¿Está caducado mi protector solar?, ¿la crema afecta a la absorción de vitamina D? Resolvemos tus dudas

VIDA SALUDABLE

Playa de Insuela. Ribeira. Esta pequeña cala, abrigada por rocas, y situada al lado de la playa de Río Azor, en Palmeira, es un remanso de paz. Encontrar aguas más limpias y cristalinas es casi imposible. Apenas hay gente en este paraíso natural en el que podrás chapotear sin miedo a salpicar al vecino. Y tomar el sol acomodándote entre las rocas o la arena.
CARMELA QUEIJEIRO

En Europa, el cáncer de piel está creciendo entre un 3 y un 8 % al año. Estas cifras pueden reducirse usando la protección adecuada

09 ago 2023 . Actualizado a las 18:38 h.

El sol es fuente de vida y exponernos a su luz nos ayuda no solo a regular nuestro ritmo circadiano, durmiendo mejor por la noche, sino a sintetizar vitamina D, un elemento crucial para nuestro organismo. Pero todo tiene su justa medida y exponerse al sol en exceso es el principal motivo de aparición de problemas en la piel como manchas, lunares, arrugas y, por supuesto, cáncer. Todo esto se puede prevenir limitando esa exposición solar innecesaria, llevando ropa adecuada para ello y evitando estar en exteriores durante las horas centrales del día cuando sea posible. Y en una época como el verano, que se presta especialmente a pasar tiempo en la playa y bajo el sol, hay que usar protector solar. 

Todos sabemos que hacerlo es importante y conocemos los riesgos de la exposición descontrolada a los rayos UVB y UVA y, sin embargo, muchas personas siguen saliendo de casa todos los días sin fotoprotección. ¿Eres una de ellas? ¿Tienes todavía dudas sobre la aplicación de protector solar? ¿O eres de los que detestan la sensación de la crema al tacto? Sea cual sea tu caso, tenemos una respuesta para ti en esta guía completa y definitiva sobre protección solar.

Cómo elegir una crema

«En principio, es mejor elegir una para la cara y una para el cuerpo, porque en el cuerpo se puede usar una crema más universal, pero la piel del rostro hay gente que la tiene seca o grasa. Las cremas normales dan mucha, mucha grasa y pueden empeorar el acné. Entonces, en gente que tiene la piel muy grasa, es recomendable usar cremas especiales para piel grasa. Una persona que tiene la piel seca puede usar crema normal, no hace falta que sea oil free. Pero es importante insistir en este matiz, porque las cremas normales dan muchísimo acné», indica la dermatóloga Cristina Ciudad, del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Si hablamos de formatos, hay que tener en cuenta que es posible que las brumas o sprays no sean tan eficaces. «Cuanto más sólido sea el producto, más te va a proteger. Pero si no te echas crema porque no te gusta la textura, o si tienes mucho vello y no quieres tener la sensación pegajosa de la crema, es preferible un espray a no usar nada. Esto garantiza que todo el mundo se proteja. Aunque una crema queda más pegada al cuerpo porque es más sólida y, por lo tanto, va a proteger más», aclara Ciudad.

«Al excipiente en el que vaya el protector las personas con una piel muy grasa tienen que prestarle atención y escoger un protector que no tenga grasa, que sea oil free o no comedogénico. Esos son los que pueden usar sin problemas», coincide la dermatóloga Rosa María Martí, de la AEDV.

Otra característica que podríamos considerar al elegir estos productos es su resistencia al agua. ¿Hasta qué punto es útil esto? «Que sea resistente o no al agua no es tan importante, porque no son 100 % resistentes al agua, con lo cual, si vamos sudando o nos bañamos, igualmente habrá que irlo reponiendo», señala Martí.

De todos modos, reconoce Martí, «es importante que escojamos un protector con una sensación que nos guste y nos lo vayamos a poner realmente. Si no te gusta que te deje la piel blanca, no lo vas a usar. Elige uno con maquillaje. Si no nos lo ponemos, al final, lo único que lograremos será gastar dinero. Entonces, podemos dejarnos aconsejar por un farmacéutico y escoger un protector que realmente vayamos a utilizar todos los días si es que estamos al aire libre haciendo deporte, trabajando, o en la playa o piscina».

¿Qué significa FPS y cuál es el más recomendable?

El factor de protección solar (FPS)  indica la fracción de rayos ultravioleta que pasan a través de la barrera de la crema. Por ejemplo, un FPS significa que un 1/15 de los rayos ultravioletas llegarán a la piel, asumiendo que el protector solar está distribuido uniformemente. Así, una persona de piel clara que normalmente empieza a quemarse después de diez minutos al sol tardaría 15 veces ese tiempo con un FPS 15 (150 minutos, o dos horas y media).

Rayos UVA y UVB

Existen tres diferentes tipos de rayos ultravioletas (UV), que llegan del Sol a la Tierra y afectan a los seres vivos con su radiación: los rayos UVA, UVB y UVC. Solo los UVA y los UVB penetran la capa de ozono. 

Los rayos UVA llegan hasta la dermis e hipodermis, capas media y profunda de la piel. Los rayos UVB solo alcanzan la epidermis, que es la capa más superficial de la piel, pero sus efectos son acumulativos a través de los años y está demostrado que causan el 90 % de los melanomas y otros tipos de cáncer de piel. 

Cabe señalar que los rayos UV atraviesan las nubes y que pueden reflejarse en superficies como la arena y el cemento, por lo que podremos broncearnos y quemarnos aunque el día esté nublado.

Entonces, ¿cuál es el FPS más indicado? «Recomendamos un factor 50. Entre un 50 y un 30 no hay tanta diferencia, pero al final, lo que interesa es protegerse la piel lo máximo posible. Salvo que seas una persona de piel muy oscura: ahí, puedes usar un 30, porque estás más protegido de forma natural. Pero en general, un factor 50 es lo que más protege. El 100 no es un factor de protección solar real, es una estrategia de márketing. No existe de forma legal, por más que alguna marca ponga 100. El 50 y el 100 son prácticamente lo mismo», aclara Ciudad.

Tipos de bloqueadores

Hay dos tipos de protectores solares, los químicos y los físicos. «Los físicos son los que te dejan más blanco, porque tienen óxido de titanio. Estos se recomiendan en niños menores de dos años, porque no se absorben, con lo cual, tienen la ventaja de que no van a pasar a la sangre y, en niños, en los que hay menos estudios, así nos aseguramos de que no hay ningún riesgo. También se aconsejan para personas que tienen alergias a cosméticos. Las ventajas son que no se absorben, con lo cual, hay seguridad absoluta de que no hay químicos que penetran y que duran un poquito más, porque al ser un bloqueador físico no se deteriora como un producto químico». «Las desventajas son que te dejan más blanco y manchan la ropa», explica la dermatóloga.

«En bebés de menos de seis meses, no recomendamos nada, ni protectores físicos ni químicos. De entrada, lo mejor es que no se expongan», explica.

Los filtros químicos son la mayor parte de los que se comercializan, pero tienen la particularidad de que se estropean y se deterioran rápidamente. Por eso, «cada dos horas hay que reaplicarlos. Un protector de FPS 50 garantiza ese factor de protección durante dos horas pero, a partir de ahí, baja la protección. Entonces, sobre todo si te bañas mucho o si te frotas con la toalla, hay que reaplicar. No hace falta echarlo 30 minutos antes de exponerte al sol, eso es un mito. Te lo puedes echar cuando te va a dar el sol», aclara Ciudad.

Además de resguardarnos frente a la radiación ultravioleta A y B, «hay algunas cremas que protegen frente a parte de la luz visible, que no tiene tantas indicaciones para proteger el cáncer de piel, pero sí frente a algunas manchas que pueden aparecer en la cara que están producidas por esa luz visible que antes pensábamos que era inocua», apunta Martí.

¿Usar protector solar afecta a la síntesis de vitamina D?

«Para sintetizar vitamina D, sí que es mejor que no te pongas crema en alguna parte del cuerpo, pero ¿dónde te da el sol todo el año? En la cara, en las manos y el escote. Entonces, si quieres vitamina D, toma el sol cinco o diez minutos sin crema, en las piernas, por la mañana. Cinco minutos al día sería suficiente. Eso sí, tiene que ser a las once o doce, no vale a las siete de la tarde», aconseja Ciudad.

«De todos modos, los niveles de vitamina D estándar están en revisión por parte de los endocrinos, porque parece que los niveles que se consideran normales son muy altos. Es algo que se está revisando, porque en España toda la población la tiene baja y aquí hay sol a diestra y siniestra. Es una cosa que va a cambiar porque no hace falta tener niveles tan altos de vitamina D como se cree. Se está generando mucha alarma con la vitamina D, que, por supuesto, hay que tenerla en niveles adecuados, pero si tienes suficiente, no hace falta obsesionarse con tener más», señala.

¿Cómo saber si mi crema se ha echado a perder?

Todos los productos cosméticos tienen un período de seguridad tras la apertura. «Desde que lo abres, miras el símbolo y ese es el período en el que te garantizan que el producto funcione», indica Ciudad.

Pero más allá de eso, debemos tener en cuenta las características del producto: si su textura, color u olor se han visto alterados, puede que no nos proteja. «Los fotoprotectores se deterioran mucho porque los llevas en el bolso de la playa y se exponen al calor. De un año para otro, si lo has comprado en septiembre y lo quieres usar en junio, si las características organolépticas son normales, no habría problema. Pero más de un año, no procede. Y si se separa la fase acuosa de la crema, aunque esté dentro del período de uso, no me fiaría. Eso no está garantizado que funcione», advierte.

Seguridad y controversias

Aunque los expertos recomiendan de manera prácticamente unánime el uso de fotoprotección para prevenir el daño que puede causar en la piel la radiación solar con el paso del tiempo, existe preocupación a nivel social por los componentes químicos con los que se formulan estos productos, que pueden absorberse a través de la piel y pasar a la sangre. ¿Cuánto peso tienen estas controversias? Según las expertas, no mucho.

«Los químicos que tienen los protectores solares se absorben. En animales de experimentación se ha visto que puede haber efectos secundarios sobre su sistema endocrinológico y reproductor por la aplicación de filtros químicos, pero estos efectos no se han visto en humanos», señala Martí. 

Hay que tener en cuenta que «las pruebas se hacen con cantidades de esos químicos que son mucho más altas que las que llegamos a usar las personas. En la vida real, la cantidad de crema fotoprotectora que nos aplicamos, al extenderla, es mucho menor que la que se usa en el laboratorio para las pruebas», añade Martí.

«De todas maneras, las cremas fotoprotectoras se tienen que ver como un complemento a todas las medidas de fotoprotección y evitación que tenemos que tomar habitualmente, como no exponernos en las horas centrales del día, usar gorros, utilizar sombreros. Es importante no pensar que si nos ponemos fotoprotector vamos a poder estar al sol todo el tiempo que queramos, sino que nos puede ayudar a no quemarnos, pero no es lo único que tenemos que hacer», concluye Martí.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.