartir su opinión a este respecto por tratarse de «un tema peliagudo» con «una solución difícil que contente a todas las partes». Más allá del conflicto, ¿te pueden echar de una terraza si se consume poco?.

Rubén Sánchez, secretario general de la organización de consumidores Facua, explica que «si hay una información clara en el local, que ves antes de entrar o sentarte, podría ser legal». Lo cierto, el artículo 11 del decreto 108/2006 sobre ordenación turística de los restaurantes y las cafeterías de Galicia establece que son establecimientos de utilización pública y su acceso es libre, pero «sin perjuicio de que este pueda condicionarse al cumplimento de reglamentos de régimen interno». Unos que no pueden ir en contra de la legislación vigente y que «deberán anunciarse de forma destacada en los lugares de acceso al establecimiento», termina el texto.

El representante de Facua entiende que si, por ejemplo, hay un cartel en una mesa de la terraza que indica que solo se puede ocupar por un máximo de una hora por comensal, «podría ser correcto». Un caso habitual de esta situación es las mesas que están reservadas exclusivamente para comer o para cenar. Sin embargo, García considera que sería abusivo -«además de estúpido», dice- que en el momento en que se tome el último trozo de pan del plato haya que irse en cinco minutos. De igual modo, tampoco concibe que se haya clientes que quieran estar una hora de sobremesa sin consumir nada.

Al final, todo queda en el sentido común, el saber hacer de los hosteleros y la empatía de los clientes. Nota: si ya le han retirado todos los platos y vasos de la mesa porque están vacíos, es momento de irse